(L681) Los elementos terrestres (1948)
Eunice Odio, Los elementos terrestres (1948)
Me gusta traer a poetas
olvidados/as como es el caso de la costarricense, afincada en México, Eunice Odio (1922-1974).
Su obra pasó prácticamente desapercibida porque aunque durante su juventud
militó en la izquierda, sin embargo, en 1963 escribió con saña en contra de
Fidel Castro, la revolución cubana y la Intelligentsia mexicana, circunstancia
que le granjeo la enemistad de los círculos que manejaban las presentaciones
artísticas y culturales en México. En los últimos años de su vida pasó carencias
económicas y afectivas.
Poema 2 – Ausencia de
amor.
Amado
en cuyo cuerpo yo reposo,
Cómo será tu sueño
cuando yo te he buscado
sin hallarte.
Oh,
Amado mío, dulcísimo
como alusión de nardo
entre aromas morenos y
distantes,
Cómo será tu pecho cuando
te amo.
Cómo será encontrarte
cuando es amor tu cuerpo
y tu voz
un manojo de lámparas.
Amado,
Hoy te he buscado
por entre mi ciudad
y tu ciudad extraña,
donde los edificios
no se alegran al sol,
como frutales conchas
y celestes cabañas.
Y andaba yo
con un crepúsculo
enredado entre la lengua,
Con aire de laguna
y ropa de peligro.
Me vio desde su torre
un auriga de jaspe,
Yo te andaba buscando
por entre el verde olor
de sus caballos,
Por entre las matronas
con pañales y pájaros;
Y pensando en tu boca
reposan mis ojos,
como palomas diurnas
entre hierbas amargas.
Y te buscaba entonces
por las inmediaciones de
mi cuerpo.
Tú me podías llegar
desde el suceso cálido.
II
Amado
Hoy te he buscado sin
hallarte
por entre mi ciudad
y tu ciudad extraña,
Junto a alquerías
errantes
guardadas por el campo
y de agitado pasto
vencidas y entornadas.
Y de pronto llegaste,
huésped de mi alegría,
y me poblé de islas
con tu brillante dádiva.
Desde la brisa fresca
llegaste
como un niño con un
pañuelo blanco
Y la noche voló de sueño
entre las ramas,
junto al gozo del agua y
el rastro de la abeja.
Amado,
en cuyo cuerpo yo reposo
y en cuyos brazos
desemboca mi alma,
Cómo será no hallarte en
la distancia,
y llegar a tu cuerpo como
los alimentos
reanudados al calor de la
gracia
necesaria y perdida.
Estar donde no estoy más
que de paso,
no estar donde tu aliento
me contiene
y me desgarra
como una piedra el alma.
Cómo será tener,
de golpe, el cuerpo
dividido
y el corazón entre las
manos
congregado y solo.
Amado
Hoy te he buscado sin
hallarte
por entre mi ciudad y tu
ciudad extraña
y no te he hallado.
Cómo será buscarte en la
distancia.
Comentario:
Los elementos terrestres
(1948), es una colección de ocho poemas relativamente extensos, en verso libre, que fue el primer libro publicado de la autora. La unidad del texto es sustentada
por el tema místico-erótico y por una concepción cósmica de la realidad. El
poder connotativo de las imágenes líricas polivalentes sugiere el proceso
cíclico de la naturaleza, del amor y de la creación poética: Naturaleza, Amado
y Poeta, dan vida a los «elementos terrestres» que son respectivamente fruto,
hijo y poema. El lirismo de este texto está constituido por temas relacionados
con el goce supremo del cuerpo, la carne y el sexo, los cuales, plasmados en
imágenes llenas de sensualidad, captan el éxtasis último y una fusión cósmica
con la naturaleza. Es éste el primer texto suyo donde se puede apreciar la
huella de la Biblia: temas, tono, metáforas, palabras claves y recursos
rítmicos (ex: erotismo místico, imágenes sensuales, versificación
paralela, aliteraciones, anáforas, acentos, etc.), remiten en especial a El cantar de los cantares, El libro de Job,
Génesis y Salmos; a la vez que nos recuerdan el Cántico
espiritual de San Juan de la Cruz.
BIBLIOGRAFÍA
Eunice Odio, Los elementos terrestres, Ediciones
Torremozas, Madrid, 1989.
Ramón Ordaz, Eunice Odio:
abnegación por la poesía, Letralia, 02/12/2019.
Anthony J. Robb, El ser sexual
en la poesía de Eunice Odio, Letras 39 (2006).
Eva Isabel Ruiz Barrios, El
mito Eunice Odio, La Otra Gaceta, 02/07/2022.
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