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Mostrando entradas de febrero, 2012

(G44) Restaurante Icho (Barcelona)

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Restaurante Icho (Barcelona) Este restaurante japonés Icho , situado en la calle Déu i Mata, 69-95 (justo detrás del Centro Comercial Illa Diagonal), evoca con su nombre el de un árbol tradicional nipón. Su estética es actual, tienen un buen nivel con unas elaboraciones que cuidan tanto la técnica como la calidad del producto. El local y el servicio son agradables aunque alguna vez se noto un poco falto de compenetración. Decidimos hacer una especie de degustación compartida eligiendo también dos platos que no estaban en la carta ya que los menús propuestos no acababan de convencernos. Como entrante un típico rollito de pescado crudo, aguacate y arroz recubierto con huevas de salmón que quedó bastante digno. De primeros la escórpora a la plancha sobre una base de risotto de maíz, minúsculas setas nameko y salsa de alga wakame (foto) , plato excelente. Kakiage (fritura) de alcachofas con langostinos, plato poco conseguido, estaban apelmazados, es probable que

(L124) Las edades de Gaia (1988) - 4 y último

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8.- El segundo hogar La idea surgió a raíz del libro The Greening of Mars (El reverdecimiento de Marte) escrito con mi amigo Michael Allaby, un escritor especializado en temas ambientales. ¿Qué pasaría si Marte, ahora un desierto irremediablemente vacío de vida, se convirtiese en un nido propicio para ella? ¿Cómo podríamos sembrarlo y cómo podría desarrollarse? Ninguno de nosotros pensó que iba a ser tomado como algo más que un divertimento. Se celebraron tres reuniones y en una de ellas, Robert Haynes, un distinguido genético de Toronto, acuño la palabra ecopoyesis – literalmente, la creación de un hogar- (p. 200-201) Para convertir Marte en un hogar antes tenemos que hacerlo apropiado para la vida bacteriana. ¿Qué sabemos de Marte? Marte se diferencia de la Luna en que tiene una atmósfera, por delgada que ésta sea. También tiene volcanes, hay cañones y canales y cursos fluviales secos, lo que sugiera que mucho tiempo atrás había agua en circulación. También hay polos

(L123) Las edades de Gaia (1988) - 3

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5.- Las edades medias. También llamado período Proterozoico que va desde hace 2,5 a 0,57 eones. La transición de un ambiente dominado por moléculas dadoras de electrones, como el metano, a uno dominado por aceptoras de electrones como el oxígeno. El cambio de anóxico a oxidante fue un paso crucial en la historia de la Tierra. Si el oxígeno era crucial en la evolución geofisiológica de la atmósfera, el calcio debió ser el elemento determinante en la geofisiología de los océanos y la corteza. Es esencial para la vida pero, paradójicamente, muy tóxico en su estado iónico. El dióxido de carbono y el calcio son agregados por las comunidades bacterianas para formar rocas planas, como consecuencia de estos procesos, la concentración de iones de calcio en los océanos se habría reducido y la vida habría florecido. (p. 111-117) Estos mismo procesos evolucionaron de manera que nuestras células disponen de mecanismos por los que el calcio se deposita en los huesos y dientes. La salin

(L122) Las edades de Gaia (1988) - 2

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3.- Explorando el mundo de las margaritas. La teoría de Gaia está abierta a varios modos de investigación experimental. Durante su vida nuestro planeta ha sufrido el impacto de asteroides. Hemos sido golpeados por unos treinta planetas pequeños de hasta 16 kilómetros de diámetro. Estos acontecimientos producen cráteres de 320 kilómetros; pueden destruir hasta el 90 por ciento de todos los organismos vivos y las reverberaciones del acontecimiento resuenan por un período de quizás un millón de años o más. A partir del registro de las mismas podemos aprender mucho sobre cómo funciona el sistema y cómo se restablece la homeostasis completa. (p. 58) En los años veinte del siglo pasado, los biomatemáticos Lotka y Volterra introdujeron su famoso modelo de competencia entre conejos y zorros. Era un modelo simple, como el del mundo de las margaritas, pero difería de éste ya que el medio ambiente se consideraba infinito y neutral. Los zorros aumentan cuando el número de conejos cr

(L121) Las edades de Gaia (1988) - 1

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James E. Lovelock,  Las edades de Gaia  (1988) El ambiente terrestre, en vez de ser un mundo físico regulado por leyes autónomas propias, es una parte de un sistema evolutivo que contiene la vida y que debe a los fenómenos vitales parte de sus reglas, sus mecanismos y sus componentes. Los seres vivos, conectados entre sí y a la atmósfera, a la hidrosfera y a la litosfera, fabrican y mantienen de continuo su ambiente, formando un “todo” a nivel planetario. Al contrario de lo que pensábamos antes de las aportaciones de  James E. Lovelock (1919) , no es que las condiciones especiales de la Tierra hayan permitido el desarrollo y evolución de la vida sobre ella, sino que es la vida quien ha determinado el desarrollo y evolución de las condiciones adecuadas para la vida sobre la Tierra. El desarrollo industrial, la tecnología, los avances científicos que, por una parte, contribuyen al bienestar de la humanidad, están al mismo tiempo perjudicando al cuerpo planetario que nos alb