(L124) Las edades de Gaia (1988) - 4 y último





8.- El segundo hogar

La idea surgió a raíz del libro The Greening of Mars (El reverdecimiento de Marte) escrito con mi amigo Michael Allaby, un escritor especializado en temas ambientales. ¿Qué pasaría si Marte, ahora un desierto irremediablemente vacío de vida, se convirtiese en un nido propicio para ella? ¿Cómo podríamos sembrarlo y cómo podría desarrollarse? Ninguno de nosotros pensó que iba a ser tomado como algo más que un divertimento. Se celebraron tres reuniones y en una de ellas, Robert Haynes, un distinguido genético de Toronto, acuño la palabra ecopoyesis – literalmente, la creación de un hogar- (p. 200-201)

Para convertir Marte en un hogar antes tenemos que hacerlo apropiado para la vida bacteriana. ¿Qué sabemos de Marte? Marte se diferencia de la Luna en que tiene una atmósfera, por delgada que ésta sea. También tiene volcanes, hay cañones y canales y cursos fluviales secos, lo que sugiera que mucho tiempo atrás había agua en circulación. También hay polos helados cuya extensión cambia estacionalmente. Y hay nubes y tormentas de polvo en los escasos restos de su atmósfera. (p. 204) Este es por tanto el consenso entre los científicos, acerca de Marte. Podría estar lleno de agua. Sin embargo, a escala humana el efecto ecopoyético de este mecanismo para llevar Marte al estado de siembra todavía seguiría siendo insoportablemente lento. (p. 206) La Tierra fue salvada de la desertización por su abundancia de agua y por la presencia de Gaia que actuó para conservarla. Marte había perdido pronto su limitada cantidad de agua y esa puede ser la razón por la cual los canales son tan antiguos (3,5 eones) y de por qué tenemos pocas evidencias de agua de origen reciente. (p. 208)

Marte no está preparado para la vida, no sólo es inhabitable para cualquier forma de vida sino que también es venenoso y destructivo para la materia orgánica. La vida planetaria necesita de un sistema operativo como Gaia: en caso contrario, es vulnerable a cualquier alteración en su ambiente que pueda ocurrir como consecuencia de su propia evolución o de un desastre exterior como los impactos demasiado frecuentes de asteroides. No creo que sea viable la vida disgregada en unos pocos oasis del planeta. (p. 209) Puede que Marte nunca sea capaz de proporcionar las condiciones requeridas para empezar y sostener la vida, ni tan siquiera dentro de 1.000 millones de años más cuando el Sol esté mucho más caliente y todo lo que quede de aire marciano y agua se libere a la atmósfera. (p. 210-211) (…) La consideración de las grandes dificultades de llevar vida a otro planeta, nos puede ayudar a entender las horrorosas consecuencias de un daño tan considerable a Gaia que tengamos que tomar la responsabilidad incesante de mantener la Tierra como un sitio adecuado para la vida, un servicio que por ahora nos es dado sin coste alguno. (p. 217)

9.- Dios y Gaia.

Cuando escribí el primer libro sobre Gaia no tenía la menor idea de que sería tomado como un libro religioso. Aunque pensé que el tema era fundamentalmente científico, no hay duda de que muchos lectores opinaron de otra manera. (p. 219) ¿Qué siento acerca de Dios? Estoy demasiado implicado en el raciocinio científico para sentirme a gusto recitando el credo o el padrenuesto en una iglesia cristiana. (…) Me satisface la idea de que el universo tiene propiedades que hacen la emergencia de la vida y Gaia algo inevitable. Sin embargo, no estoy de acuerdo con la afirmación de que fue creado con este propósito. Puede haber sido así, pero cómo empezaron la vida y el universo son cuestiones inefables. (p. 221)

Cualquier organismo vivo de una edad semejante a la de un cuarto de la del mismo universo (se refiere a Gaia) y que todavía se encuentra lleno de vigor está tan cercano de la inmortalidad como nosotros nunca tendremos necesidad de saber. En la Tierra ella es la fuente de vida inagotable y todavía está viva, ella dio a luz a la humanidad y nosotros somos una parte de ella. (…) El creer en Dios es un acto de fe y permanecerá así. Del mismo modo, huelga intentar probar que Gaia está vivo. (p. 222-223)

En tiempos antiguos a escala humana, tan lejano como los primeros utensilios que pueden encontrarse, parece que la Tierra era adorada como diosa y se creía que estaba viva. El mito de la gran madre se encuentra en la mayoría de las religiones antiguas. La madre es una figura compasiva y femenina, la primavera de toda la vida, de la fecundidad, de la gentileza. Ella es también el portador severo e implacable hacia la muerte. Como recuerda Aldous Huxley en The Human Experience (La experiencia humana). (p. 223-224)

Una malinterpretación frecuente de mi idea de Gaia es que soy el paladín de la complacencia, que proclamo que los efectos de la retroalimentación siempre protegerán el medio ambiente de cualquier daño serio que pueda causar el hombre. A veces se expresa de una manera más cruda como “La Gaia de Lovelock da luz verde a la industria para que contamine a su gusto”. La verdad es casi diametralmente opuesta. Tal como la veo Gaia no es una madre cariñosa y tolerante con las malas conductas, ni tampoco es una damisela frágil y delicada en peligro por las acciones humanas. Es severa y ruda, siempre manteniendo el mundo cálido y habitable para aquéllos que obedecen las reglas, pero despiadada en la destrucción de los que las transgreden. Su objetivo inconsciente es un planeta adaptado para la vida. Si la humanidad sigue en el camino actual será eliminada. (p. 227-228)

Se ha desarrollado un debate filosófico en los últimos cuarenta años entre los biólogos moleculares por una parte y la nueva escuela termodinámica por otra. El libro de Jacques Monod[1], El azar y la necesidad (1970) presenta un planteamiento riguroso y científicamente sólido basado en la creencia de un universo materialista y determinista. El otro vértice está representado por aquellos que, como Erich Jantsch[2], creen en un universo auto-organizado. Lo esencial de la controversia consiste en la antigua batalla entre los holistas[3] y los reduccionistas[4]. Estoy de acuerdo con Monod en que la naturaleza es objetiva. El verdadero conocimiento nunca puede obtenerse atribuyendo “intenciones” a los fenómenos. Pero niego que los sistemas nunca sean nada más que la suma de sus partes. El valor de Gaia en este debate es que se trata del organismo vivo más grande. (p. 229-230)

Fue el gran físico Ludwig Boltzman[5] quien señaló verdaderamente el camino para entender la vida en términos termodinámicos. Cuando leí el libro de Schrödinger ¿Qué es la vida?, a primeros de los sesenta, me di cuenta por primera vez de que la vida planetaria se manifestaba por el contraste entre el estado cercano al equilibrio de la atmósfera de un planeta muerto y el desequilibrio exuberante de la Tierra. (p. 231)

De ningún modo veo a Gaia como un ser consciente, un Dios alternativo. Para mí Gaia está viva y es parte del universo inefable y yo soy una parte de ella. (p. 233) Como científico creo que la naturaleza es objetiva, pero también creo que la naturaleza no está predeterminada. El famoso principio de incertidumbre que descubrió el físico Werner Heisenberg[6] constituyó la primera fractura en la cristalina estructura del determinismo. Ahora se ve que el caos puede ser descrito mediante una estructura matemática ordenada. Esa nueva forma de comprensión teórica clarifica la práctica de la predicción meteorológica. (p. 234)



Epílogo

Olvidamos que el templado hemisferio norte, el hogar del Primer Mundo, goza ahora de un breve verano entre largos períodos de invierno que duran alrededor de un centenar de miles de años. Incluso las cabezas nucleares no devastarían la Tierra de esta manera, ni lo haría así un “invierno nuclear”, si pudiera ocurrir y durar lo suficiente para volver la Tierra a su estado normal de congelación. (p. 248)

Los monocultivos agrícolas degradan la naturaleza. (…) Siendo un inglés típico, no espero que la Administración cambie sus puntos de vista. Nadie estaba a favor de conservar los hábitats naturales excepto mi familia; intentamos hacerlo lo mejor posible con el terreno que poseemos en Coombe Mill. Lo hemos convertido en un hábitat y un refugio para algunas de las plantas y animales que el comercio agrícola está destruyendo. Este es el modo que nosotros hemos elegido para vivir con Gaia. (p. 249)

¿Estamos condenados por la destrucción de nuestro mundo natural? Gaia no es intencionadamente antihumana, pero cuanto más tiempo continuemos cambiando el medio ambiente global contra sus preferencias, animamos nuestra sustitución por otra especie más ambientalmente decente. (p. 251-252)


1) COMENTARIO SOBRE LAS EDADES DE GAIA DE JAMES E. LOVELOCK

Cuando James Lovelock (JL) formuló la hipótesis sobre GAIA a finales de los años 80, generó una gran expectación debido al planteamiento global sobre la capacidad de autoregulación de los ecosistemas que habitan en nuestro planeta Tierra. Después de un cuarto de siglo, se ha podido comprobar cómo muchas de las hipótesis que formuló sobre la capacidad de autoregulación de los ecosistemas, se han superado. La situación actual de GAIA es mucho más grave de lo que JL pensó en los años 80 debido al incremento poblacional durante las últimas décadas y al crecimiento no sostenible en las zonas más desarrolladas de nuestro planeta. La pérdida de biodiversidad ocasionada por una agricultura intensiva, las talas indiscriminadas de selva tropicales, el uso abusivo de productos químicos (más de 60.000 de uso cotidiano) la mayoría de los cuales se desconoce los efectos a nivel de ecosistema, agujero en la capa de ozono en  el Polo Sur ocasionan efectos mucho más globales de lo que la mayoría de personas piensan. Ello acompañado por un consumo desmesurado de materias primas y energía conlleva a un incremento inexorable de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estamos muy cerca del camino sin retorno hacia la desaparición de la vida tal como hoy la conocemos. Es decir, aunque Gaia posee cierta capacidad de homeostasis, los desequilibrios son ya muy graves.

Está claro que el modelo actual de desarrollo basado en el consumo de materias primas y con incremento imparable en la población, resulta insostenible. Como decía JL, la vida en el planeta existe desde un periodo muy corto en comparación con su larga historia y las condiciones que la hacen posible están sujetas a frágiles equilibrios que nosotros estamos perturbando. Está en manos de todos nosotros realizar pequeños gestos a favor del medio ambiente y generar un gran impacto a escala global. Está en nuestras manos hacer un planeta más habitable para las futuras generaciones.

Josep Maria Bayona
Doctor en Ciencias Químicas
Investigador del CSIC

2) COMENTARI SOBRE LAS EDADES DE GAIA DE JAMES E. LOVELOCK

Aquest llibre es una continuació o aprofundiment en el llibre anterior sobre Gaia escrit a l’any 1979 (Gaia: A New Look at Life on Earth).

A Las edades de Gaia (1988) podem veure el model científic del James Lovelock. Ell segueix un plantejament semblant al de Darwin. Fa un viatge en vaixell per l’Atlàntic, des del Regne Unit fins a l'Argentina. En aquest viatge recollí diverses mostres. Per a la recollida d'aquestes mostres utilitza uns instruments que ell mateix havia dissenyat. Aquest viatge fou extraordinàriament productiu. Recollí un munt de mostres que li permeteren fer uns treballs molt innovadors i interessants. En el seu plantejament, un cop recollides les mostres es dedica a elaborar teories per explicar els resultats obtinguts. El mateix que feu el Darwin. La diferencia es que el viatge del Darwin dura tres anys i el seu uns nou mesos. Tot i que algunes teories del Lovelock son interessants i innovadores es evident que no tenen la mateixa transcendència que les del Darwin.

El major problema de les teories del Lovelock es que ell no vol fer la feina de comprovar si les seves teories són certes. No vol fer treball quantitatiu. En el llibre diu que deixa per als altres investigadors la feina de confirmar/descartar les seves teories. Això ha donat lloc a problemes obvis entre alguna de les seves idees i la realitat experimental. Per exemple, en el llibre diu que a la terra li agrada més estar en les èpoques glacials perquè així, en haver-hi un nivell de la mar mes baix, a les zones tropicals del nord d’Austràlia hi hauria mes terra emergida i per tant mes boscos. Així hi hauria més capacitat d’esmorteïment perquè a les masses forestals de les èpoques glacials hi hauria més biomassa. Malgrat aquesta teoria tan enginyosa resulta que les dades de pol·len a les èpoques glacials els boscos com per exemple l’Amazones estaven en bastants males condicions. O sigui que el que es podia guanyar per tenir més boscos a la zona de terra emergida es podria perdre perquè els boscos de les zones tropicals estarien mes reduïts. Tot això nomes es pot estudiar be si es fa un treball quantitatiu i ell no es planteja fer res d'aquest estil.

Joan O. Grimalt (Palma, 1956)
Doctor en Ciencias Químicas
Director del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua.



[1] Jacques Monod, El azar y la necesidad, Tusquets, Barcelona, 1984 (Le hasard et la nécessité, éssai sur la philosophie naturelle de la biologie moderne, Paris, Le Seuil, 1970).

[2] Erich Jantsch, Self Organizing Universe: Scientific and Human Implications (La auto-organización del Universo) (1979). No hay traducción al castellano.

[3] El holismo (del griego λος [holos]; todo, entero, total) es la idea de que todas las propiedades de un sistema dado, (por ejemplo, biológico, químico, social, económico, mental o lingüístico) no pueden ser determinados o explicados por las partes que los componen por sí solas. El sistema como un todo determina cómo se comportan las partes.

[4] El reduccionismo se puede representar como un programa de la ciencia en general o que se limite a un ámbito específico. Un reduccionismo en el primer sentido es el ideal de la ciencia unificada donde todos los fenómenos del mundo que se ven en el principio más básico de la ciencia se explican en la microfísica.

[5] Ludwig Edward Boltzmann (Viena, 20 de febrero de 1844 - Duino, Italia, 5 de septiembre de 1906) fue un físico austriaco pionero de la mecánica estadística, autor de la llamada constante de Boltzmann, concepto fundamental de la termodinámica.

[6] Werner Karl Heisenberg (Wurzburgo, Alemania, 5 de diciembre de 1901 – Múnich, 1 de febrero de 1976) fue un físico alemán. Es conocido sobre todo por formular el principio de incertidumbre, una contribución fundamental al desarrollo de la teoría cuántica. Este principio afirma que es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula. Heisenberg fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1932. El principio de incertidumbre ejerció una profunda influencia en la física y en la filosofía del siglo XX.

Comentarios

  1. Hola Tomàs,
    molt bé amb aquest altre llibre científic.
    Els anys 90 van fer un joc d'ordinador anomenat
    simearth emprant el model de Lovelock.

    http://en.wikipedia.org/wiki/SimEarth

    En aquella època, feia poc que havia aparegut el programa simcity, que va començar la febre dels simuladors no científics, i devien aprofitar a veure si tenia el mateix èxit, però sembla que no va ser així.

    http://en.wikipedia.org/wiki/SimCity

    Ara la NOAA, ha fet un model molt potent, però que no simula l'evolució biològica, només com evolucionen l'atmosfera, l'oceà i en conseqüència el clima, que no es poc. A veure si poden preveure si el canvi climàtic serà important o no ...

    http://www.cesm.ucar.edu/


    Records

    Jordi López

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

(L111) El mundo de ayer. Memorias de un europeo (1942)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)