(L709) Nos vemos allá arriba (2013)

Pierre Lemaitre, Nos vemos allá arriba (2013)

Estupenda novela la que os traigo hoy del escritor francés Pierre Lemaitre (París, 1951) que además le valió el prestigioso Premio Goncourt del año 2013. Existe una adaptación cinematográfica francesa dirigida por Albert Dupontel del año 2017, influenciada por el estilo narrativo y visual de Amélie (2001).

Argumento: Faltan pocos días para se produzca el armisticio. Estamos a 2 de noviembre de 1918 pero los mandos franceses buscan una ofensiva contra los alemanes.

“Todos los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía mucho tiempo. Precisamente a causa de la guerra. Así que, en octubre, Albert recibió con bastante escepticismo los rumores sobre un armisticio. Les dio tanto crédito como a la propaganda del principio, que aseguraba, por ejemplo, que las balas de los boches eran tan blandas que se estrellaban contra los uniformes igual que peras pasadas, y provocaban las carcajadas de los regimientos franceses. En cuatro años, Albert había visto la tira de tipos muertos de risa por el impacto de una bala alemana”.

Albert Maillard, piensa que sería estúpido morir el último día de la guerra. “El auténtico peligro para el soldado no es el enemigo sino los mandos”.

“Albert Maillard. Era un chico flaco, de temperamento ligeramente linfático, discreto. Hablaba poco y se le daban bien los números. Antes de la guerra, era cajero en una  sucursal parisina de la Banque de l'Union. El trabajo no le gustaba demasiado, pero no lo había dejado por su madre. La señora Maillard sólo tenía un hijo y adoraba a los jefes. Así que, claro, la perspectiva de que Albert fuera jefe en un banco la había extasiado enseguida, convencida de que «con su inteligencia» no tardaría en llegar a lo más alto. Esa exacerbada veneración por la autoridad le venía de su padre, adjunto del subjefe de gabinete del Ministerio de Correos y Telégrafos, que veía la jerarquía de su administración como una metáfora del universo”.

Edouard Pericourd era hijo de buena familia, de padres muy ricos, y desde joven dibujante excepcional. “Detrás de cualquier fortuna siempre se hallaban unos cuantos crímenes”.

“A veces lo llamaban el Pequeño Péricourt en son de broma, porque, para ser un chico nacido en 1895, era extraordinariamente alto, un metro ochenta y tres, ahí es nada. Además, con esa altura, uno siempre parece delgado. A los quince años ya era así. En el instituto, sus compañeros lo llamaban el Gigante, y no siempre con cariño, porque no era demasiado popular.

Édouard Péricourt, un tío con suerte. En los colegios a los que había ido, todos eran como él, niños ricos a quienes no les podía pasar nada, que entraban en la vida armados de certezas y de una seguridad cimentada por todas las generaciones de afortunados antepasados que los habían precedido. El caso de Édouard era aún más grave que el de los demás, porque encima tenía buena suerte. Y la gente puede perdonarlo todo, el dinero, el talento... pero la suerte, no, eso es demasiado injusto”.

El último miembro del trío protagonista es el siniestro teniente Pradelle, obsesionado por conquistar la cota 113 antes de que acabe la guerra y obtener así honores y ascensos. Además está involucrado en la muerte de dos soldados franceses, y en la caída y posterior enterramiento en una trinchera de Albert quien es salvado de morir asfixiado por Edouard a quien un trozo de metralla desfigura horriblemente el rostro.

“Albert y el resto de la tropa lo habían intuido: aquel tipo era un aristócrata en versión pobre. En las tres generaciones anteriores, una sucesión de desastres bursátiles y reveses varios habían dejado literalmente sin blanca a los Aulnay-Pradelle. Del antiguo esplendor de sus antepasados, el teniente sólo había heredado la Sallevière, la casa familiar, en ruinas, el prestigio de su apellido, un par de ascendientes muy lejanos, algunas relaciones inciertas y un ansia por recuperar su puesto en la sociedad rayana en la obsesión. Vivía la precariedad de su situación como una injusticia, y recobrar su rango en la jerarquía aristocrática era su ambición fundamental, una auténtica monomanía por la que estaba dispuesto a sacrificarlo todo”.

Estos tres personajes seguirán caminos diferentes, con suerte dispar, acabando por encontrarse en el París de la postguerra en medio de un gran escándalo financiero.

Comentario: Lemaitre es también un escritor de novela negra. Aunque Au revoir là-haut es un buen ejemplo de la mejor tradición de la novelística francesa a medio camino entre la novela histórica y la picaresca.

Pierre Lemaitre tomó prestado el título de su novela de la última carta dirigida a su esposa por el soldado Jean Blanchard, uno de los seis "mártires de Vingré", fusilado como ejemplo en diciembre de 1914 y rehabilitado por el Tribunal de Casación en 1921. Terminaba su carta con “Te doy cita en el cielo, donde espero que Dios nos reúna. Nos vemos allá arriba, mi querida esposa”.

La novela no solamente fue un éxito de crítica sino también de público y llegó a vender más de un millón de ejemplares. Junto con Los colores del incendio (2018) y Espejo de nuestras penas (2020), constituyen una trilogía sobre la guerra y el papel de Francia en la misma. La novela se lee con interés hasta el final. Toda ella tiene un fondo antibelicista y, pese a que sus personajes puedan parecernos en ciertos casos un poco estereotipados, creo que están magníficamente definidos, y que son hasta cierto punto creíbles.

BIBLIOGRAFÍA

Pierre Lemaitre, Nos vemos allá arriba, Salamandra, Barcelona, 2020.

Óscar López, Pierre Lemaitre, uno de los autores del verano con 'Nos vemos allá arriba', ganó el prestigioso Goncourt, RTVE, Página 2, 28/09/2014.

David Morán, Pierre Lemaitre: «Las obras de ficción nunca han cambiado la historia», ABC-Cultura, 09/03/2019.

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