(C5) El Sur (1983)


Víctor Erice, El Sur (1983)

Aprovechando el 25 aniversario de su estreno quisiera comentar esta película de Víctor Erice (1940) que para mi tuvo un significado especial. La vi el mismo año del estreno con mi primera novia, cuando acabó la proyección yo estaba emocionado, ella me dijo: “menudo rollo de película”. En ese momento supe que no duraríamos mucho como pareja, pero la fuerza de la juventud nos hizo estar juntos, que no unidos, un año más.

La película esta narrada por Estrella (Icíair Bollaín a los 15 años) el día en que su padre las abandona a ella y a su madre Julia (Lola Cardona). El padre Agustín Arenas (Omero Antonutti) es médico y medio brujo (zahorí(1)), utiliza un péndulo para encontrar agua. Viven en una casa, la Gaviota, en una localidad rodeada de murallas y bañada por un río(2), hay un camino que el padre llama la frontera. Estrella (Sonsoles Aranguren) tiene 8 años, el padre hace experimentos en el desván, tiene una fuerza desde que nació, encuentra agua en el campo. La madre es una maestra represaliada después de la guerra civil.

La espléndida fotografía de José Luis Alcaine hace de las imágenes verdaderas obras pictóricas con unos colores vivos y hermosos claroscuros. Se nos muestras cálidos, densos, atravesados por una neblina, los cielos oscuros y el frio del norte que todo lo cubre, hasta el alma de los personajes con sus silencios a cuestas.

Los orígenes del padre son un misterio para Estrella, sabe por la madre que proviene del Sur, donde nunca nieva, ella se lo imagina como un lugar exótico y fabula viendo postales de Sevilla. El día de su primera comunión vienen dos mujeres, Milagros (Rafaela Aparicio), la mujer que había cuidado a Agustín desde niño y la abuela, Doña Rosario. La nodriza le explica la historia de su padre a Estrella, respondiendo a preguntas de la niña, le dice que estuvo en la cárcel después de la guerra. A la primera comunión de Estrella después de los buenos quehaceres de Milagros, asiste el padre desde el fondo de la iglesia, pues se ve que no es religioso. En el banquete Estrella baila con su padre como si fuera una novia el pasodoble “En el mundo” de Enrique Granados (1867-1916). Después de la fiesta las dos mujeres se marchan quedando en la mente de la niña cada vez que pensaba en el Sur, la imagen de Milagros.

Estrella se da cuenta de que existe otra mujer en la mente de su padre, porqué ha visto su nombre escrito en un papel, se trata de Irene Ríos, actriz que aparece en la película Flor de sombra que proyectan en el cine Arcadia. El padre va a ver la película, en realidad se llama Laura, Agustín le escribe una carta para saber si todavía vive en Sevilla y preguntarle cómo se encuentra. Recibe respuesta diciéndole que por qué le ha escrito después de 8 años. El padre se marcha de casa y pasa la noche fuera, cuando vuelve está taciturno, habla poco y se aísla. El ambiente de la casa se hace irrespirable, Estrella como señal de protesta se esconde debajo de la cama y el padre en la buhardilla, ya no utilizará más el péndulo. Estrella desea hacerse mayor muy rápidamente y huir de allí. Se produce un salto adelante en la narración y vemos a Estrella con 15 años, la madre Julia, está enferma en cama. Estrella tiene un pretendiente, “el carioco” que le escribe en los muros “Te quiero”. A Estrella le gusta pasear al atardecer por las calles de su ciudad, en una de esas caminadas ve al padre vagando con aire derrotado.

En una última cena con el padre en un restaurante suena el mismo pasodoble que escuchó siendo niña, el padre se lo recuerda pero ella ya no siente lo mismo, la infancia ha quedado atrás, lo deja cenando solo, será la última noche que lo vea, Agustín se suicida pegándose un tiro con la escopeta. Esa última noche llamo al Sur, le deja a Estrella el billete de la conferencia y el péndulo en una caja bajo su almohada. Al poco tiempo de la muerte del padre Estrella cae enferma, su salud la llevará a emprender un viaje con Milagros y la abuela Rosario, por fin iba a conocer el Sur.

Asistir a El Sur, a ese prodigio metafórico escrito en imágenes que buscan el alma de lo poético, es asistir al fascinante proceso de reconstrucción de la memoria, como pasar en un álbum imaginario las hojas del tiempo, y con ellas representar serenamente cuanto en él acaeció, cuantos sentimientos fue posible experimentar, cuantos misterios quedaron calladamente sin descubrir. Pocas veces como en El Sur ha sido posible contemplar ese mágico proceso que permite avanzar la vida hasta un límite insospechado, hasta el instante preciso en que se es consciente de que nada queda de lo pasado, como si se hubiera renunciado a sí mismo para emprender un camino nuevo, en el que es obligado poseer otra identidad y otros anhelos.

El Sur de Víctor Erice sí es un fascinante paraíso cinematográfico, al que ha sabido dar forma siguiendo un lirismo inspirador, un preciso sentido del relato elíptico, un sutil entendimiento del quebranto cotidiano, y una hermosa intuición para retratar la luz y la vida.

Entrevista a Víctor Erice: en ella nos explica el por qué no se acabó El Sur. Es una película incompleta, nunca estuvo dividida en dos partes. Está basada en el cuento de Adelaida García Morales del mismo nombre. Estaban previstos 81 días de rodaje, a los 48 fue interrumpida por Elías Querejeta, por supuestos problemas económicos, estaba previsto que TVE financiará la película pero un cambio en la dirección dio lugar a que no se aceptaran los compromisos que no estaban firmados. Faltaba rodar la parte del guión que se desarrollaba en el Sur. La película se monta con el compromiso firmado entre Querejeta (que entonces era mi amigo) y yo de continuar la película. Se lleva a Cannes sin que yo lo supiera y Pilar Miró me dice que coja el primer avión para asistir a su estreno. En Cannes obtiene un gran éxito de público y crítica, surgieron algunos críticos que la consideraron una obra maestra que no se podía tocar, esto hizo prácticamente imposible continuar la película.

Con la no filmación de la segunda parte se pierde la función moral del relato, realizar el viaje al Sur que no realizó el padre, para descubrir la vida secreta que tuvo y reconciliarse con él, encontrando el fruto del amor secreto del padre con la actriz Irene Ríos, un hermano. Existía una simetría Norte-Sur, un hijo y un amor en cada parte, produciéndose una reconciliación, surge el tema de la piedad, la película intenta comunicar con el espectador renunciando a la palabra. Los hermanos están unidos por algo más allá de la sangre. Estrella regala al chico el péndulo de su padre, se produce el acto fundamental de la transferencia, iniciando al chico en el arte como antes hizo el padre con ella, utilizando las mismas palabras. Al despedirse ambos en la estación semiabandonada de Carmona él le regala un libro que había pertenecido a su tío (Fernando Fernán Gómez), profesor de instituto, hermano de su madre (Irene Ríos), personaje éste forzado a ir a la guerra a asumir un compromiso que no era el suyo, son gente derrotada para siempre, se pegó un tiro en la mano para no disparar contra los suyos, en última instancia fue salvado del pelotón de fusilamiento por la familia de Agustín Arenas, de ideas falangistas. Pues bien su tío le había iniciado en los libros de aventuras, en la literatura, aparece otro sur, todavía más al Sur, el libro es Islas del Sur (Cuentos de los mares del Sur (1893) de Robert Louis Stevenson). Estrella en el tren de regreso al Norte, cumplida su misión, abre el libro y lee en la voz de Fernando Fernán Gómez la introducción: “Hay en el mundo unas islas que ejercen sobre los viajeros una irresistible y misteriosa fascinación. Pocos son los hombres que las abandonan después de haberlas conocido; la mayoría dejan que sus cabellos se vuelvan blancos en los mismos lugares donde desembarcaron; hasta el día de su muerte, a la sombra de las palmeras, bajo los vientos alisios, algunos acarician el sueño de un regreso al país natal que jamás cumplirán. Esas islas son las Islas del Sur. Cuentan que en ellas estuvo en tiempos el Paraíso”(3).
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(1) Un zahorí, a veces llamado radiestesista o buscador de agua, es una persona que pretende que puede detectar elementos ocultos o enterrados, como agua, metales, u objetos perdidos a través del movimiento, supuestamente espontáneo, de dispositivos simples sostenidos por sus manos.

(2) La ciudad que aparece es Zamora, aunque los exteriores se filman en Estella, Navarra.

(3) Su experiencia en El Sur le permite atravesar el umbral de la madurez: cuando sube al tren ha superado la adolescencia, y su mente, ahora mucho más abierta al misterio de la vida, está ya en disposición de entender lo que su padre tenía guardado dentro y que lo llevó a la desesperación y al suicidio. Entonces comprende que el secreto de su padre era mucho más que la relación amorosa con Laura, pues descubre que para Agustín El Sur era el paraíso perdido (amor, juventud. libertad... República): el lugar de la utopía al que ya nunca podría regresar.


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