(L41) Nada grave (2008)


Ángel González, Nada grave (2008)

Se trata de un libro póstumo del poeta ovetense Ángel González (1925-2008) nos ha dejado como legado. Son una colección de veintisiete poemas breves, algunos de intenso lirismo, y de un pesimismo demoledor, atenuado por rasgos de ironía que recuerdan al mejor Ángel González, ironía que queda ya patente en el mismo título: Nada grave, con el que el poeta parece querer quitarle hierro a su profunda desolación. El paso del tiempo, la conciencia de la muerte, la futilidad de la vida y, a pesar de todo, el amor y la belleza de la palabra enlazan con Áspero mundo (1956) y cierran un ciclo poético y, al mismo tiempo, su ciclo vital.

Son versos nada alegres, más bien tristes, duros y a veces hasta deprimentes. «Me han salido muy negros y no creo que los deba publicar», les decía a los suyos. Y fueron dos de los suyos, su esposa Susana Rivera y su gran amigo el también poeta Luis García Montero los que hallaron el tesoro de sus versos póstumos debajo de la pantalla de su ordenador después de su muerte, el pasado 12 de enero. Leyendo ambos concluyeron que aquellos versos tenían unidad, que podían componer un libro, que eran en realidad una suerte de despedida de la vida. Así al menos lo relata García Montero a El País, que se sirve también de las palabras de otros de sus fieles amigos, como Benjamín Prado y Chus Visor, para recomponer la historia de esos sus últimos versos.

Varios de los poemas contenidos en Nada grave son breves sentencias, o reflexiones sobre la vida, en las que el poeta expresa su desencanto y desesperanza, con un tono coloquial y a veces desenfadado:

POR RARO QUE PAREZCA

Me hice ilusiones.
No sé con qué, pero las hice a mi media.
Debió de haber sido con materiales muy poco consistentes.

LEO POEMAS

Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cuando me encuentro un verso triste,
siento en el alma como una caricia.
No es que me alivie la tristeza ajena;
es que me siento menos solo.

LA VERDAD DE LA MENTIRA

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
¿Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
- Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.

El estilo poético de Ángel González, como el de sus contemporáneos de la generación de los 50, es aparentemente sencillo, con frecuencia coloquial, pero es fruto de una consciente labor de depuración, de una búsqueda de la exactitud y la precisión de la palabra, y de la belleza del lenguaje. Sus últimos versos son buenos, mantuvo pues el ovetense la calidad de su obra hasta el final, pese a dolerse precisamente con las más bellas palabras de un final que veía próximo, del que se lamentaba porque, por encima de todo, no quería molestar a quienes le amaban. No quería hacer ruido, no quería que se supiera de esa consciencia del final.

Comentarios

  1. No soc lectora de poesia, en conec pocs de poemes i la majoria perquè n'han fet cançó, em costa d'entrar-hi, d'entendre'ls, saber de què parlen, però mai m'han estat indiferents, ans al contrari, m'agradaria molt poder gaudir de la lectura de la poesia tant com gaudeixo de les novel•les, però haig de dir que aquest petits poemes d'Ángel González, m'han arribat a “l'ànima” i també m'han fet somriure, serà per la senzillesa del seu estil, tal com diu el Tomás, o perquè ens parla de sentiments i de reflexions que podem entendre les persones normals del carrer. Gràcies Tomás per donar-me'ls a conèixer.

    Maite Fàbregas

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  2. Gracias por toda la información que hay en tu blog. Porque se muy poco (comparadocon todo lo que tu escribes) y me ayuda a conocer un poco mas.

    De Angel González había oído hablar, pero no había leido nada de él.... Soy un poco pesimista (a veces) y creo entender lo que dice. Las poesías queincluyes, para una aficionada como yo, me ha animado a saber mas.

    Me ha resultado curioso también ver la parte dedicada a Modigliani. Vi unapelícula este fin se semana sobre él y me sorprendió. Su vida y su obra.

    Marta Manjarres

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