(L222) Cae la noche tropical (1988)
Manuel Puig, Cae la noche tropical (1988)
La forma de
contar de Manuel Puig (1932-1990) es reconocible
en casi todas sus novelas. En ellas aparece el gusto de explicar historias para
llenar el tiempo y las vidas de personas solas o que por su circunstancia vital
están privadas de libertad, alienadas en una sociedad donde prima el consumo. Esto
mismo ocurre en Cae la noche tropical
(1988).
Argumento: Dos ancianas hermanas, Nidia y Luci conversan
acerca de sus seres queridos que han muerto: el marido de una y Emilsen una
hija con cáncer. La acción se sitúa en Río de Janeiro1, Luci tiene
81 años y es la más delicada de salud, Nidia tiene 83 años y ha venido de
Buenos Aires a pasar una temporada con su hermana. Luci explica a Nidia la
historia de una vecina más joven llamada Silvia, exiliada de Argentina por
amenazas de la triple A.2 La vecina es psicóloga, tiene un hijo que
vive en México, su ex-marido también es argentino. Primeramente estuvo exiliada
en México donde tuvo un amor. Después en Brasil estuvo hospitalizada a causa de
una enfermedad. Allí conoce a un hombre que tiene a su mujer ingresada y que al
final muere. Ambos se vuelven a encontrar fortuitamente haciendo unos trámites
en el consulado argentino. Él se llama Ferreira, es brasileño, y le recuerda
físicamente al amor mejicano pero sin sus defectos. Ella le pregunta por cómo
lleva la vida, él le cuenta que tiene dos chicos adolescentes, que su madre lo
ayuda, pero que ya está muy mayor, que no le da conversación por las noches y
él se siente triste y solo. Le habla de su mujer, se habían llevado bien pero
no eran felices del todo. Le pedía que por la noche a su vuelta a casa
estuviera mejor vestida y no tan zaparrastrosa que parecía una sirvienta.
Las viejitas
hablan de lo mal que se maneja un hombre solo, tiene unas necesidades que no
tiene la mujer. Recuerdan cuando visitaron el museo de las hermanas Brontë.
Después de tomar café en el bar del consulado. Ferreira y Silvia quedan para
ver una exposición la próxima semana. Ferreira la llama con una excusa, hablan
dos horas, por trabajo no podrá ir, quedan en verse otro día. Luci es la que
explica la historia a Nidia dándole un aire romántico, recuerdan los sábados
cuando hacían pasteles para sus familias, antes de la guerra, que felices eran
entonces.
Llega el sábado
en que quedaron en verse, Silvia está nerviosa, él no llama. Se saca una
película tristísima de Vivien Leigh, El
puente de Waterloo (1940). Luici tiene dos hijos, como ya sabemos Nidia ha
perdido la suya. Silvia le comenta a su vecina Luci que había visto en aquel
hombre que tenía dentro del pecho un muchacho jovencito al que nadie deja
hablar, como si hubiera caído en un pozo muy hondo. Como él no llama ella
decide buscarlo, telefonea al último trabajo del consulado, de ahí le dan un
número del Ministerio donde se supone que trabaja ahora, después de muchos
esfuerzos consigue hablar con él, quedan en verse al día siguiente, las dos
hermanas se van a dormir. Luci lee un poco el diario: Arquitectura colonial en
ruinas; temporada de verano, los grupos musicales; Sciascia denuncia el negocio
antimafia de políticos y magistrados; anuncios de relojes; perfil del
consumidor; la bahía de las 365 islas; Bikinis con lluvia o sol, la nueva moda
87-88; hasta que lentamente se duerme.
La mañana
siguiente Luci continua explicando la historia. El hombre llega nervioso,
Silvia lo espera sin maquillar, se abalanzan el uno sobre el otro, después del
ímpetu inicial conversan, el no dice nada, ella le explica su vida, se hace la
interesante como si tuviera más pretendientes. Las viejitas hablan de una
compañera de universidad que ha muerto, la última que quedaba. Recuerdan los
chicos que les gustaban: engominados, bohemios, que recitaban poemas a las
chicas, como la sonatina de Rubén Darío. Silvia invita a Ferreira a un Congreso Internacional de Psicología que
se organiza en una isla con la excusa que las parejas van gratis, ella lo paga
todo. Luci había ido a la isla y le explica a su hermana como es. En la isla
ocurre un hecho muy picante que Luci no sabe cómo explicárselo a su hermana…
Comentario: Luci y Nidia son dos hermanas
octogenarias. Luci pasa los días explicándole a Nidia la vida amorosa de una
vecina cuarentona, Silvia. La personalidad más romántica de Luci hace que
presente la historia como si dijéramos “idealizada”. En cambio Nidia, mujer más
enérgica y pragmática irá descubriendo poco a poco que hay detrás. Nidia se
dará cuenta que Silvia es una “cargosa” que acaba aburriendo a los hombres de
tan posesiva que es. Intenta analizarlos y salvarlos, pero no sabe cuáles son
las verdaderas necesidades de ella misma.
Nuevamente
Manuel Puig de un hecho trivial y nimio va entretejiendo esa telaraña de
historias que quedan siempre incompletas y hacen que el oyente/lector quede
atrapado en su red, para así continuar al día siguiente donde esperará ansioso
saber más cosas de los enamorados.
La segunda parte
de la novela, a causa de un viaje de Luci a Lucerna para ver a su hijo, tendrá
un marcado aire epistolar, pero no por ello dejará de perder interés ya que
Nidia le explicará nuevas anécdotas sobre la vecina Silvia, con una visión
diferente, menos edulcorada y más realista, que nos aportará nuevos datos para
conocer cuál es la verdadera personalidad de Silvia.
La detallada
narración de Luci, interrumpida a cada paso por Nidia, alterna con un collage de
escritos: cartas, relatos, noticias de periódico, películas, poemas, informes
policiales y citas de otros autores, que se transforman en voces que dialogan.
No hay un narrador único en la obra. Lo que existe son voces que narran lo que
los personajes de la novela hicieron, pensaron y desearon.
Puig reevalúa el
melodrama y el folletín trascendiéndolo. El folletín es un discurso mítico
constituido por una sociedad presa por los valores del consumo y el poder
burgués. A través de este estilo narrativo se constituye el universo cursi de
los personajes para intentar penetrar en los mitos “pequeño burgueses” que
apuntan hacía lo vacío de la existencia social de los protagonistas. Los
personajes de las novelas de Puig se mueven en el ámbito utópico. La fábula que
ellos inventan y narran como verdad incuestionable, se vuelve real. El placer
de narrar los hace buscar en la ficción la resolución de su peripecia vital.
Proclaman la victoria de la literatura, se entregan a ella, viviéndola y siendo
transformados por ella, así como nosotros, lectores de esas páginas, en sus
múltiples posibilidades.3
NOTAS:
1.- Manuel Puig
también vivió exiliado en Río de Janeiro y México.
2.- También él
mismo sufrió amenazas de esta organización paramilitar y fascista.
3.- Las Ideas de
este párrafo han sido sacadas del completo artículo de Bella Jozef, Las máscaras y los mitos en la noche tropical,
Universidad Federal de Río de Janeiro.
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