(L220) Carreteras secundarias (1996)


Ignacio Martínez de Pisón, Carreteras secundarias (1996)

El premio de la Crítica del año 2011 y también el Premio Ciutat de Barcelona se lo concedieron a una novela de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) titulada El día de mañana (2011). Como me ha entrado el gusanillo de leer algo de este autor he decidido empezar por otra novela suya, Carreteras secundarias (1996), en el vago y seguramente infundado razonamiento que si me gustaba una obra de juventud, la maestría que pueden proporcionar los años de oficio de escritor haría que me gustará aún más una de madurez; y así decidí reservar El día de mañana para más adelante.

Argumento: El secuestro de Patricia Hearst nos apunta la fecha de la acción (febrero de 1974). Un padre y un hijo viajan en un Citroën Tiburón. Viven de apartamento en apartamento de playa los meses de invierno. El hijo está enfadado con su padre porque quiere tener un perro. Dice que su padre y él son diferentes. Coleccionan recortes de las operaciones del doctor Barnard. Se encuentran en un apartamento con Estrella, que quiere ser cantante, de quien su padre está enamorado y dice ser su representante. Recuerda como un día fueron de Murcia a Madrid con el pretexto de ver al doctor Barnard, el chico tenía 8 años. Estrella recibe clases porqué quiere ser cantante de ópera o de zarzuela. Felipe, el adolescente protagonista, recibe sermones de su padre porque hace novillos. Lo único que hace cuando falta a clase es mirar el mar. Todos los colegios le parecen iguales: “En todos había un gordo, un pelirrojo y un tonto. En todos había también un repetidor".(1)

El repetidor del colegio, Marañón, quiere ser amigo suyo. Ambos pegan carteles para una actuación de Estrella Pinseque. La representación ha sido un fracaso de público. Estrella decide abandonar al padre de Felipe porque dice que es un fracasado. Felipe cree que enamorarse sólo trae problemas. Su padre está decaído y triste. Los dos van a verla actuar a la ciudad de Valls, después de la función quieren verla en el camerino. El productor hace una caricia a Estrella, el padre se da cuenta de todo y se van. Se dirigen a Tarrassa a hacer una visita a la familia de su madre, que murió cuando Felipe era un bebe. Sus tías huelen a lejía. Su padre les pide dinero ofreciéndoles entrar en un negoció. Felipe sigue con entusiasmo las noticias sobre las hazañas de Patricia Hearst y el ejército simbiótico de liberación.

El padre se juega el dinero que ha obtenido de la familia en las quinielas de fútbol pensando hacerse rico pero lo pierde todo. Los negocios de los que habían vivido hasta entonces son de lo más curioso: cultivo de champiñones, venta de una gasolinera, venta de chocolate soluble Forzacao, de objetos procedentes de subastas judiciales: papel higiénico, ropa, carritos, jaulas con canarios, etc. Siempre viven en marcha y con la palabra “nos vamos” en la boca. Se alejan del mar y van hacia Lérida, se instalan en un pueblo llamado Almacellas siguiendo a Estrella…

Comentario: La novela es una especie de Road movie a la española, con coche francés, en que un padre y un hijo separados al principio por la edad, pero donde los acontecimientos los van a ir uniendo sin darse cuenta. La narración está contada por Felipe un adolescente rebelde de quince años. Son como el mismo dice un don Quijote y Sancho modernos recorriendo las carreteras de España los últimos años de enfermedad del Caudillo. La maestría narrativa de Martínez de Pisón hace que la novela no pierda interés ni decaiga en ningún momento, es trepidante y además está bien escrita, con un lenguaje muy apropiado para convertirse en guión de cine como así ocurrió. De Carreteras secundarias se han hecho dos adaptaciones cinematográficas: una española y otra francesa.

NOTAS:

1.- Ignació Martínez de Pisón, Carreteras secundarias, Seix Barral, Barcelona, 2011, p. 39.

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