(L272) País de nieve (1947)
Yasunari Kawabata,
País de nieve (1947)
Este autor japonés
fue galardonado con el premio Nobel de literatura el año 1968. Yasunari
Kawabata (1899-1972) es uno de los autores japoneses más reconocidos en
occidente. Hoy comentamos su bello libro País
de nieve (1947).
Argumento: En el
País de nieve no solamente nieva sino que además queda aislado por la nieve y
solo se puede acceder por ferrocarril. Shimamura viaja en tren y queda prendado
de la belleza de una joven llamada Yoko que acompaña a un joven enfermo. Los
tres se han bajado en la misma estación. Allí lo espera un taxi para llevarlo
al Yadoya (albergue) donde lo espera
una muchacha llamada Komako a la que vio la vez anterior, teme que se haya
convertido en una geisha. Antes era
“la señorita que se aloja en casa de la maestra de música”. Shimamura pretende
solamente tener una amistad con ella y poder conversar.
“Realmente le era
imposible considerarla como una profesional, y, aunque sintiera deseo de otra
mujer, no eran más que una necesidad a satisfacer, nada más. Y Shimamura no
quería utilizarla para este fin. Quería que la cosa no tuviera la menor
importancia y no lo atara en absoluto. La muchacha, a sus ojos, era algo
demasiado limpio, demasiado puro para aquello. En el preciso instante en que la
había visto por primera vez se había sentido incapaz de confundirla con las
demás”.1
Shimamura le pide a
Komako que le busque una geisha para
desahogar el cuerpo a lo que ella reacciona molesta. Shimamura está casado y
tiene familia, es un experto en el teatro Kabuki y también en ballet
occidental. La geisha que le
proporcionan lo aburre y la abandona. Sale de paseo y encuentra a Komako con la
que conversa animadamente. Una noche llega la joven a su habitación, se
encuentra mal, ha mezclado licores en una fiesta, se queda con Shimamura quien
la cuida maternalmente.
“La mirada de
Shimamura se había dirigido hacia ella, pero, inmediatamente después, él había
vuelto a apoyar la cabeza en la almohada: aquella blancura que habitaba las
profundidades del espero era la nieve, en cuyo corazón brillaba el carmín de
las mejillas de la joven. La belleza de aquel contraste era de una pureza
inefable, de una intensidad casi insoportable, tan aguzada y viva era.
Shimamura se
preguntó si el sol se había levantado, porque de pronto la nieve había
adquirido un resplandor más brillante todavía en el espejo; podría haberse
hablado de un incendio de hielo. Hasta la negrura de los cabellos de la joven,
a contraluz, parecía menos profunda, secretamente habitada por un juego de
sombras de un leve matiz purpúreo”.2
En el pueblo dicen
que Komako era la prometida del muchacho enfermo del tren y que se metió a geisha para sufragar los gastos de su
enfermedad, un esfuerzo hecho en vano. Komako lo niega a Shimamura, ante el que
toca el samisén. Komato acompaña a
Shimamura a la estación del tren, en eso momentos llega Yoko anunciándoles la
agonía final del muchacho. Ahora Shimamura comprueba en el tren que su
despedida aumenta la nostalgia del viaje…
A pesar de los
fragmentos de gran belleza que posee la novela deja un poco fuera de juego al
lector occidental, no dejan de ser una serie de matices y sombras que seguramente
captará mejor el ideario del lector oriental. No llega a conmoverme, encuentro
la novela lejana y en algunos momentos de su lectura me he sentido ausente.
Creo que es más interesante su novela El rumor de
la montaña (1969).
NOTAS:
1. Yasunari
Kawabata, País de nieve, Emecé
editores, Barcelona, 2013, p. 34.
2. Ibídem, pp. 58-59.
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