Carlos Castilla del Pino (1922-2009)


Esta mañana ha muerto el médico, profesor, humanista y amigo Carlos Castilla del Pino (1922-2009) a consecuencia de un cáncer. El verano pasado tuvo que suspender un curso en la UIMP de Santander titulado Espacio íntimo. Estructura y dinámica de la intimidad. Unos meses después me comentó que lo habían operado, había perdido diez quilos, pero que se encontraba bien, reanudando su labor intelectual de cursos y conferencias. Esta pasada semana santa le comenté mi intención de pasar a saludarlo por Castro del Río donde tiene situada su residencia (la casa del Olivo como a él le gustaba denominarla, es la fotografía que os adjunto) pero me dijo que le estaban haciendo unas pruebas muy dolorosas y que no se encontraba bien, toda una premonición del desarrollo final de la enfermedad. Hace diez años que entré en contacto con sus obras interesado en conocer algo más sobre la complejidad y el funcionamiento de la mente humana. He leído desde entonces veintitrés libros suyos quedando cautivado por la profundidad y el rigor con que trata estos temas. Le considero un referente de la psiquiatría y el pensamiento español y, lo que es más importante, un puntal fundamental en mi formación y en mi forma de entender la vida. Desde las páginas del blog quiero despedirme de él con cariño y agradecimiento por todo lo que me ha dado.

Para los que todavía no le hubierais conocido os adjuntamos una buena biografía escrita por Rafael Gonzalo Jiménez antiguo profesor de los Salesianos de Ronda a la que hemos intentado añadir nuestro pequeño grano de arena.

Biografía: El profesor Carlos Castilla del Pino (1922), prologuista de Luis Martín-Santos, neurólogo, psiquiatra y ensayista español, nacido en San Roque (Cádiz), y que me fue muy familiar durante mis estancias en Puente-Genil y Pozoblanco (Córdoba), lector precoz, tuvo también una temprana vocación científica marcada por la admiración hacia Santiago Ramón y Cajal. Cursó la enseñanza primaria en el Colegio Salesiano de Ronda (Málaga), de cuyo Instituto Militar he sido profesor, el bachillerato en los Escolapios de Sevilla, y la carrera de medicina en la Universidad Central de Madrid. Comenzó su carrera docente nada más terminar sus estudios, adscrito a la cátedra de Patología Médica del Dr. Agustín del Cañizo Álvarez, entre 1942 y 1943. Desde 1943 a 1946 fue alumno interno del Departamento de Psiquiatría del Hospital Provincial de Madrid, que dirigía el profesor Juan José López Ibor. Allí conoció al neurólogo Manuel Peraita y Peraita, que se había formado en Alemania con C.S. Föster, el gran maestro de la neurología germánica inmediatamente anterior a la II Guerra Mundial, Peraita fue uno de sus maestros. Desde 1946 a 1949 continuó en el mismo Departamento, pero ya de médico interno, al tiempo que desde 1945 a 1949 fue también colaborador del Departamento de Histología del Sistema Nervioso en el Instituto Santiago Ramón y Cajal de Madrid, que dirigía el profesor Sanz Ibáñez. Allí conoció a dos discípulos de Santiago Ramón y Cajal, Jorge Francisco Tello y Fernando de Castro, de los que tuvo ocasión de aprender la preparación en láminas muy extensas del córtex cerebral. Y estuvo también influido por la fenomenología, la psicopatología y el análisis existencial de Edmund Husserl, Max Scheler y Martin Heidegger.

El 19 de junio del 2003 fue elegido miembro de número de la Real Academia española de la Lengua, en la que el 7 de marzo del 2004, a las 19 horas, leyó el discurso de ingreso: Reflexión, reflexionar, reflexivo. Con contestación a cargo de José Luis Pinillos. Ha formado a numerosos psiquiatras españoles, franceses e hispanoamericanos. Ha sido profesor visitante de las universidades de Copenhague y Aarthus (Dinamarca), Middelbury (Vermont, USA), Milán (Italia), Göttingen (Alemania), Marsella (Francia, Sheffield (Inglaterra), Lieja (Bélgica), Caracas, Valencia (Venezuela), Buenos Aires, La Plata, Córdoba y Rosario (Argentina), Santo Domingo (República Dominicana), Lima (Perú), Bogotá (Colombia), etc. Ha recibido el premio Comillas de memorias, biografías y autobiografías (1996), el Premio Internacional de Ensayos Jovellanos (1998), el Premio Público de ensayo y pensamiento (1999), el Premio de Cultura María Zambrano (2000), el Premio Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer (Cádiz,2001) y el Premio Andalucía de Investigación de Humanidades y Ciencias Jurídicosociales Ibn Al Jatif (2001). Doctor honoris causa por la Universidad Nacional de San Marcos (Lima, Perú), Cádiz y Autónoma de Madrid (España). Profesor de la Escuela de Ciencias Sociales, con mi catedrático y amigo Enrique Tierno Galván y José Luis López Aranguren, a menudo trabajó con Elías Díaz, Ramón Tamames, Carlos Moya y Salvador Ginés.

Su tesis doctoral la dirigió el catedrático de oftalmología Dr. Buenaventura Carrera sobre Fisiología y patología de la percepción óptica del movimiento, leída en 1947. Investigó por entonces la distinción de esquizofrenias encubiertas por otras patologías. Desde 1949 dirigió el Dispensario de Psiquiatría de Córdoba, donde también ejerció como catedrático de Psiquiatría. Desde 1946 a 1966 dedicó gran parte de su tiempo a las investigaciones neuropatológicas y publicó treinta trabajos, de los que veinte son de neurología patológica experimental; destacando un trabajo sobre La unidad sensoriomotriz en la esfera óptica, que se publicó en 1946 en las prestigiosas Actas Lusoespañolas de Neurología y Psiquiatría. Y en algunos de ellos, por ejemplo Los dinamismos de la tristeza y de la inhibición en los enfermos depresivos, publicados en Archivos de Neurobiología en 1966, se contienen ya los gérmenes de una nueva manera de entender la psiquiatría. En 1949 hizo unas Oposiciones en la que fue nombrado jefe de los Servicios Provinciales de Psiquiatría e Higiene Mental de Córdoba, cargo en el que continuó hasta su jubilación en 1987. No logró ninguna de las cátedras universitarias a las que se presentó durante el franquismo, por ser militante entonces del Partido Comunista de España (PCE).

Comenzó a ser conocido con su libro Un estudio sobre la depresión. Fundamentos de antropología dialéctica (1966), que abrió un nuevo frente social en la psiquiatría y en la conciencia pública española, señalando la importancia que en el desarrollo de las patologías y su curación tiene el contexto social y económico; y el impacto de esta obra se acusó en las nueve ediciones sucesivas que tuvo; explicando la clínica psiquiátrica tradicional, la psicología dinámica, la psicología social (en particular la psicología de las actitudes), la sociología de George H. Mead, la psiquiatría de Harry Stack Sullivan y la antropología marxista de derivada de los Manuscritos Económicos y Filosóficos. Desde 1968 Carlos Castilla del Pino centró su investigación en el análisis del lenguaje, con especial dedicación a la hermenéutica del lenguaje. Su segundo libro, La incomunicación, se publicó en 1969 tuvo trece ediciones. En 1970 sus Cuatro estudios sobre la mujer y su Sexualidad y represión fueron también muy leídos.

Otros de sus libros son: Psicoanálisis y marxismo (1971); El discurso de la mentira (1988); De la intimidad (1989); Introducción a la hermenéutica del lenguaje (1972); Introducción al masoquismo (1973); Criterios de objetivación en psicopatología (1977); Introducción a la Psiquiatría; Vol.1 (1978); vol.2 (1980); Teoría de la alucinación (1984); Una investigación de teoría psicopatológica (1984); Cuarenta años de psiquiatría (1987); El análisis del discurso y su aplicación a la psicopatología (1988); El silencio (1992); El delirio, un error necesario (1997); El odio (1997); Discurso de Onofre (novela) (1999) y Teoría de los sentimientos (2000). Así como los dos libros de memorias Pretérito imperfecto. Autobiografía (1922-1949) y Casa del olvido. Autobiografía (1949-2003). Libros que le valieron su ingreso en la Real Academia Española de la Lengua.

Desde 1949 a 1965 escribió sobre numerosos trastornos neurológicos, como meningitis tuberculosa, encefalitis linfática, mielitis neuroóptica, tumores cerebrales y epilepsia; neurohistología: método del cromato de plata amoniacal y su aplicación a la impregnación de las neuronas; y clínica psiquiátrica: sobre la patogenia de algunos síntomas del delirium tremens, el síndrome de Korsakov, la sintomatología psiquiátrica del síndrome de Morgagni-Stewart-Morel. Separó las dismorfias psicóticas de las dislusiones.

También El punto de vista clínico en la sistemática psiquiátrica actual: teoría nosológica; La psiquiatría desde 1944; psicopatología: Sobre el trastorno formal del pensamiento en la neurosis obsesiva, Sobre la degradación de las estructuras delirantes tras el tratamiento con neurolépticos; filosofía: El concepto de gravedad en Kierkegaard. Y artículos psicológicos, psicopatológicos y clínicos recopilados en Cuarenta años de Psiquiatría (1987).

En 1959 confeccionó dos artículos, publicados conjuntamente en 1963 con el título Vieja y Nueva Psiquiatría. Durante los años sesenta: Ética equívoca; La persona, limitante y determinante de la libertad; La situación, fundamento de la antropología.

Quiso crear una antropología dialéctica que cuestionase el fracaso de la cura psicoanalítica corriente. Partiendo de la oposición entre sujeto y realidad, muestra que, si bien la persona se ve estructurada por su situación mundana, conserva su propio dinamismo, de orden evolutivo e histórico; su teoría de la libertad plantea como tesis fundamental que el ser humano es el motor de la historia. Analizó la mala conciencia, que constituye una falsa conciencia, a través de La depresión (1967), La culpa (1968) y La incomunicación (1969). Hostil a la fenomenología, se adhiere a la filosofía de la praxis, en la que lo que cuenta es la significación que el ser humano confiere a la realidad; pero nunca en el sentido de Jean Paul Sartre. Rechazando toda ontología, incluso la agnóstica, Carlos Castilla del Pino quiere disolver las últimas frustraciones, pero éstas sólo podrán desaparecer una vez establecida la sociedad sin clases; en espera de ello subsistirían muchas alienaciones, en particular femeninas, en un mundo machista, duro y exclusivo. El humanismo imposible (1968) y la Naturaleza del saber (1975) muestran el camino a seguir, sin disimular las innumerables dificultades. Y el problema de la expresión se relaciona con esta perspectiva en Introducción a la hermenéutica del Lenguaje (1972).

Entrevista al psiquiatra Carlos Castilla del Pino en el programa "De cerca" de TVE el 16 de mayo de 2005.

Comentarios

  1. Castilla del Pino, a mi parecer, es un "hombre del Renacimiento", es decir un hombre que cultivó diversos ámbitos del conocimiento. No se limitó a su profesión de psiquiatra y sintió un verdadero interés por todas las humanidades.
    Una vida intensa y fructífera que ha dejado un gran legado desaparece. Descanse en paz.

    ResponderEliminar
  2. Arrel del recent decés del psiquiatra Dr. Carlos Castilla del Pino, l’amic Tomás Ruíz ens ha regalat un magnífic article dedicat al que havia estat el seu professor, amic i prestigiós humanista. Voldria dedicar-li unes paraules.

    Personalment sóc neòfita en la matèria que ell va desenvolupar, però la lectura de “Cinc converses sobre la psiquiatria, la felicitat, la memòria, els llibres...” de l’autora Anna Caballé, d’Edicions Península, em van empènyer a interessar-me per la seva biografia publicada en dos volums per Tusquets Editors: “Pretérito Imperfecto” i “Casa del Olivo” que jo recomanaria ferventment a tothom per iniciar-se en el seu coneixement. Són d’una gran amenitat, ens situa en l’època de la guerra incivil i sobretot en la postguerra, els successos ocorreguts i soferts pel poble ras, i en carn pròpia del Dr. Castilla del Pino, els quals ens aporten coneixements de diferent índole i de gran interès per l’època recent que tracten. A partir d’aquí hom es veu capaç d’introduir-se, per pròpia curiositat i interès en altres publicacions més específiques que ens ha deixat i que aprofundeixen sobre els sentiments, el deliri, la culpa, la depressió, etc.

    Del que he llegit fins ara resten dins meu moltes anècdotes que han contribuït a la reflexió i a saber molt més del comportament humà, inesborrables petjades a les quals m’hi van conduir els amics Montse José, Rosa Sanromá i Tomás Ruíz que sempre els restaré agraïda.

    Des d’aquest comentari a l’explícit article-homenatge de l’amic Tomás vull també agrair al Dr. Castilla del Pino els coneixements que m’ha aportat mitjançant les seves lectures, a més del més profund respecte. Gràcies,

    Odile Laguarda i Panadès

    Sant Pere de Ribes, 24 de maig de 2009

    ResponderEliminar
  3. Al conocer la noticia de la muerte del Dr. Castilla del Pino, que es como le conocíamos en Córdoba, me han venido a la memoria recuerdos de mi juventud.

    El Dr. Castilla del Pino era una persona muy conocida, tenía fama de ser muy buen médico a pesar de ser comunista (eran los comentarios típicos que se hacían). Era el año 1969 cuando coincidí en el Instituto con una de sus hijas, María Fernanda. Para mí, que venía de un colegio con una educación muy estricta (era lo habitual en la época) me llamó mucho la atención esta compañera, en clase hacía lo que quería, era bastante indisciplinada. Al principio pregunté a otros compañeros que la conocían hacía más tiempo, por qué actuaba así y me decían que su padre era el Dr. Castilla del Pino y que esto la hacía diferente, en su casa la dejaban actuar en libertad, no la controlaban tanto como a los demás que no nos dejaban en paz. Ella era diferente porque su padre era diferente.

    Desde entonces me interesé por él. Leía algunos de sus libros y seguía con interés las noticias que hablaban de él. En la ciudad (Córdoba) siempre había comentarios, unos a favor y otros en contra, que si se había escrito un nuevo libro, que si se había separado, que si no había ganado la plaza de Catedrático. A veces le veía en un bar que había cerca de casa, era donde él desayunaba en la época que trabajó como profesor.

    La duda que siempre he tenido y nunca he llegado a entender es cómo una persona que había ayudado y curado a tantas y tantas personas que acudían a su consulta, tuvo tantos problemas con los hijos.

    Paquita Tienda Cantero

    ResponderEliminar
  4. Hola

    Desde mi adolecencia he leído obras de Castilla del Pino.
    En mi caso el interés por el psicoanálisis, la psiquiatria, y demás disciplinas relacionadas con la mente tuvo un despertar temprano.
    El año pasado estando en Córdoba, me crucé con Castilla del Pino, él estaba en la estación de Renfe. Me quedé mirándolo y a pesar de su edad se le veía en buen estado, ágil.
    Sin embargo esa enfermedad que se lo ha llevado ha sido implacable.
    Lamenté su muerte como si fuese la de alguien conocido y de gran importancia en mi vida. Cuando leía sus libros en mi adolescencia siempre lo consideré como un guía en el que se podía confiar y por esto mismo ahora que ha fallecido tengo esa sensación de que el mundo que conoces va poco a poco desapareciendo con todas esas personas que alguna vez fueron referencia de tu vida.

    Por lo que he leído en este blog, quien lo escribe tenía un trato más o menos cercano con Castilla del Pino, ¿me podría decir qué tipo de cáncer fue el que padeció para que en tan poco tiempo terminase con su vida? ¿sus cenizas no será enterradas?

    Saludos

    ResponderEliminar
  5. No sé el tipo de cáncer que padecía, solamente que el verano pasado (2008) suspendió un curso que tenía previsto impartir en la UIMP de Santander. Después me comentó que lo habían operado, había perdido diez kilos, pero que pese a todo se encontraba bien. Al morir él no tengo relación con nadie más de su familia (no conozco a su mujer Celia Fernández) así que no te puedo decir que tipo de entierro harán, presumiblemente será civil y no religioso. Gracias por tu aportación ¿nos dices tu nombre? Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Tomás

    Gracias por tu respuesta.
    Mi interés en la enfermedad de Castilla del Pino está relacionado con una teoría médica que enlaza conflictos vividos y enfermedades asociadas a dichos conflictos. Por esto mismo cuando he leído en tantos sitios que falleció de cáncer siempre faltó saber el tipo de cáncer, a qué órgano afectó inicialmente.
    La pérdida de Castilla del Pino ya es irremediable y en cualquier caso, antes o después, tenía que suceder. Sin embargo ese detalle de sus últimos meses de vida si que me gustaría llegar a conocerlo, aunque parece que va a ser complicado.
    Durante estos días estoy terminando de leer su autobiografía y tengo la sensación de que incluso en personas como Castilla del Pino, que tanto ofrecieron a los demás, hay una parte aún mayor que siempre se pierde, que poco a poco va desapareciendo incluso de los lugares donde vivió. La vida es así, se va renovando y los que desaparecen lo hacen de manera definitiva y parece además que toda esa experiencia de poco le sirve a todos los demás que van llegando al mundo porque pasan los años y los siglos y seguimos comentiendo los mismos errores de siempre.

    Antonio Ledesma

    ResponderEliminar
  7. El cáncer que finalmente se lo llevó fue de colon. Una nieta también falleció de lo mismo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)

(L305) Bella del Señor (1968)