(C7) Entre Copas (2004)
Alexander Payne, Entre copas (Sideways) (2004)
Dos amigos, desde que compartían habitación en la Universidad, llegan a la cuarentena. Miles es profesor de literatura y escritor de una monumental novela que ninguna editorial quiere publicar y además está atormentado por su reciente divorcio. Jack es un soltero empedernido, actor de segunda categoría, que últimamente se dedica a hacer anuncios publicitarios. Este último se va a casar y para celebrarlo deciden realizar juntos un último viaje de solteros por los valles de viñedos de California (Santa Ynez). Mientras que Miles solamente piensa en descansar y relajarse, Jack quiere aprovechar el viaje para tener alguna aventura antes de pasar por el altar y perder su soltería. En el camino conocerán a dos mujeres muy interesantes: Maya y Stephanie. La película es una mezcla de road movie (el viaje) y buddy movie (película de colegas).
Así, por un lado tenemos a Jack (Thomas Haden Church), un actor de bajos vuelos, abiertamente irresponsable, juerguista e inmaduro, que ha hecho de la mentira y la seducción su moneda de cambio; y por otro, a Miles (Paul Giamatti), un novelista frustrado, pesimista e inseguro, que no ha logrado superar todavía su divorcio, mostrando muchos recelos a la hora de iniciar una nueva relación, y que se dejará empujar dentro de la espiral de embustes de su amigo. Ambos encontrarán el contrapunto perfecto en dos mujeres sólidas y experimentadas poco dispuestas a aguantar su infantilismo: Stephanie (Sandra Oh), madre soltera y experta vinícola, y Maya (Virginia Madsen), una camarera con inquietudes que también ha atravesado una dolorosa separación, con las que vivirán sendos romances condenados a fallar por la falta de juicio de Jack y el depresivo ánimo de Miles.
Con la excusa de recorrer en coche la ruta vinícola de California (Miles es un experto en vinos), ambos personajes pretenden, en el fondo, liberar algunos de sus demonios interiores: Miles está pendiente de la llamada de una editorial que parece interesada en publicarle su novela gracias a la cual espera iniciar una triunfal carrera como escritor, mientras que Jack va a casarse la semana que viene y quiere aprovechar esos «últimos días de libertad». Ambos personajes basan su amistad en el fingimiento, ya que tras la erudición de Miles en vinos se esconde un mal disimulado alcoholismo, mientras que Jack es un actor profesional, lo cual explica su manera desvergonzadamente «simpática», calculada, de aproximarse al sexo femenino.
Dos amigos, desde que compartían habitación en la Universidad, llegan a la cuarentena. Miles es profesor de literatura y escritor de una monumental novela que ninguna editorial quiere publicar y además está atormentado por su reciente divorcio. Jack es un soltero empedernido, actor de segunda categoría, que últimamente se dedica a hacer anuncios publicitarios. Este último se va a casar y para celebrarlo deciden realizar juntos un último viaje de solteros por los valles de viñedos de California (Santa Ynez). Mientras que Miles solamente piensa en descansar y relajarse, Jack quiere aprovechar el viaje para tener alguna aventura antes de pasar por el altar y perder su soltería. En el camino conocerán a dos mujeres muy interesantes: Maya y Stephanie. La película es una mezcla de road movie (el viaje) y buddy movie (película de colegas).
Así, por un lado tenemos a Jack (Thomas Haden Church), un actor de bajos vuelos, abiertamente irresponsable, juerguista e inmaduro, que ha hecho de la mentira y la seducción su moneda de cambio; y por otro, a Miles (Paul Giamatti), un novelista frustrado, pesimista e inseguro, que no ha logrado superar todavía su divorcio, mostrando muchos recelos a la hora de iniciar una nueva relación, y que se dejará empujar dentro de la espiral de embustes de su amigo. Ambos encontrarán el contrapunto perfecto en dos mujeres sólidas y experimentadas poco dispuestas a aguantar su infantilismo: Stephanie (Sandra Oh), madre soltera y experta vinícola, y Maya (Virginia Madsen), una camarera con inquietudes que también ha atravesado una dolorosa separación, con las que vivirán sendos romances condenados a fallar por la falta de juicio de Jack y el depresivo ánimo de Miles.
Con la excusa de recorrer en coche la ruta vinícola de California (Miles es un experto en vinos), ambos personajes pretenden, en el fondo, liberar algunos de sus demonios interiores: Miles está pendiente de la llamada de una editorial que parece interesada en publicarle su novela gracias a la cual espera iniciar una triunfal carrera como escritor, mientras que Jack va a casarse la semana que viene y quiere aprovechar esos «últimos días de libertad». Ambos personajes basan su amistad en el fingimiento, ya que tras la erudición de Miles en vinos se esconde un mal disimulado alcoholismo, mientras que Jack es un actor profesional, lo cual explica su manera desvergonzadamente «simpática», calculada, de aproximarse al sexo femenino.
Es una película llena de argumentos para detestar al género masculino por completo: mientras que sus dos varones protagonistas aglutinan todas las manías, defectos y debilidades adjudicados por antonomasia al hombre —cada uno exhibe su particular versión de toda la inmadurez, la falta de responsabilidad y la cobardía de que son capaces—, ellas son las únicas que salen bien paradas de este nuevo asalto en la eterna guerra de sexos al ser presentadas como mujeres honestas, inteligentes, sensibles y valientes. Lo que realmente me hacía gracia era observar cómo la crítica —tradicional dominio masculino, igual que el cine—, lejos de reparar acerca de esta circunstancia —debe de ser que tienen muy asumida la autodisculpa—, reconocía entre las virtudes de esta cinta la posibilidad de identificación que ofrecen sus personajes!?
La película merece la pena verla por varios motivos: Entre copas se erige en un film inteligente, a ratos muy divertido, en ocasiones también muy amargo, gracias a la excelente dirección de actores de Payne, quien demuestra aquí que sabe extraer densidad y calor humano de las situaciones planteadas con su manera de captar gestos y miradas que describen con agudeza a los personajes, sus sentimientos y sensaciones. Lo que al principio parece una simple comedia va adquiriendo matices y profundizando en unos personajes que tienen bastantes claroscuros. Por el tratamiento de la amistad entre dos personas totalmente diferentes como son Miles y Jack. La diferencia entre el amor y el sexo sea visto por hombres o por mujeres. El tratamiento del mundo del vino, hecho con delicadeza, buen gusto y conocimientos que no aparecen muy frecuentemente en el cine. Son muy acertados sus comentarios sobre el mundo vitivinícola y nos van introduciendo en él de una forma amena, casi sin darnos cuenta, nos hablan de las cosechas, los tipos de uva y los vinos. Muy acertadas sus delicadas apreciaciones sobre el pinot noir, el syrah y el chardonay y muy divertidos sus comentarios ácidos y sarcásticos sobre el merlot, el cabernet franc y el cabernet sauvignon.
Entre copas les ha valido a Alexandre Payne y Jim Taylor un Óscar al mejor guión adaptado y el premio al mejor guión del sindicato de guionistas de los Estados Unidos.
La vi un poco por casualidad y me encantó. Me extrañó que nadie me la hubera recomendado, pues es una de esas películas en las que lo interesante no es que pasen muchas cosas y a un ritmo acelerado, sino que se vive cada momento.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia verla ahora recomendada por ti.
Marta