(G16) El Bulli (Cala Montjoi, Roses, Girona) - 2
El comentario de
este restaurante no será como el de los otros que os he hecho llegar hasta
ahora. La abundancia de platos me hace imposible el comentarlos uno a uno,
aunque si que creo que los podré agrupar por conceptos. Tal y como decía
Leonardo da Vinci sobre la pintura ("La pittura è una cosa mentale")
también se puede opinar que la cocina de Ferran
Adrià Acosta (L’Hospitalet de Llobregat, 1962) es una cosa
mental. A través de conceptos previamente pensados crea platos, Adrià no va a
lo seguro, al éxito de lo ya conocido, innova y experimenta constantemente y este
asumir riesgos es de agradecer.
A continuación
os enumero los 35 platos de que consta el menú degustación del año 2009 en El Bulli para que podáis seguir mejor
los comentarios:
1.- Cañas:
mojito-caipiriña
2.- Pañuelo.
3.- Coníferas.
4.- Aceitunas
verdes esféricas.
5.- Cacahuetes
miméticos.
6.- Galleta de
sésamo.
7.- Chips de
vainilla.
8.- Cereza umeboshi.
9.- Esponja de
coco.
10.- Cornete de nori con frambuesa y soja.
11.- Bizcocho de
sésamo negro y miso.
12.- Hoja de
ostra con rocío de vinagre.
13.- Canapé de
jamón y jengibre.
14.- Trufa
sorpresa.
15.- Té de
perifollo.
16.- Gambas en
dos cocciones.
17.- Almendra
mimética.
18.- Berberechos
con yuzu.
19.- Champiñón-
CRU con avellana.
20.- Rosas /
alcachofas.
21.- Bocadillo
de calabaza y almendra.
22.- Ortiguilla
al té.
23.- Shabu-shabu de piñones.
24.- Risotto de huevas de trucha.
25.- Espardeñas gelée.
26.- Abalone.
27.- Canapé de
conejo y sus menudillos.
28.- Riñones de
cabrito con consomé al jerez, yogur e hinojo.
29.- Estanque.
30.- Merengue de
yogurt.
31.- Bola de
coco.
32.- Hojaldre de
piña.
33.- Raíces.
34.- Moluscos.
35.- Caja de
chocolates.
Creo haber
podido agrupar algunos de sus platos según las diferentes influencias que ha
recibido Ferrán Adrià y sus colaboradores:
a) Los “guiños” a la infancia. Hay dos platos
que juegan con sabores ligados a las experiencias de la infancia. El primero es
el número 1, las cañas de azúcar que todos los que estamos entre los cuarenta y
los cincuenta mascábamos para extraerles su jugo. Cómo ahora ya somos mayores
los que les extraes es el sabor del mojito y la caipiriña. El número 23 el shabu-shabu (foto) de piñones me recuerda a mi
infancia cuando extraíamos los piñones de los grandes árboles mediterráneos,
eso sí acompañados del agua de la misma. Los piñones están envueltos en una
gelatina, los coges y mojas en un cuenco con el agua y te los llevan
rápidamente a la boca para que no deshagan.
b) Los “trampantojos” culinarios. Parafraseando a
Salvador Dalí cuando hablaba de sus cuadros “nada es lo que parece ser”. He
utilizado este término procedente de la pintura para intentar expresar lo que
nos dicen un grupo de platos donde el ojo nos engaña. Ejemplos: el número 4,
las aceitunas verdes esféricas a través de la vista son aceitunas y saben a
aceitunas pero en realidad no lo son. El número 5, los cacahuetes miméticos,
tienen la forma del cacahuete y el mismo sabor pero dentro contienen líquido. El
número 17, las almendras miméticas (foto), todo el plato está a la vista lleno de
almendras sobre un fondo de agua de las mismas, todas saben a almendras en
diferentes estadios de su formación, desde las más tiernas y transparentes
hasta las tostadas, sin embargo los sentidos de la vista y del paladar nos
engañan, unas son almendras y otras no, lo vas comprobando cuando te las llevas
a la boca, unas las puedes masticar, son sólidas y otras se funden en la boca y
desaparecen, eso sí todas saben a almendras.
c) Las raíces mediterráneas. Ferrán Adrià no
olvida de dónde procede su cocina, cuáles son sus raíces y nos lo recuerda en
varios platos. El número 14, la trufa sorpresa, con un sabor muy suave y leve a
tierra, a hongo. El número 16, gambas en dos cocciones (foto), son gambas de Roses que
se comen en tres tiempos, primero el fumet
de la gamba en una cuchara, después el cuerpo, tierno y apenas hecho y que está
unido a las patas cristalizadas. El número 27, el canapé de conejo con sus
menudillos, un plato típicamente del país. También utiliza las espardeñas, los
berberechos, etc.
d) La influencia de la cocina japonesa y asiática en
general. Creo
que este año ha plasmado en sus platos la gran impresión que le causó la visita
al restaurante japonés Mibu de Hiroyoshi Ishida en Tokio, y
pienso que esta experiencia ha impregnado muchos de sus platos con el apego
oriental a la sencillez y a lo imprescindible. El número 15, té de perifollo
que elaboran delante del cliente posee una sencillez y una espiritualidad
conmovedora. El número 8, cereza umeboshi,
unas ciruelas japonesas que previenen la aparición del cáncer. El número 34,
moluscos (foto), donde encontramos las cáscaras de un mejillón relleno de lichi y la de una almeja con un producto
japonés en su interior que adormece y relaja la lengua y el paladar, (nada que
ver con aquellos palo santos de nuestra infancia que dejaban la boca
acartonada) también hay un limón dulce de acompañamiento. El número 10, cornete
de nori[1]
con frambuesa y soja. El número 26, Abalone,
que es un molusco de las costas asiáticas y japonesas.
e) La cocina de fusión. Merecen
destacarse varios platos que mezclan con armonía la tradición de oriente y
occidente. El número 13, canapé de jamón y jengibre. El número 18 berberechos
con yuzu, un cítrico japonés de sabor
dulce, un plato muy original. También el número 25, espardeñas gelée (foto), un producto del mediterráneo
combinado con jengibre.
Otros apartados a comentar:
Los postres. Mención especial merecen los postres
donde la creatividad y variedad nos maravilló. El número 29, estanque, es un
prepostre que sirve para oxigenarte de los platos anteriores y tomar nuevas
fuerzas para seguir el viaje culinario. Es un lago helado cubierto por té
japonés Matcha que has de romper
antes de comerlo. El número 31, bola de coco (foto), enorme helado que se rompe y
endulza con curry antes de proceder a comerlo con los dedos.
El número 33 una
espectacular raíz y la tierra que la acompaña (foto), todo de varios tipos de chocolates.
El número 35 y último, la sorprendente caja en forma de un costurero (foto) de donde se
abren cajones llenos de muchísimos bombones de chocolate de varios tipos:
espectacular. Lástima que llegáramos tan llenos y que no atendieran mi
sugerencia “medio en broma” de llevarnos la caja. Las hojas verdes con sus
nervios enervados me recuerdan las que aparecen en la joya El cáliz de la vida (1965) de Salvador Dalí.
Los vinos. Unos meses antes me había descargado de
su página web la carta de vinos con más de 1.500 referencias de todo el mundo.
Después de estudiarla, solamente un poco, hice una preselección de varios vinos
blancos que merecían probarse en una ocasión así. Al final con el amable
asesoramiento de Ferrán Centelles, quien nos confirmó que era una excelente
opción, nos decantamos por un Côtes-du-Rhone
Coudoulet 2005 de Châteaux de Beaucastel, con aromas a fruta madura,
melocotón y piña, no se encuentra madera, tiene un recorrido largo y seco con
un postgusto dulce al final. Para acompañar los postres nos sugirió una copa de
Moscatel MR 2007 de Telmo Rodríguez,
DO Málaga y Sierras de Málaga. Creemos que fue una excelente recomendación,
suave con poca graduación, ideal para acompañar postres de hojaldre como el
número 32, hojaldre de piña.
El pan. Como curiosidad os diremos que ya no
sirven pan, a la pregunta del porqué de la pareja de mi izquierda les
contestaron que debido a lo abundante del menú los comensales no se acababan
los platos y decidieron suprimirlo, pero que si querían en diez minutos lo
tendrían hecho. Efectivamente, a los diez minutos apareció una espléndida
hogaza para ellos.
Platos que creemos no están a la altura. El número 24, risotto de huevas de trucha y el número
30, merengue de yogurt, creemos que no aportan mucho al menú. Claro que entre
35 platos es normal que alguno desentone. Como dice Martin Heidegger en Arte y poesía (1953): “No todo lo que
realiza un creador ha de ser necesariamente una obra de arte”.
Entramos a cenar
a las 8.30 horas y salimos pasadas las 12,30 horas. Cuatro horas de cena en las
cuales como dice Andoni Luis Aduriz en su restaurante Mugaritz de
Renteria
puedes “sentir, imaginar, descubrir o alterarte, impacientarte, padecer”, es
mucho mejor decantarse por la primera opción.
Platón escribió
en el frontispicio de su escuela la siguiente frase: “Qué nadie entre aquí si
no sabe geometría” “Ni tampoco quién sepa demasiado”. Para terminar os diría
que al Bulli no se va a cenar, se va a experimentar, a divertirse, a reír, a
compartir, a jugar y a contemplar un espectáculo gastronómico único. Que nadie
entre en El Bulli si no está
dispuesto a jugar con la seriedad con la que lo hace un niño.
Anécdotas y curiosidades:
No sabéis la
cantidad de personas que llegan a las puertas de El Bulli solamente para hacerse una fotografía a la entrada.
Nosotros les hicimos una, por cierto encantados, a un grupo.
Lluís García nos
explicó como seleccionan a los 6.800 comensales que tienen cada año. El 50 %
entre personas que no han ido nunca. El otro 50 % entre personas que habían
estado antes. También intentan equilibrar entre extranjeros y autóctonos porque
si no fuera así solamente lo visitarían japoneses y americanos. Lo que más
lamentan, nos dijo, es el tema de las reservas y decir no a tanta gente. Yo le
pregunté cuantas peticiones tenían al año y sugerí la cifra de trescientas mil
y él nos dijo que eran cercanas al millón y que si quisieran dar respuesta a
todas necesitarían un siglo y medio aproximadamente.
La oportunidad
de probar productos nuevos y desconocidos para nosotros: el té Matcha, el cítrico yuzu, el abalone, la
cereza umeboshi, etc.
Al salir te
"regalan" su libro Un día en el
Bulli (2007) de la editorial RBA y elBullibooks valorado en 40 euros.
Afortunadamente al volver de El Bulli vas conduciendo por el terraplén y no por el acantilado, sino más de uno acabaríamos en el barranco.
Afortunadamente al volver de El Bulli vas conduciendo por el terraplén y no por el acantilado, sino más de uno acabaríamos en el barranco.
Precio del menú
degustación 230 euros + bebidas + IVA. Fecha de la visita el 4 de agosto de
2009.
PUNTUACIÓN: 9/9,5
Equilibrado, elaborado, completo, directo, sincero y apasionante.
ResponderEliminarUn artículo sencillamente embriagador que te deja la boca líquida y la imaginación con los placeres de los sabores comentados.
Felicitaciones.
Jorge
Hola Tomás, he llegit lo del Bulli, i m´ha agradat molt com ho descrius, jo pensava, que a part de que em faria mal a la butxaca, potser no m´agradaria... pero crec que si, com a experiencia, ja que a mi m´agrada provar, peró em pensava que no era copiós, i tu dius que ja no podies més.
ResponderEliminarBe segur que no tindré la sort d´anar-hi, per lo tan has fet molt bé d´explicar la experiencia.
Mary Gumà
Hola Tomàs,
ResponderEliminarEl comentari del Bulli, genial. Crec que vaig a fer la reserva. L'espera val la pena. Gracias.
Joana Serrano.
TRIBUNA: UNA VISITA A EL BULLI JUAN JOSÉ MILLÁS
ResponderEliminar"Cuando abandone El Bulli habrá recorrido todos los rincones de su alma"
JUAN JOSÉ MILLÁS 31/01/2010
Lo primero que debe hacer usted es buscar en el mapa una cala, de nombre Montjoi, situada al lado de Roses, dentro del parque natural Cap de Creus. Aunque usted sabe lo que es una cala (lo más probable es que ahora mismo tenga una dentro de la cabeza), permítanos que se lo recordemos: una porción de mar que penetra en la tierra dibujando la forma de un seno (¡de un seno!) En la Costa Brava las hay a miles y son el resultado de la acción obsesiva del viento y el mar sobre los acantilados. Bastan unos siglos de Tramontana y oleaje para que aparezcan milagrosamente estos pequeños retiros naturales rodeados de vegetación y de mitologías.
Os recomendamos leer el artículo entero en El País.
Hola Tomas, gracias por llevarnos a comer a un lugar único donde la mayoría de los simples mortales no nos podemos permitir el lujo ni de pensar en ir, el dispendio me causaria un remordimiento insoportable. Pero es fantástico tener un amigo que te pueda trasladar lo que se siente. Tal como te he dicho en más de una ocasion: Si tu has podido disfrutar de unos momentos mágicos, en cierta manera yo tambien los he disfrutado cuando me lo has contado.
ResponderEliminarGracias y sigue llevándonos a esos sitios tan maravillosos.
un saludo,
Aureli Hidalgo
Fantástico artículo. Casi he paladeado los sabores de las aceitunas, de las almendras...
ResponderEliminarHay que reconocer que este Ferran es un genio. ¿Conoces su libro "la cocina de la familia"? Creo que se llama así. Mi hijo Javi lo pidió para Reyes y dice que es muy interesante, práctico y curioso. Cuenta los platos que se preparan en su cocina para los empleados. Los explica con todo lujo de detalles y confotografías que ilustran los pasos de la preparación o los mismos platos.
Un abrazo
Adelaida de Sarraga
CERRADO PERMANENTEMENTE
ResponderEliminarDesde el año 2011