(G26) Dos cielos (Barcelona)



Los hermanos gemelos Torres (Sergio y Javier) llevan ya casi un par de años oficiando en la planta 24 del Hotel ME de Barcelona. Hacía meses que queríamos visitarlos pero diversos motivos, entre ellos la dificultad de reservar los fines de semana, nos lo había impedido. Nos atendió Sergio quien nos mostró una cocina inmaculada y abierta a los comensales que se puede contemplar desde las mesas aunque éstas estén alejadas. Sus recetas son técnicas y elegantes, en ellas sale a relucir el poso de sus numerosos viajes y experiencias.

Como era cena y el menú degustación nos pareció muy abundante, nos decidimos, aconsejados amablemente por Sergio, por medias raciones de primeros y segundos. La cena consistió en dos entrantes: flor de lirio con vinagreta, curiosa y gazpacho con crustáceos, gambas y gelatina, bueno. De primeros Zamburiñas, mandioquiña y vegetación de perejil, plato excelente, como si te sumergieras en el amazonas brasileño. Raviolis de foie-gras, con castañas de Cajú y tomates secos (foto), muy fino sin abusar del foie


Como segundos Tripas de bacalao con tendones y verduritas ecológicas, plato muy melifluo, finísimo, aquí es donde el vino que pedimos alcanzó su máxima expresión gustativa. Para acabar meloso de ternera con espardeñas, flor de ajo y ajo tierno (foto), muy bueno el contraste de texturas, se deshacía, prácticamente no hizo falta la original navaja albaceteña, reproducción de una clásica del siglo XIX, que los hermanos Torres pidieron que les hicieran ex profeso, en una visita a la zona.


Hasta aquí excelente, en los postres el nivel bajo un poco. Como prepostre un té con limón en formato helado, simplemente correcto y como postre principal fresas con helado de albahaca y sopa de pinot noir Codorniu, bueno y refrescante (foto). Café e infusiones acompañados por unos entretenimientos de chocolate que no desmerecen la cena.


Para el vino nos decidimos, aconsejados por el sumiller, por un vino austríaco Nikolaihof de Wachau de uva Grüner Veltliner, aromático, complejo y con un final seco. Es una uva de terroir que nos transmite muy fácilmente las características del lugar de donde procede. Se trata de una casta blanca de maduración tardía que suele presentar notas de pomelo, lima, pera y recuerdos especiados que suelen describirse como de pimienta blanca. Puede alcanzar un grado alcohólico importante (15% sin problemas), y tiene una buena acidez, aunque normalmente menos que la Riesling.


Veltliner significa en alemán 'procedente de la Valtellina', esa zona de la Italia alpina, y 'grüner' es verde, así que el nombre de la uva significa 'la valtelinesa verde'. Los austriacos dominaron la zona a comienzos del siglo XIX. El nombre Valtellina parece que procede del Valle de Teglio que era el pueblo más alto entonces de la zona alpina. Se encuentra esta uva sobre todo en la zona de la baja Austria, destacando las zonas bañadas por el Danubio, Wachau, Kamptal y Kremstal.

Mencionar los excelentes panes, fermentados durante 24 horas, como se hacía antiguamente. Tenían de cuatro variedades: nueces, de olivas, de roquefort y el tradicional de pagès.

Pensamos que el restaurante Dos cielos es muy recomendable para una cena especial, ya que la tranquilidad del lugar y las vistas de la ciudad de Barcelona desde la planta 24 del Hotel ME producen sobre el comensal una agradable sensación de recogimiento.

Fecha de la visita 3 de julio de 2010. Precio Menú degustación 85 euros (IVA incluido) + bebidas + cafés. Con maridaje habría que sumarles 36 euros.

PUNTUACIÓN: 8

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