(BA8) Exposición de Renoir en el Museo del Prado (2010)


Pasión por Renoir: La colección del Sterling and Francine Clark Art Institute en el Museo del Prado. (19 de octubre - 6 de febrero de 2011).

Magnífica ocasión para contemplar 31 de los 35 Renoir que posee la colección privada Clark de Williamstown, Massachusetts. Así que he aprovechado este fin de semana pasado para ir a verla. Con suficiente antelación, compré a través de Internet la entrada y los billetes del AVE a Madrid para disfrutar de esta magnífica oportunidad, poder explicárosla y animaros a ir; todavía os quedan dos meses en los cuales poder verla. Llegamos a Madrid al Prado sobre las 9,30, primero un desayuno reconfortante en el Bar del Museo, pican un poco pero todo delicioso, y a continuación dos horas de concentración y disfrute. Después siempre queda algo de tiempo para ver los imprescindibles (Velázquez, El Bosco, Brueghel el viejo, etc.) Me dejo ya de digresiones y voy a hablar de la exposición propiamente dicha.

Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), es uno de los artistas más destacados del Impresionismo, trabajó durante su vida con una absorbente pasión por la pintura que le llevó a alcanzar un gran prestigio y popularidad entre sus contemporáneos. El excelente conjunto de 31 obras del artista, las mejores entre las reunidas por el coleccionista norteamericano Robert Sterling Clark (1877-1956), fundador del Sterling & Francine Clark Art Institute (Williamstown), se muestran en el Prado en la que será la primera exposición monográfica dedicada a Renoir en España.

El núcleo de la colección de pinturas del Clark Art Institute corresponde a un gran conjunto de obras impresionistas adquiridas por Sterling y Francine Clark a lo largo de un período de cuatro décadas. Para los Clark, Pierre-Auguste Renoir representaba la quintaesencia del impresionismo y de ahí que adquirieran más de 35 de sus pinturas, incluidas varias de sus creaciones más importantes. Entre ellas, destacan Autorretrato (h. 1875), una pintura cuyo tratamiento difiere de su habitual estilo delicado y revela, en cambio, una honda voluntad expresiva; 


Retrato de Madame Monet (h. 1874) en el límite entre el retrato y la pintura de género, y de pincelada fragmentada poco convencional; La barca-lavadero de Bas-Meudon (h. 1874) y El puente de Chatou (h. 1875), paisajes del mayor experimentalismo y del mejor periodo impresionista de Renoir; Palco en el teatro (1880), en la que destacan los fuertes contrastes tonales entre negros, blancos y negros alejándose de la paleta azul que había caracterizado su obra de los cinco años precedentes; Peonías (h. 1880), una de las composiciones de flores más esplendorosas del artista y un ejemplo del modo en que gustaba de llenar los lienzos hasta los márgenes y evitar todo espacio abierto; Cebollas (1881), la obra preferida del señor Clark, de pincelada fluida y carácter informal pero cuidadosamente estructurada; 


y Bañista peinándose (1885), una de las figuras de dibujo más preciso y exquisito y el punto culminante de su superación de la técnica impresionista. Para mí, una de mis preferidas es el Retrato de Thérèse Bérard (1879), la fotografía que os muestro, de poca calidad, no le hace justicia a la belleza del original. 


Gracias al préstamo de la práctica totalidad de esta colección que se exhibe conjuntamente por vez primera fuera del Clark Institute, la exposición nos permite ver la amplitud y el interés de las propuestas de Renoir a través de las etapas más destacadas de su trayectoria, entre 1874 y 1900, en los principales géneros que cultivó: el retrato, la figura femenina, el desnudo, el paisaje, la naturaleza muerta y las flores. En ellos pueden percibirse no sólo las aportaciones de su obra a la pintura de su tiempo sino también la profundidad de su vinculación con las grandes tradiciones pictóricas anteriores.

En el conjunto de la exposición prácticamente no hay un solo lienzo inquietante, aparecen imágenes serenas de bellas jóvenes, de paisajes, donde el color y la forma resaltan el goce de vivir. Como casi todos los impresionistas, Renoir es un artista escasamente representado en las colecciones españolas, sin presencia en ninguna colección pública excepto en la del Museo Thyssen-Bornemisza, con origen en el coleccionismo privado al igual que la del Clark Art Institute. El Clark Institute se fundó en la ciudad de Williamstown (Massachussets) gracias al generoso patrocinio de los Clark. Su Museo se inauguró en 1955. Comprende colecciones muy ricas y diversas, entre las que destaca la de pintura impresionista. Escondiéndome de los vigilantes os he podido traer esta imagen, ya que lo tenían prohibido.


Biografía: Pierre-Auguste Renoir nació el 25 de febrero de 1841 en Limoges, Francia, hijo de un sastre que se trasladó a París con su familia cuando el pintor era un niño. Renoir comenzó su carrera en 1854 como aprendiz de pintor de porcelana en un taller. Durante estos primeros años recibió lecciones de dibujo, trabajó como pintor aficionado y copió algunas pinturas del Museo del Louvre. En 1861 entró en el estudio de Charles Gleyre, un pintor de renombre, donde conoció a Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley; durante los años siguientes estudió en la École des Beaux-Arts.

En 1870, tras participar en la guerra franco-prusiana, volvió a París, donde continuó trabajando mano a mano con artistas de vanguardia cuyo vínculo nacía del común desencanto frente a la pintura academicista imperante. Renoir expuso dos pinturas en el Salon des Réfusés o Salón de los Rechazados de 1873; al año siguiente, él y sus compañeros se unieron para organizar la primera exposición de los «artistas independientes», grupo al que pronto se conoció como los impresionistas. Renoir siguió siendo una figura clave del movimiento impresionista durante el resto de su carrera, y participó en cuatro de las ocho exposiciones del grupo. Aunque se lo conoce más por sus representaciones de mujeres vestidas a la moda y por sus bañistas, también pintó paisajes, retratos y bodegones. Estos temas se repiten en la evolución estilística que siguió su arte durante más de cuarenta años de carrera. A pesar de que Renoir tuvo un éxito modesto al comienzo de su trayectoria como pintor de retratos, a finales de la década de 1870 fue atrayendo cada vez más a una clientela adinerada. En 1900, la reputación de Renoir como gran pintor estaba firmemente asentada.

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