(L85) El gen egoísta (1976) - 2a. parte



Continuación del excelente libro de divulgación científica de Richard Dawkins (1941) titulado El gen egoísta (1976). La edición de 1989 añade dos capítulos con nuevas aportaciones y en sus abundantes notas da réplica a las críticas y sugerencias suscitadas en todos estos años que han hecho de libro todo un clásico en la materia. Su lectura requiere atención y un cierto esfuerzo pero creemos que está al alcance de un lector medio. Como conclusión añadimos el comentario y las interesantes aportaciones de JLF doctor en Química, especializado en genética molecular.

RESUMEN DE LOS CAPÍTULOS

VII Planificación familiar. Distinción entre el cuidado y la reproducción del individuo. Compiten entre ellos en tiempo y recursos: ¿Cuidaré a esta criatura o tendré otra? Los animales salvajes casi nunca mueren por edad avanzada. Hasta hace poco tiempo, esto también era aplicable al hombre. ¿Mediante que proceso de selección natural se ha desarrollado la planificación familiar? Los grupos cuyos miembros individuales restringen su propio índice de natalidad tienen menos posibilidades de extinguirse. Muchos animales dedican mucho tiempo y energía a defender un territorio. En muchos casos las hembras rehúsan aparearse con machos que no posean un territorio y si su compañero es derrotado se une rápidamente al vencedor. Están más unidas al territorio que al macho. (p. 149) Los individuos que ocupan una alta jerarquía tienen más posibilidades de procrear que los que ocupan una posición más baja, ya sea porque son preferidos por la hembras o porque impiden que los otros machos se acerquen a ellas. La reunión de los animales en hatos o rebaños sirve para facilitar una estimación en cuanto al tamaño de población. Debe haber un tamaño óptimo de nidada ya que la reproducción es un asunto costoso. El gen que tienda a ser indulgente es rápidamente penalizado: los hijos que contienen tal gen se mueren de hambre. Los desterrados aceptan el fracaso de no haber conseguido licencia para procrear y aguardan entre bastidores listos para reemplazar a cualquier dueño de territorio que muera. (p. 155) Los padres individuales intentan potenciar el número de hijos sobrevivientes que tengan.

VIII La batalla de las generaciones.  ¿Debería una madre tener favoritos o debiera comportante de forma igualitaria hacia todos sus hijos? La inversión maternal es cualquier inversión efectuada en un descendiente individual que aumente las posibilidades de supervivencia de éste y es medida en unidades de deterioro de las expectativas de vida de los demás niños, nacidos o por nacer. (p. 162) ¿Cuál sería una buena política de inversión a seguir? Un hijo de menor tamaño necesita más inversión maternal que sus hermanos. También puede afectar la edad del mismo, si ha de salvar a un hijo lo hará con el mayor ya que ha invertido más recursos y necesita bastantes, en el caso del pequeño, solamente para que llegue a la edad del mayor. Si la elección no es tan rigurosa elegirá atender mejor al pequeño, ya que el mayor se puede buscar el alimento. Una mujer no podría invertir en sus nietos si continuará teniendo hijos (esta podría ser la explicación para la menopausia). En cambio la fertilidad de los machos disminuye poco a poco, tal vez estribe en que no invierte tanto en cada hijo. Desde el momento que puede engendrar hijos en mujeres más jóvenes, siempre le convendrá más invertir en hijos que en nietos. ¿Podría darse el caso de que los hijos demandasen un tratamiento privilegiado para ellos mismos? Existe una batalla entre generaciones, la criatura no perderá la oportunidad de engañar, demandando más atención o alimento. Es demasiado pequeña para intimidar a sus padres físicamente, pero emplea toda arma psicológica que encuentra a su disposición: el fraude, el engaño, la explotación. Ex: los cuclillos chillan fuerte para que los padres adoptivos les alimenten. Los indicadores, otro tipo de ave, echan a sus hermanos del nido tan pronto como sale del cascarón. ¡Los hermanos muertos no compiten por el alimento! (p. 174) ¿Quién tiene mayores posibilidades de ganar la batalla de las generaciones? Sólo existe una entidad cuya perspectiva importa en la evolución, y tal entidad es el gen egoísta. Lo que finalmente surgirá es un arreglo o concesión entre ambas partes, entre el ideal deseado por la criatura y lo deseado por la madre. Moraleja: debemos enseñar a nuestros hijos el altruismo ya que no podemos esperar que éste forme parte de su naturaleza biológica.

IX La batalla de los sexos. Si existe un conflicto de intereses entre padres e hijos, que comparten el 50 % de los genes respectivos, ¿cuánto más grave no habrá de ser entre la pareja, cuyos miembros no están emparentados entre sí? Cada miembro de la pareja intentará explotar al otro, intentando forzar al compañero a invertir más en los hijos. ¿Cuál es la esencia de lo masculino? ¿Qué define, en el fondo, a una hembra? Las células sexuales o “gametos” de los machos son mucho más pequeños y numerosos que los gametos de las hembras. Esta aseveración es válida tanto si nos referimos a animales como a las plantas. (p. 184) Los óvulos y los espermatozoides contribuyen de forma equitativa en el número de genes, pero los óvulos otorgan mucha más reserva alimenticia. El número de hijos que puede tener la madre es limitado, no así el número de los del padre. Así hubo dos estrategias sexuales divergentes. La estrategia de gran inversión u “honesta” y la estrategia de pequeña inversión, explotadora o “mezquina”. Las células intermedias fueron penalizadas y desaparecieron. Unas se hicieron más grandes e inmóviles (porque siempre serian buscadas por las mezquinas) y otras en más pequeñas y rápidas. Las honestas se convirtieron en óvulos y las mezquinas, en espermatozoides. (p. 186) ¿Es mejor confiar nuestros genes a hijos o a hijas? La estrategia de producir un número igual de hijos e hijas es una estrategia evolutivamente estable, quien se aparte de ellas sufrirá pérdida segura. En las primeras etapas es más probable que sea el macho quien abandone a la madre. La hembra invierte más que el macho en la crianza, sobre todo en los mamíferos: incuba el feto en su propio cuerpo, fabrica la leche para amamantarlo y carga con el peso. El sexo femenino es explotado. La hembra intentará engañar a otro macho para que adopte a su hijo. La selección natural penalizará severamente tal credulidad de los machos y favorecerá a aquellos que tomen mediadas para matar a cualquier hijo adoptivo. La madre podrá criarlo sola sobre todo si es bastante grande y le queda poco por invertir. Las ventajas favorecen al miembro que abandona primero ya se trate del padre o de la madre. (p. 193) ¿Hay algo que la hembra pueda hacer para reducir el grado de su explotación por parte del macho? Sí, negarse a copular, regatear duro. Se llama la estrategia de la felicidad conyugal, la hembra examina a los machos poniéndoles un periodo prolongado de galanteo, los informales desistirán, solamente copulará con el macho que ha demostrado sus cualidades de fidelidad y perseverancia. El tiempo empleado por el macho, a veces ha de construir el nido o traer comida, no le compensa abandonar a la hembra después de copular ya que corre el riesgo de encontrar también otras hembras esquivas. Exigir a un macho un esfuerzo considerable es una forma efectiva de atraparlo. En los peces la hembra pone los huevos y el macho los insemina después, corre el riesgo de que la hembra lo abandone en ese momento. Esta teoría explica porque el cuidado paterno es común en el medio acuático pero raro en el terrestre. (p. 204)

La estrategia del macho viril. Las hembras se resignan a no obtener ayuda del padre de sus hijos y buscan, en cambio, con todas sus energías los genes buenos. ¿Qué es lo que busca? Una prueba habilidad de supervivencia. Quizás poseer músculos fuertes para atrapar alimento, poseer patas largas para escapar de los predadores. O simplemente atractivo sexual. Una hembra que escoja a un macho viril puede tener hijos atractivos a las hembras que le den muchos nietos. Son los machos los que tienen colores llamativos, mientras que las hembras tienden a los colores más opacos. Los colores brillantes, además de a las hembras, atraen a los predadores; los colores parduscos tienen dificultades para atraer a sus compañeros. El acuerdo óptimo para un macho parece ser diferente al de la hembra. Los machos aparecen como jugadores de alto riesgo. Un macho es capaz de engendrar con una gran población de hembras, no tiene por tanto importancia si tiene una vida breve debido a su cola llamativa, puede haber sido el padre de un considerable número de hijos antes de morir. Las hembras suelen ser más exigentes en lo que se refiere a la elección de compañero. En general, los machos tienden a ser más promiscuos que las hembras. Como la hembra produce un número limitado de óvulos a un ritmo relativamente lento de nada le serviría copular más. En cambio el macho que puede producir millones de espermatozoides sacará buen provecho de cuantos apareamientos pueda conseguir. (p. 213) La mayoría de las sociedades humanas son monógamas y las hembras utilizan la estrategia de la felicidad doméstica. La propaganda sexual en nuestra sociedad parece un rasgo anómalo. No hay duda de que el equivalente de la cola del pavo real es exhibido por las mujeres, no por los hombres. Un biólogo se verá forzado a sospechar que las hembras compiten por los machos.

X. Tú rascas mi espalda, yo cabalgo sobre la tuya. La propensión que tienen los animales a vivir en grupos. Los individuos que se encuentran en los bordes de la manada son vulnerables, para evitar esto tenderán a desplazarse hacia el centro. (p. 219) Las llamadas de alarma de los pájaros tienen un cierto riesgo para quien las emite. Explicaciones: pueden tener parientes en el grupo e interés en salvar su acervo génico. La teoría cave (cuidado) si las ve y no avisa pueden venir igualmente el predador ya que sus compañeros siguen emitiendo ruidos al no haberse dado cuenta de su presencia. La teoría de “nunca romper filas”, juntos son más difíciles de atacar por tanto huyen todos juntos hacia la copa de un árbol. (p. 222) ¿Qué hay respecto a la gacela que da grandes saltos para atraer al predador? Es una señal destinada a los predadores. Mira qué alto puedo saltar y que buena salud tengo, te costará menos atrapar a mi vecina que no salta como yo. Los predadores siempre se decantan por presas viejas o enfermas. Por tanto la exhibición no es altruista sino egoísta. (p. 223)



El ejemplo de las abejas kamikaze que clavan el aguijón y mueren, por tanto no podrán procrear, no se trata de un comportamiento altruista como pueda parecer. Ya que el suicidio rara vez evoluciona, pero como las obreras son estériles todos sus esfuerzos están destinados a preservar sus genes mediante el cuidado de sus parientes. (p. 225) Los individuos de los insectos gregarios (hormigas, abejas, avispas pero no las termitas) están divididos en dos clases, los dedicados a engendrar y los dedicados a cuidar a los nuevos seres. Los procreadores son los machos y hembras reproductores. Los cuidadores son los obreros u obreras: machos y hembras estériles. El nido tiene sólo una reina madura que efectúa un vuelo de apareamiento en su juventud y guarda los espermatozoides para el resto de su vida. Los huevos no fertilizados se convierten en machos. Un macho, por lo tanto, carece de padre, solo tiene el 50 % de los genes. Las hembras poseen de ambos y pueden convertirse en reinas u obreras, depende de la alimentación. Genéticamente poseen más relación con sus hermanas que con sus descendientes o hermanos, por tanto intentan influir en la reina para que produzca hembras en una relación 3:1. (p. 230) Existen algunas especies de hormigas que admiten esclavos. Las hormigas soldado montan un ataque contra una especie diferente y se llevan los huevos fecundados. Los cautivos rompen el cascarón en los nidos de sus raptores. No “se dan cuenta” de que son esclavos y se ponen a trabajar como lo harían en su propio nido, realizando las labores cotidianas como limpiar, proveer forraje y cuidar los huevos. Inconscientemente crían nuevos pelotones de esclavizadores[1]. (p. 232)

Las relaciones simbióticas en beneficio mutuo son comunes entre animales y plantas. Los virus consisten en ADN puro, son todos parásitos. Se cree que han evolucionado de genes rebeldes que han escapado y ahora viajan de un cuerpo a otro directamente a través del aire, en lugar de hacerlo en vehículos más convencionales como son los óvulos y los espermatozoides. El término simbiosis es empleado para designar asociaciones entre miembros de diferentes especies. Ejemplos: una especie de pájaros infestada con parásitos que se limpian mutuamente. El pez limpiador. (p. 243) Es reconocido a través de unos listados especiales y la ejecución de una danza. En el hombre está bien desarrollada la memoria y la capacidad de reconocimiento de los individuos. Esperamos que el altruismo recíproco haya jugado un papel importante en la evolución humana.


XI. Memes: los nuevos replicadores. La transmisión cultural es análoga a la transmisión genética en cuanto puede dar origen a una forma de evolución. Un sustantivo que conlleve la idea de una unidad de imitación (meme). Al igual que los genes que saltan de cuerpo en cuerpo los memes saltan de un cerebro a otro mediante un proceso de imitación. Ejemplo: la idea de Dios, es copiada de un cerebro a otro y perviven en el acervo cultural de muchas generaciones. La evolución genética es solo uno de los muchos posibles tipos de evolución. Para los memes se aplican las mismas cualidades para sobrevivir que a los genes: longevidad, fecundidad y fidelidad en la copia. Siendo la más importante la fecundidad que la longevidad. En cuanto a la fidelidad en la copia no suelen ser replicadores de alta fidelidad. Una “idea-meme” podría ser definida como una entidad capaz de ser transmitida de un cerebro a otro. (p. 256) Los memes compiten entre ellos, si un meme va a dominar la atención de un cerebro humano, debe hacerlo a expensas de memes “rivales”. Cuando morimos hay dos cosas que podemos dejar tras nuestro: los genes y los memes. Nuestros genes desaparecerán en tres generaciones. Pero si contribuyes al mundo de la cultura, si tienes una buena idea, compones una melodía, inventas una bujía, escribes un poema, puedes continuar viviendo mucho después que tus genes se hayan disuelto en el acervo común. (p. 260) El único rasgo del hombre que puede o no haber evolucionado mémicamente es su capacidad de previsión consciente. Es posible que otra cualidad única del hombre sea su capacidad para un altruismo verdadero. Nuestra capacidad de simular el futuro en nuestra imaginación nos podría salvar de los peores excesos egoístas de los ciegos replicadores. Tenemos el poder de desafiar a los genes egoístas de nuestro nacimiento y, si es necesario, a los memes egoístas de nuestro adoctrinamiento. Incluso podemos discurrir medios para cultivar y fomentar el altruismo, algo que no tiene lugar en la naturaleza, algo que nunca ha existido en la historia del mundo. (p. 262)


[1] Es interesante ver su posible relación con “el mito de la caverna” de Platón, República, Libro VII. 514a.

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