(L93) Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia (1936)


Stefan Zweig, Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia (1936)

En este libro/ensayo Stefan Zweig (1881-1942) nos narra apasionadamente la confrontación entre Sebastian Castellio (1515-1563) y Juan Calvino (1509-1564), conciencia contra violencia. El libro es una respuesta al auge del nazismo en Alemania y Austria, país este último de donde tuvo que exiliarse.

Zweig escribe en su Introducción: “Desde el punto de vista del espíritu, las palabras "victoria" y "derrota" adquieren un significado distinto. Y por eso es necesario recordar una y otra vez al mundo, un mundo que sólo ve los monumentos de los vencedores, que quienes construyen sus dominios sobre las tumbas y las existencias destrozadas de millones de seres no son los verdaderos héroes, sino aquellos otros que sin recurrir a la fuerza sucumbieron frente al poder, como Castellio frente a Calvino en su lucha por la libertad de conciencia y por el definitivo advenimiento de la humanidad a la tierra”.

El libro nos cuenta como Calvino se hace con el poder religioso en la ciudad de Ginebra aplicando disciplina, abundantes prohibiciones y ejecuciones. Castellio tiene un primer enfrentamiento y abandona Ginebra para instalarse miserablemente en Basilea. Miguel Servet (1511-1553) reniega del dogma de la trinidad, publica su libro herético y Calvino envía cartas a los católicos para que lo procesen. Huyendo de los católicos va a Ginebra donde cree tener un amigo en Calvino, éste lo apresa, juzga sin que pueda defenderse y, finalmente, lo quema en la hoguera. La muerte de Servet produce una conmoción y un gran malestar entre los protestantes. Desde Basilea, último reducto del humanismo, Castellio publica un manifiesto De haereticis an sint persequendi con el sobrenombre de Martinus Bellius donde escribe entre otras cosas este conmovedor alegato:

«Matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre. Cuando los ginebrinos ejecutaron a Servet, no defendieron una doctrina, mataron a un ser humano; no prueba uno su fe quemando a un hombre, sino haciéndose quemar por ella». «Buscar y decir la verdad, tal y como se piensa, no puede ser nunca un delito. A nadie se le debe obligar a creer. La conciencia es libre». Definió a los herejes como "aquellos que no están de acuerdo con nuestra opinión".

Théodore de Bèze responde mediante un libelo amenazando a Castellio y sus seguidores. Castellio sabe que es un hombre de paja de Calvino y le ataca directamente en Contra libellium Calvini. Calvino impide su publicación mediante la censura. Calvino se hace con el poder absoluto en Ginebra eliminando a los republicanos. En lo moral solamente le queda un enemigo, Castellio. Sufre muchos ataques de los que no se puede defender pues le han prohibido escribir. Ante tantos ataques le defiende Philipp Melanchthon (1497-1560), precursor de la reforma alemana. Calvino lo acusa de escribir un pasquín anónimo. La Universidad de Basilea le levanta la prohibición de escribir para que pueda defenderse.

Los ataques continúan, interceptan otro libro suyo Conseil à la France désolée, donde propugna el entendimiento entre católicos y protestantes. Se entabla proceso contra el por su amistad con Jean de Bruge (que resulta ser el proscrito heresiarca David de Jons) y Bernardo Ochino. Su muerte a los 48 años lo salva de un proceso que hubiera terminado en la hoguera.

Calvino y Castellio son las dos caras de cómo se entendía la religión y la vida en el siglo XVI: impaciencia frente a paciencia; celo impulsivo / perseverante tenacidad; fanatismo / compasión; reforma ortodoxa / reforma liberal; dictadura / libertad espiritual; violencia / conciencia; intolerancia / tolerancia; tutela / libertad; fanatismo / humanismo; totalitarismo / individualismo; autoridad / libertad.

El calvinismo se extiende por parte de Europa, sobre todo Holanda y Escocia. Castellio es recuperado apenas cincuenta años después de su muerte por los holandeses para defenderse de la presión dogmática. El 1612 se hace una edición completa de sus obras. Castellio fue el pionero de la tolerancia en quien más tarde se baso John Locke para escribir su Carta sobre la tolerancia (1689).

Comentarios

  1. Este es un excelente libro que deberíamos leer todos (podría ser lectura de Bachillerato, por ejemplo). Lo leí hace varios años y me encantó. Como siempre...mil gracias!
    Un abrazo,
    Maite

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)

(L305) Bella del Señor (1968)