(L182) Blanco Nocturno (2010)
Ricardo Piglia, Blanco Nocturno (2010)
Segunda obra que
comentamos del original prosista argentino Ricardo
Piglia (Adrogué-Buenos Aires, 1941). Es un autor que no se prodiga en
demasía pues hacía trece años que no publicaba una novela.
En Blanco nocturno (2010) utiliza como
pretexto el ambiente rural pampeano como el escenario para la investigación de
un hecho violento. Reúne una serie de características personales y literarias
que permitirían identificar fácilmente al autor: el aire de crónica que reviste
en muchos momentos la narración, que delata la práctica periodística de Piglia
y que se manifiesta no sólo en el hecho de que uno de los personajes centrales
de la obra sea un periodista llamado Renzi (apellido vagamente italiano, como
el del autor), sino porque muchas informaciones que brotan en el texto tienen
su apoyo en notas a pie de página que amplían los datos o tienden a subrayar su
veracidad. A todo ello habría que añadir la circunstancia de que la historia se
sitúa, según se desprende de un comentario hecho como de pasada1, en
Adrogué, la localidad de la provincia de Buenos Aires de donde procede el
autor.
Por otro lado, Blanco nocturno tiene como punto de
partida un crimen enigmático y la indagación subsiguiente, a cargo del viejo comisario
Croce, de legendaria intuición para resolver misterios, lo que obliga a
recordar la familiaridad de Ricardo Piglia con la narración de misterio, que ha
practicado y sobre la que ha teorizado, especialmente en la modalidad de la
novela negra. Así En Blanco nocturno
es casi imposible no relacionar a las hermanas Belladona con las hijas del
general Sternwood, que contrata a Marlowe en El sueño eterno (1939) para resolver un intrincado problema en el
que al final -como sucede también aquí- quedan no pocos cabos sueltos, porque
lo importante en las novelas de Chandler, como en ésta del autor argentino, no
es tanto la solución lógica del enigma como la mostración descarnada de las
corruptelas y vicios de una sociedad en apariencia normal y apacible. Desde
nuestro punto de vista es el prototipo de Marlowe a la argentina.
La narración,
que comienza in medias res y va
ampliándose mediante analepsis2 en sucesivos círculos de información
hábilmente dosificada, se vale de distintos métodos; esencialmente, la multiplicación
de puntos de vista con perspectivas complementarias y a veces dispares -porque
existen indicios sin carácter probatorio e intuiciones certeras faltas
igualmente de apoyo-, que permiten al lector formar sus propios juicios acerca
de los personajes.
Piglia ha
decidido situar la acción de su novela en 1972, en un campo aparentemente
monótono, pero lleno de pulsiones ocultas, salvajes, donde todo el mundo espera
una inminente vuelta de Perón desde el exilio. En este entorno rural, con
luchas por las tierras, e interesado por los caballos y los gauchos, las
referencias de Piglia a lo literario son constantes; en la novela se dan cita
Stendhal, Sartre, Jung (El proceso de individuación), Melville, Hemingway, Dickens,
Faulkner (El ruido y la furia), etc. La
fábrica está en ruinas y es posible que sea embargada (en esto recuerda a El astillero y Juntacadáveres de Onetti).
Las tensiones
familiares ocultas, la codicia y el engaño que presiden las conductas de varios
personajes, como el fiscal Cueto -y que afectan gravemente a la administración
de justicia-, son elementos más decisivos que la solución del asesinato de Tony
Durán, y ayudan a configurar un marco decadente y semiderruido de naturaleza
faulkneriana, en el que las rencillas pasadas y las viejas historias de familia
pesan sobre el presente y lo condicionan.
NOTAS:
1. Ricardo Piglia,
Blanco nocturno, Anagrama, Barcelona,
2010, p. 136
2.
En inglés flashback, proceso
retrospectivo.
Comentarios
Publicar un comentario