(L183) Pastoral Americana (1997)
Philip Roth, Pastoral americana (1997)
Como habréis
podido comprobar para nosotros Philip
Roth (Newark, New Jersey, 1933) es uno de los autores vivos más
interesantes que hoy en día se pueden leer. Esta semana comentamos y
recomendamos su excelente novela Pastoral
americana (1997).
Argumento:
Seymond Levov apodado “el Sueco” por el color rubio de sus cabellos, es un
héroe deportivo, incluso tenía una aclamación especial del grupo de
admiradoras: Levov rima con amor (love).
El narrador Nathan Zuckerman había sido amigo de su hermano pequeño Jerry. El
padre de ambos posee una fábrica de guantes de señora. El sueco se casa con
Dawn (Alba, amanecer), Mis Nueva Jersey 1949. Para Zuckerman es el prototipo a
imitar y envidiar. En 1995 el Sueco le escribe una carta pidiéndole ayuda. Se
encuentran para comer en un restaurante italiano de Nueva York, lo han operado
de próstata, pero en la reunión sólo hablan de los hijos y de recuerdos de cómo
era la antigua Newark. Al poco tiempo recibe la noticia por Jerry de la muerte
del Sueco debido a un cáncer, también le explica la historia de su hija Merry, convertida
en terrorista y que puso una bomba matando a una persona, dando al traste con la
vida perfecta de la familia Levov. A partir de aquí Zuckerman se propone
escribir la historia que el Sueco no le quiso explicar.
“¿Qué clase de
existencia mental había sido la suya? ¿Había algo que hubiera amenazado jamás
con desestabilizar la trayectoria del Sueco? Nadie pasa por la vida sin recibir
las marcas de la cavilación, el pesar, la confusión y la pérdida. Incluso
quienes lo han tenido todo en su infancia, antes o después participan del
término medio de desdicha, y a veces incluso más. En su vida tenía que haber
habido conciencia e infortunio.”1
Comentario: es un libro
sobre el deseo de ser americano y el rechazo de la idea de América. Lo que
plantea es el deseo de una idílica América Pastoral que se celebra el día de
acción de gracias, apartada de las confrontaciones religiosas entre católicos,
judíos y protestantes. Una vida respetable, tranquila, ordenada, optimista,
llena de logros, contrapuesta al tremendo desorden norteamericano2.
Es la descripción de cómo la inocencia y la fe del Sueco Levov se ve barrida
por los tiempos y de cómo todo lo que su familia había creado en América, con
tanto esfuerzo a lo largo de tres generaciones, queda hecho trizas por la
explosión de una bomba. Es la metáfora del debilitamiento de las cosas que nos
parecen más robustas.
Roth a través de
la magia, del giro continuo de la música y el baile, nos sumerge en la historia
del Sueco: “Con Joy Helpern de nuevo en mis brazos y sollozando tenuemente al
escuchar la vieja tonada popular que nos ordenaba a todos nosotros, personas de
sesenta y tantos años: “sueña… y los sueños podrían convertirse en realidad”3,
hice que el Sueco subiera al escenario. Aquella noche, en el restaurante de
Vincent, y por mil excelentes razones distintas, él no pudo decidirse a pedirme
que hiciera esto. Que yo sepa, no tenía ninguna intención de pedírmelo. Es
posible que acudiera a la cita sin intención de lograr que escribiera su
historia. Tal vez ésa fue la única razón por la que yo estaba allí. Cuando yo
era un chiquillo había despertado en mí la fantasía de ser otro, pero desear la
gloria ajena, de niño o de adulto, es una imposibilidad, psicológicamente
insostenible si uno no es escritor, y estéticamente si lo es. Sin embargo,
convertirse en tu héroe destruido, dejar que la vida de tu héroe aliente dentro
de ti cuando todo trata de rebajarlo, imaginarte con su mala suerte,
involucrarte no en su ascenso inconsciente, sino en la perplejidad de su
trágica caída… en fin, merece la pena pensar en ello.”4
Como Fitzgerald
en El gran Gatsby (1925) parece que
la intención de Roth fuera la de desenmascarar la falacia del sueño
norteamericano. Las teorías de Ralph Waldo Emerson han fracasado y ya no
podemos continuar por más tiempo considerando al hombre moderno como el eterno
inocente. Todo ello resulta amplificado al ser precisamente Nathan Zuckerman
quien nos narra la historia. Nathan, enfermo de cáncer, fue compañero de
juventud del Sueco, a quien no podía por menos que envidiar. Pero
indistintamente de cuál fuera el inicio, el destino parece haberles conducido a
ambos al mismo final.
La narración
poco a poco irá cercando la realidad, mostrando sus múltiples aristas, poniendo
de relieve también otra de las grandes problemáticas de la sociedad
norteamericana, como la diferencia entre judíos y gentiles (otro de los
ineludibles tópicos de la literatura de Roth).
La novela
también aborda el problema de la estigmatización de la mujer, como consecuencia
de aquellos típicos concursos de belleza norteamericanos. La mujer del Sueco
Levov, Mary Dawn Dwyer, fue miss New Jersey en su juventud, y ese estrellato lo
cargará toda su vida, sin poder dejar de ser nunca miss New Jersey para su
entorno y para quienes la conocen por primera vez.
La vida del
hermano del Sueco constituye también otro centro importante de atención, en
tanto representa la antítesis de su hermano. Jerry se ha enriquecido como
médico cirujano, se ha casado cuatro o cinco veces, contradiciendo todas las
normas impuestas por sus padres. El dinero y sobre todo el éxito lo han llevado
a vivir una vida muy distinta a la de su hermano, quien parece sobrellevar
sobre sus hombros con total dignidad el peso de la carga ancestral, con todas
sus reglas y formalidades. Esa bomba colocada por Merry estallará también en el
interior del Sueco y su vida comenzará poco a poco a desmoronarse, a recorrer
el periplo que lleva al hombre hacia el interior de sí mismo buscando
respuestas incontestables. ¿En qué fallé?, ¿cuál fue mi error?, ¿por qué mi
hija?
Podría ser que el
exceso de riqueza de una sociedad conllevara a la destrucción de la misma, o, que
las grandes libertades engendran hijos endemoniados. Ambas proposiciones han
sido sutilmente esbozadas y tal vez sea misión del lector desarrollarlas.
¡Disfrutad y soñad (dream) amigos
lectores!
NOTAS:
1. Philip Roth, Pastoral americana, Debolsillo,
Barcelona, 2009, p. 35
2. Ibídem,
p. 486
3. Dream 1943 de Johnny Mercer.
4.
Philip Roth, Pastoral americana,
Debolsillo, Barcelona, 2009, p. 116
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