(L201) Todo lo que tengo lo llevo conmigo (2009)


Herta Müller, Todo lo que tengo lo llevo conmigo (2009)

En el verano de 1944, cuando el Ejército Rojo ya se había adentrado bastante en Rumania, el dictador fascista Antonescu fue detenido y ejecutado. Rumania capituló, y de manera totalmente sorprendente declaró la guerra a la hasta entonces aliada Alemania nazi. En enero de 1945, el general soviético Vinogradov exigió en nombre de Stalin al gobierno rumano que todos los alemanes que vivían en Rumania contribuyesen a la “reconstrucción” de la Unión Soviética destruida durante la guerra. Todos los hombres y mujeres entre 17 y 45 años fueron deportados para realizar trabajos forzosos en campos rusos.

Herta Müller nació el 17 de agosto de 1953 en Niţchidorf, Banat, un lugar germanohablante de la región de Timisoara, en Rumanía, hija de unos granjeros suabos del Banato. Su padre sirvió durante la II Guerra Mundial en las Waffen-SS y su madre fue deportada a la Unión Soviética en 1945 y pasó cinco años en un campo de trabajo en Ucrania. A partir de aquí y de las experiencias que le explicó el poeta Oskar Pastior (1927-2006) decide elaborar con todo ello un libro de ficción. Así, basándose en la historia profundamente individual de un hombre joven, consigue narrar un capítulo todavía casi desconocido de la historia europea y visualizarlo en imágenes estremecedoras. La autora ha logrado plasmar la persecución sufrida por los alemanes rumanos en tiempos de Stalin centrándose en la historia de un solo individuo.

Argumento: El narrador/protagonista Leopold Auberg tiene 17 años; es enero de 1945 y va a ser trasladado a un campo de trabajo porque es miembro de la minoría alemana de Rumania. Prepara su maleta porque la policía va a venir a buscarlo. Es deportado en un tren de ganado rumbo a Rusia. El tren viajó durante doce o catorce días. En el campo buscan y comen una espinaca silvestre llamada “Armuelle”. El campo está bajo el mando del comandante tovarisch Schischtvanionov y el Kapo Tur Prikulitsch. Pasan hambre en todas sus formas imaginables. Nos habla de los peines metálicos, de los piojos y de las liendres.

Durante los trabajos forzados les inculcan la obsesión por ahorrar cemento. Nos explica la suciedad y las enfermedades que produce el cemento; los zapatos de madera eran una verdadera catástrofe para los pies y la ropa de trabajo de algodón (“fufáika”) siempre está mojada.

La mayoría de prisioneros proceden del rincón de los tres países en los Cárpatos. Para los rusos, aunque no hayan combatido en ninguna guerra, son culpables por el simple hecho de ser alemanes. El barbero Oswald Enyeter es en cierto modo un privilegiado. Leopold nos cuenta su vida en Rumania, su padre era profesor de dibujo. La desaparición de los judíos. El transporte a Novo Gorlovka en busca de ladrillos se convierte en algo durísimo. Bea Zakel es la protegida de Tur, sabe que no morirá en el campo. La muerte de Irma Pfeifer en la fosa del mortero. Cavan zanjas en el hielo para plantar álamos en el campo. Una vieja que tiene un hijo deportado en Siberia le ofrece un plato de sopa y un pañuelo, este pañuelo se convierte en su destino. El ángel del hambre siempre está ahí con él, las mondas de las patatas son consideradas un manjar delicioso. El comer en sueños es una actividad habitual. En su campo han muerto 330 personas de hambre. No quiero desvelaros qué se encontrará cuando vuelva a casa.

Otras novelas interesantes de Herta Müller son El hombre es un gran faisán del mundo (1986) y La bestia del corazón (1994).

Comentarios

  1. Hola Tomás, cómo va todo. Me encanta Herta Müller, aunque es una autora compleja. Te recomiendo La bestia del corazón.
    Qué tal está el Miquel?

    Un besazo a todos

    Fanny

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