(L217) Aforismos de Zürau (1953)


Franz Kafka, Aforismos de Zürau (1953)

Mientras estudiaba el manuscrito de El castillo en la Bodleian Library de Oxford, el autor italiano Roberto Calasso encontró una carpeta con textos perfectamente ordenados. Sin embargo, nunca antes habían sido publicados como lo había estipulado Kafka, lo que motivó a Calasso a sacar una edición en la editorial Adelphi, que es la que traduce ahora la editorial Sexto Piso.

“Cuanto más estudiaba de cerca aquellas hojas delgadas y sus conexiones con los cuadernos y las cartas escritas por Franz Kafka (1883-1924) en los meses de Zürau, más me parecía evidente que esos textos debían ser leídos exactamente en la forma en la cual Kafka los había dispuesto, como esquirlas de meteoritos caídas en regiones desérticas”.1

Roberto Calasso reedita estos aforismos que en 1953 Max Brod había publicado con una organización que los desvirtuaba completamente y bajo el pretencioso título de Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero.

Son aforismos donde Kafka se pregunta sobre el Bien, el Mal, la expulsión del paraíso, lo divino que él llama “lo indestructible”. Muchos de ellos están tachados, lo cual da a entender que Kafka nunca los hubiera publicado. Aunque no desvirtúan la visión que tenemos de su obra, tampoco añaden ninguna aportación sustancial. Por tanto nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Tienen derecho Brod o Calasso a publicarlos solamente por la expectación que produce cualquier línea escrita por Kafka?

Calasso utiliza el título de Aforismos de Zürau (2004) y coloca cada sentencia en un página en blanco como si fuesen breves poemas. La razón del título es que allí, en la pequeña aldea de Zürau, en la casa de su querida hermana Ottla, durante el otoño-invierno de 1917-18, es donde fueron escritos. Por primera vez, gracias a la incipiente tuberculosis que padecía, tenía la excusa perfecta para alejarse de su familia, su trabajo y su posible matrimonio con Felice. Por primera vez, libre, por primera vez, lo dejaban en paz.2

El relato de La metamorfosis podría ser una traducción simbólica de este conflicto: hay cierta autocomplacencia en la autodestrucción pues esta significa para el monstruo una dulce venganza contra la familia, la oficina, la lujuria, el mundo, el Mal.

Además estos Aforismos de Zürau son muy conocidos porque incluyen las pocas reflexiones teológicas explícitas que Kafka hizo. En un cierto tono budista Kafka habla de "lo indestructible" que habita en nosotros y en el Cosmos, de la fe en el Paraíso... Para Kafka el mundo es una falsa creencia.

AFORISMOS

1.- El verdadero camino pasa por una cuerda que no está tensada en las alturas, sino apenas por arriba del suelo. Más pareciera estar destinada a hacernos tropezar que a ser recorrida.

2.- Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia, una interrupción prematura de lo metódico, un estacar aparente de la cosa aparente.

5.- A partir de un cierto punto, ya no hay regreso posible. Éste es el punto a alcanzar.

6.- El momento decisivo de la evolución humana es permanente. Por eso tienen razón los movimientos intelectuales revolucionarios que declaran nulo todo lo sucedido con anterioridad, pues nada ha pasado todavía.

7.- Uno de los medios de seducción más efectivos del Mal es la invitación a luchar. Es como la lucha con las mujeres que termina en el lecho.

13.- Una primera señal de conciencia incipiente es el deseo de morir. Esta vida parece insoportable; otra, inalcanzable. Ya no nos avergonzamos de querer morir; pedimos ser trasladados de la vieja celda, que odiamos, a una nueva, que apenas aprenderemos a odiar. Un resto de fe continúa operando, por si acaso durante el transporte apareciera el Señor por el pasillo, mirara al prisionero y dijera: “A éste ya no lo vuelvan a encerrar. Éste viene conmigo”.

15.- Como un sendero en otoño: apenas ha sido barrido, se cubre de nuevo con hojas secas.

19.- No permitas que el Mal te haga creer que puedes tener secretos frente a él.3

22.- Tú eres la tarea. Ni un solo discípulo hasta donde la vista alcanza.

26.- Existe una meta, pero no un camino; lo que llamamos camino son vacilaciones.

35.- No existe un haber, sólo un ser; sólo un ser que anhela un último respiro, la sofocación.

36.- Antes no comprendía por qué mi pregunta no recibía respuesta, hoy no comprendo cómo pude creer que podía preguntar. Pero si yo no creía, sólo preguntaba.

39a.- El camino es infinito, no se le puede restar nada ni añadir nada y, sin embargo, cada quien lo mide con su propia vara infantil. “Ciertamente todavía debes recorrer este trecho del camino, un día te será tomada en cuenta”.

44.- Es ridículo cómo te has enjaezado para este mundo.

52.- En el combate entre tú y el mundo, secunda al mundo.

56.- Existen preguntas que no podríamos superar, si por naturaleza no estuviéramos dispensados de ellas.

69.- En teoría existe una posibilidad perfecta de felicidad: creer en lo indestructible dentro de uno mismo y no aspirar a ello.

87.- Una fe como una guillotina, así de pesada, así de ligera.

103.- Puedes alejarte del dolor del mundo, eres libre de hacerlo y corresponde a tu naturaleza, pero quizá ese alejamiento sea precisamente el único dolor que tú podrías evitar.

106.- ¿Conoces algo más que el engaño? Si alguna vez el engaño es aniquilado, no debes voltear a ver o te convertirás en estatua de sal.

109.- No es necesario que salgas de la casa. Quédate a tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, sólo espera. Ni siquiera esperes, quédate en absoluto silencio y soledad. El mundo se te ofrecerá para que lo desenmascares, no puede evitarlo; arrobado, se retorcerá ante ti.

NOTAS:

1.- Franz Kafka, Aforismos de Zurau, Sexto Piso, Madrid, 2005, p. 15.

2.- Si un espíritu tan sensible como el suyo podía estar en paz alguna vez. En carta a Brod le cuenta que por la noche ha oído a las ratas, no ha podido dormir tranquilo, pero tampoco está tranquilo con un gato: “A las ratas las ahuyento con el gato, pero ¿con qué ahuyento al gato?”. (pp. 136-137).

3.- Sobre el mal también tratan los aforismos 28 y 29.

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