(L245) El bosque de la noche (1936)
Djuna Barnes, El bosque de la noche (1936)
La escritora
norteamericana Djuna Barnes (1892-1982) fue en su época una adelantada al escribir una de las
primeras novelas que retratan la homosexualidad femenina de una forma explícita
en El bosque de la noche (1936).
Vivió en París en plena expansión de las vanguardias artísticas y recorrió toda
Europa.
Argumento: La novela arranca con la historia de Hedvig
Volkbein, una vienesa de gran valor que da a luz a los 45 años muriendo como
consecuencia del parto. Su marido, Guido Volkbein, un judío de ascendencia
italiana, gastrónomo y dandi, había perecido seis meses antes víctima de unas
fiebres. El hijo se llama Félix, nos lo encontramos ya con treinta años, habla
siete idiomas y se dedica a los negocios. En 1920 se encuentra en París, tiene
un ojo ciego que lo ha eximido del servicio militar. Se siente atraído por el
mundo del circo y del teatro. En una fiesta conoce al doctor Matthew O’Connor y
a Nora Wood. El doctor cuenta anécdotas de cuando estuvo preso, en ese momento
es reclamado para reanimar a Mademoiselle Robin Vote. Félix se interesa por la
muchacha, sale a pasear con ella y a ver museos. Se enamora y le pide
matrimonio. Se casan, tienen un hijo, pero es una mujer extraña, se ausenta días
enteros y al final lo abandona.
Se nos habla del
Salón en América de Nora Flood, a ella ha acudido Robin, viajan juntas por
Europa. Parece que Nora está enamorada de Robin, aunque ésta última tiene
varias aventuras. Jenny Petherbridge es una viuda de mediana edad que se
inmiscuye entre ambas…
“Amor de mujer por
otra mujer, ¿qué loca pasión por la angustia sin tregua y la maternidad te
originó? (…) ¿Qué sabrá usted del amor? Los hombres nunca saben nada del amor,
no tienen porqué saber nada. En cambio, una mujer debería saber… son más
sutiles, más sagradas; ¡mi amor es sagrado, y mi amor es grande!”.1
Comentario: El amor entre mujeres seguro que
escandalizaba en 1927 pero afortunadamente hoy no es así. Pienso que es un
libro sobrevalorado, simplemente porque trata un tema espinoso, sobre todo para
aquella época. Debido a las preocupaciones con la censura, T.S. Eliot, suavizó
algunos términos relacionados con la sexualidad y la religión. Una edición que
restaura estos cambios fue editada por Cheryl J. Plumb, en 1995.
Además T.S. Eliot escribe
una floja introducción al libro, trivial y rutinaria de la cual lo único que
vale referir es lo siguiente: “Decir que El
bosque de la noche gustará especialmente a los lectores de poesía no
significa que no sea novela, sino que es una novela tan buena que sólo la
sensibilidad aguzada por la poesía podrá apreciarla plenamente”.2
Tampoco es
desdeñable su intenso, estilo de prosa gótico, denso, recargado y en cierto
modo poético: “Esa inestimable galaxia de informaciones erróneas llamada mente,
aparejada a ese fantástico y raído conglomerado de impulsos llamado alma, que
deambula por el casi borrado camino de herradura del Bien y el Mal,
fortuitamente planeado, es el Habeas
Corpus sagrado, el modo en que el cuerpo es llevado ante el juez… sin
embargo… al final, Robin te querrá en un convento de monjas, donde se conserve
lo que ella ha amado, porque tal como eres continúas haciéndola remontar
siempre, del mismo modo que los cañones hacen subir de las aguas profundas a
los ahogados”.3
NOTAS:
1.- Djuina Barnes,
El bosque de la noche, Seix Barral,
Barcelona, 2009, p. 110-111.
2.- Ibídem, p. 8.
3.- Ibídem, pp. 197-198.
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