(L344) La humillación (2009)
Philip Roth, La humillación (2009)
Estamos ante una de las
últimas novelas que escribió Philip
Roth (Newark, New Jersey, 1933). Es una obra corta, densa y profunda.
Destila toda la maestría de Roth como narrador. Aquí se encuentran una serie de
temas clave: el miedo al fracaso, la enfermedad, la vejez y la soledad que
conlleva, todo ello enfrentado ante la posibilidad de un nuevo y último amor.
Argumento:
Simón Axler es un actor norteamericano de teatro clásico, uno de los mejores,
sin embargo no puede actuar, ha perdido su magia. Aunque ya es sexagenario él
cree que se recuperará. Sin embargo su desmoronamiento fue colosal. Piensa en
el suicidio. Victoria, su esposa, no sabe qué hacer, nunca lo había visto en
aquel estado. Se conocieron con cuarenta años, ella se había casado dos veces y
tenía un hijo. Había sido bailarina en su juventud. Desbordada por el
hundimiento huye California para estar cerca de su hijo que tiene problemas con
las drogas.
Axler pide a su médico
que lo interne en un hospital psiquiátrico. Allí se pregunta ¿qué era lo que
había destruido su confianza? El psiquiatra, el doctor Faler, desea escuchar el
relato pormenorizado de las semanas y meses previos a su actuación en el
Kennedy Center. Lleva internado unos veinte días. Se reúne por las tardes con
un grupo de pacientes que explican cómo han intentado suicidarse. Con el doctor
hablan de que todo es caprichoso. Pierdes, ganas…
Simon entabla amistad con
una joven paciente que se llama Sybil van Buren. Participan juntos en las
sesiones de terapia artística. Los pacientes sentados en la consulta médica
ensayan los antiguos temas de la literatura dramática.
Sybil le explica su
terrible historia a Axler. Cuando este sale del hospital se divorcia de su
mujer. Un día recibe la visita de Jerry Openheim, su agente, quien le ofrece
participar en la obra La larga jornada
hacia la noche (Eugene O’Neill). Jerry le dice que a veces uno encuentra un
obstáculo sin saber porque y luego sigues adelante. Axler le dice que no puede,
que ya no tiene talento. Jerry le recomienda que vaya ver a Vincent Daniel que
trata problemas como el suyo. Pero Axler le dice que ahora es incapaz de
actuar, algo fundamental se ha desvanecido. Repasa las obras en que alguien se
suicida y en las que él ha actuado. La lista es enorme. Entre las pocas cartas
que ha recibido en los últimos seis meses estaba la de Sybil, la joven que
conoció en el sanatorio.
Una mañana fría y gris va
al pueblo a comprar provisiones. Allí encuentra una zarigüeya que vive en los
cimientos de un establo. Recibe la visita de Pegeen hija de los Stapleford,
antiguos amigos de Axler. Ella tiene unos cuarenta años, pechos generosos y
aire de marimacho con el cabello muy corto. Desde los veintitrés años ha vivido
como lesbiana. Cenan juntos y se acaba quedando.
Axler le compra una
chaqueta ceñida que le sienta magníficamente. En un viaje a New York le renueva
el vestuario, también le compra ropa interior. Hablan entre ellos, la relación
ya no es una aventura, han corrido un riesgo y quieren seguir adelante. Pegeen
se deja crecer el pelo y se hace un corte femenino. Axler se pregunta si no
será todo una ilusión de la que pueda salir muy perjudicado.
Los padres de ella se
enteran de la relación y la aceptan para no distanciarse de su hija. Pegeen
come con su madre Carol y hablan de la relación con Axler. La madre pone como
impedimento que se lleven veinticinco años de diferencia, que haya estado internado
y que esté en paro. Carol de joven estuvo encaprichada de él, le dice que no
debe atarse porque pronto estaría cuidando a un viejo. Axler, aunque no lo
demuestre, cuando Pegeen le cuenta la conversación con su madre se siente
dolido. A pesar de todos los obstáculos ha decidido apostar fuerte por la
relación…
Comentario:
Como he dicho al inicio es una de las últimas obras escritas por Philip Roth en
su madurez, concretamente la penúltima, antes que la enfermedad y la pérdida de
facultades le obligaran a dejar de escribir.1
Es un bonito y profundo
testamento literario. Con una estructura teatral en tres actos, La Humillación
relata un descenso al infierno personal del que fuera un famoso actor, en el
que un deseo erótico de un hombre de sesenta y cinco años servirá como hilo
conductor.
¿Qué hacer cuando el
deseo sigue ahí, pero la vejez te tiende trampas por todos lados? ¿Tiene
sentido, entre las enfermedades y los achaques, en las proximidades de la
muerte, aferrarse al deseo? ¿No es, de hecho, cuando tiene más sentido? ¿No son
esos postreros impulsos eróticos la última línea de resistencia frente a la
muerte? ¿La última lucha entre Eros y
Tánatos?
Simon Axler comienza a
salir parcialmente de su crisis gracias a la relación con Pegeen (lesbiana
vacilante, sadomasoquista, veinticinco años menor, hija de sus amigos de
juventud) e incluso llega a fantasear –última venganza de la naturaleza– con la
idea de un hijo. Pero las cosas no resultan como él esperaba.
Recuerdo que cuando la
leí me ocurría como al protagonista. Yo también tenía un brazo paralizado y
apenas podía valerme por mí mismo. A pesar de ello disfrutaba de la vida. Me
hacían el amor como a Simon y también me sucedió como a él: todo el castillo de
ilusiones y esperanzas, que yo mismo construí, se desmoronó sin saber cómo.
NOTAS:
1.- Y. MONGE – W.
MANRIQUE, Philip
Roth se retira, El País, 09/11/2012.
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