(L639) La saga/fuga de j.b. (1972)

Gonzalo Torrente Ballester, La saga/fuga de J.B. (1972)

Tercera obra que os traigo de este gran escritor gallego en lengua castellana. De Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999) ya hemos comentado en el blog Crónica del rey pasmado (1989) y su estupenda trilogía Los gozos y las sombras (1957-1962).

Argumento: en la ciudad imaginaria de Castroforte del Baralla alguien ha robado del camerino de la Colegiata las reliquias del Santo Cuerpo. El Dean y don Ascisclo Azpilicueta avisan al Comisario. Llegan el Magistrado y el Juez. Todos ellos sospechan que el ladrón ha sido Jacinto Barallobre dueño del Santo Cuerpo. Al mismo tiempo en el pueblo han oído los gritos: “¡Veciños, vecinos, roubaron o Corpo Santo!”.

Tía Benita dos Carallos que tiene una tienda de abacería, llama a Florindo el Maricallo, “que vive con ella, que con ella duerme, pero sin que pase nada” para que vaya a pescar lampreas. Allí se encuentra con otro pescador, Juan el Evangelista. Ambos tienen buena mano para las lampreas, pero esa mañana el río no lleva, han desaparecido como el Santo Cuerpo.

Sabemos que existe un Círculo Espiritista y Teosófico en Castroforte del Baralla, actualmente en clandestinidad —el padre de Julia y siete amigotes más—. De Don Perfecto Reboiras y su loro que se sabía de memoria “el discurso que don Emilio Salgueiro, último “Rey Artús” de la última Tabla Redonda, había inútilmente intentado pronunciar ante el tribunal que iba a condenarlo: se le acusaba, y era cierto, de haber puesto a don Manuel Azaña, presidente de la República, un telegrama en términos inconcebibles y, por supuesto, delictivos.

El Ayuntamiento dirigido por gente foránea (llamados godos) quiere quitar el monumento al Almirante Ballantyne. Se reúnen varios de los lugareños más destacados (llamados celtas) para tratar de impedirlo. Pretenden resucitar la antigua hermandad de la Tabla Redonda, una especie de logia masónica republicana.

La Tabla Redonda actual está formada por: Rey Artús (Don Anníbal Mario), José Bastida, Galván, Galaor, Gowen, Merlín (Perfecto Reboiras, padre de Galván), Lanzarote (Parapouco Belalúa) y Bohor (Celso Painceira).

El narrador es José Bastida, natural de Soutelo de Montes, profesor de gramática en Castroforte del Baralla, cuando se ve salpicado por la leyenda popular que supone que un hombre, cuyo nombre posee las iniciales JB, vendrá a salvar a Castroforte de su destrucción, situación que se ha venido dando cíclicamente a lo largo de la historia de la población.

Los mitos de esta ciudad son cinco: el Cuerpo Iluminado de Santa Lilaila de Efeso, y las figuras supuestamente históricas del Obispo Bermúdez, del Canónigo Balseyro, del Almirante Ballantyne y del Vate Barrantes.

José Bastida nos cuenta la historia de don Torcuato del Río quien el 1864 escribió una monumental Historia de la rivalidad milenaria entre Castroforte del Baralla y Villasanta de la Estrella con un apéndice documental y una cronología rigurosa de los Obispos de Tuy, y que proclamó el Cantón Federal e independiente de Castroforte del Baralla, además de crear unas Tubería Proliferantes y Polimorfas que una vez instaladas reproducían la música del viento que pasaba por ella.

“«Le está corrompiendo el alma la funesta doctrina del Arte por el Arte, que, por muy francesa que sea, es una doctrina reaccionaria. El Arte, o sirve al progreso humano, o no sirve para nada. ¿Por qué pierde el tiempo en inventar sufrimientos de amor y ponerlos en verso, si sus amores solo a usted le conciernen? Aparte, amigo mío, de que uno de los daños peores que pueden infligirse a las generaciones futuras es mantenerlas en la creencia de que el amor es cosa cuasi divina. Al amor hay que desacralizarlo, y a los jóvenes hay que imbuirlos en la idea de que eso que hasta ahora se llamó Amor, con A mayúscula, no es más que el despliegue coaccionado, cuando no impedido, de la sexualidad, actividad natural que los hombres nos hemos empeñado en mixtificar por el procedimiento de hacerla difícil o imposible. Si usted, en vez de abstenerse de todo contacto con hembras en nombre de la fidelidad imaginaria a una mujer que no existe, participase en las metódicas, casi diría en las científicas orgías a que, en fechas fijas y con sincronismo gimnástico, nos entregamos sus amigos, comprobaría que eso que llama Amor no es otra cosa que el resultado de las perturbaciones cerebrales causadas por la acumulación de semen en las vesículas de Graaf, las cuales, una vez vacías, dejan de enviar venenos al cerebro hasta que vuelven a llenarse. No niego que el ejercicio del sexo sea una actividad placentera, pero también lo es merendarse una empanada de lampreas, y no por eso se nos ocurre inventar una metafísica de la merienda, menos aún considerar que la secreción de jugos gástricos, la masticación, la deglución, la digestión y la defecación sean operaciones trascendentales y misteriosas que unas veces conducen al hombre a la ataraxia y otras a la tragedia. No, amigo mío, no hay que desquiciar las cosas, ni, como vulgarmente se dice, mear fuera del caldero. El Amor no existe, existe el sexo. Y el sexo ocupa un lugar importante dentro de las actividades normales del hombre natural, pero de las meramente fisiológicas. Lo que llamamos Amor podría muy bien denominarse una complicación artificial añadida por cientos de generaciones de cerebros ociosos a la cosa más natural del mundo. Y cuento entre ellos, ante todo, a los poetas, que se han apoderado del sexo como de cosa exclusiva, han causado con ello a los hombres un daño irreparable y han pretendido, por ello mismo, constituirse en ciudadanos excepcionales, en intérpretes del Misterio Universal, en mensajeros de la Divinidad”.

Comentario: La saga/fuga de J.B. es una novela de realismo fantástico, género innovador y de poca tradición en España. Para Torrente Ballester, al igual que para Cervantes en su Quijote, la novela es un artificio que juega a crear personajes, escenarios y situaciones con apariencia de ser reales, aunque no lo sean como las personas, lugares y situaciones históricos, porque no tienen una existencia independiente del texto, sino que solo existen dentro de él.

El escritor crea de su imaginación una quinta provincia gallega, Castroforte del Baralla, (Pontevedra tal vez), que supuestamente, al menos sobre el papel, se separó como Cantón Independiente de la España de la Segunda República y que malvive olvidada y en plena decadencia durante el oscuro período franquista.

El narrador de la Saga es único, y ello contribuye a dar unidad a una narración viciada por la digresión exuberante de juego intelectual. Torrente hace parodia del punto de vista, y el lector descubre cómo detrás de la primera, segunda o tercera persona, siempre relata José Bastida.

Nos dice Francisco Martínez en el artículo de la Bibliografía que: “La inmensa mitología local imbrica y conecta todo con todos. Los textos y los subtextos se relacionan con subtramas, hilos argumentales y personajes, una y mil veces, para dar luz a temas heterogéneos y variopintos. Una mezcolanza perfectamente equilibrada y coherente, de lectura apasionante gracias a un tono a medio camino entre la entrañable oralidad del cuentacuentos, es decir de quien se sienta ante su auditorio para narrar lo creado como sucedido o como vivido, y la descripción amplia y estricta del cronista, cuyo punto de vista como testigo de primer o segundo grado intenta hacer pasar lo propio como distante y lo subjetivo como objetivo. El fino humor de la voz narrativa y los juegos del lenguaje se suman a las virtudes del tono para que, a pesar de los cambios de perspectiva inherentes a los cambios en la voz narrativa, el texto mantenga intacta su consistencia mientras hace de esta variación un valor para la trama”.

Es una novela tan bella como compleja y difícil de seguir en algunos momentos. Recomendada solamente para el lector avezado, avanzado y curioso. Tuvo mucho éxito en su momento entre la crítica y los teóricos de la literatura, pero no así entre el público lector medio ante el que pasó prácticamente desapercibida.

Una razón, sin duda, es que se trata de una obra destinada a un lector culto, que conozca la historia real y mítica de Galicia. Y otra, quizá más importante, es la de ser una novela que nace sin ningún referente en la tradición literaria española de los años precedentes. No se sabe con quién relacionarla, no existen precedentes de una narración así, tan novedosa, desenfadada, de estructura compleja y de expresión tan brillante y lúdica.

BIBLIOGRAFÍA

Francisco Martínez Hidalgo, La saga/fuga de J.B. Quizás la mejor novela en castellano de todos los tiempos, Fabulantes, 15/03/2016.

David Pérez Álvarez, Poetas y poesía en la obra de Gonzalo Torrente Ballester, Tesis Doctoral, Universidad de Vigo, 2016.

Gonzalo Torrente Ballester, La saga/fuga de J.B., Editorial Destino, Barcelona, 1970.

Manuel Rivas, 'La saga / fuga de J. B.', El País, 01/05/2005.

Santiago Sevilla Vallejo, El cronotopo literario «París» en La saga-fuga de J. B., de Gonzalo Torrente Ballester, BVC, Universidad de Alcalá, 2010.

Santiago Sevilla Vallejo, La obra de Gonzalo Torrente Ballester como juego, Tesis Doctoral, UCM, Madrid, 2014.

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