(G23) El Torreó de l'Indià (Xerta, Tarragona)
Preciosa torre que perteneció a un indiano situada en la localidad de Xerta donde el clima, los naranjos, las palmeras y el bonito catalán occidental que hablan nos recuerda al cercano País Valenciano. También te puedes alojar en sus habitaciones, eso sí a unos precios considerables. Como hemos dicho la torre es magnífica, sin embargo el comedor está situado en las antiguas dependencias de los trabajadores y su decoración es muy austera y poco acogedora.
Poseen, además de la carta, dos tipos de Menús. El primero llamado Menú de l’arròs a 45 euros y el Menú Degustació a 58 euros (con la posibilidad de hacer un maridaje con vinos a 8 y 20 euros). Nos decantamos por el menú degustación para poder tener una idea más variada y extensa de su cocina. Los aperitivos muy normalitos, tirando a flojos. De entrantes Delicias de erizo de mar sobre una crema de verduras con langostinos salteados en pimiento escalibado y espuma de erizo, bueno. (foto)
Huevo de pato cocido al vapor con una crema de patata, trufa, alcachofa y salsa de carne, esta combinación, desde nuestro punto de vista, no aporta mucho culinariamente hablando. Micuit de foie con naranja, bueno. Hasta aquí la cosa estaba un poco justa, gracias a los segundos y sobre todo a los postres la comida remontó agradablemente. Petxines de Peregrí: Vieras glaseadas con espárragos y zanahorias en tres texturas, plato muy fino. Carré de cordero con alcachofa, frutos secos, patatas y salsa de miel, bueno y contundente. Los postres acaban de confirmar la marcha ascendente de la comida. Aromes del Taronjer: la naranja en todas sus expresiones posibles, pasta de full rellena de crema de naranja al Grand Marnier, aire de azahar (espuma que se volatiliza al entrar en contacto con el paladar), nubes de naranja, helado de mandarina, biscuit de naranja, todo ello decorado con crujiente de caramelo a la naranja, excelente. (foto)
El otro postre tenía por nombre Dulce y refrescante compuesto por una plancha esponjosa con mouse de coco, mouse de chocolate, mouse de pistacho, todo ello bañado con crema de chocolate y sorbete de pepino, la combinación era buena y muy original. Como tenía que conducir acompañé la comida con dos copas de Gramona Gessamí, un vino blanco joven del Penedès, de color pálido verdoso con reflejos pajizos, en boca afrutado con sabor a flores blancas: jazmín, flor de azahar y rosas, muy aromático, de paso agradable y ligero, que cumplió su cometido a la perfección. A continuación café y surtido de petits fours que se pueden tomar en una sala aparte más cómoda, con sofás, donde poder fumar y pedir, si apetece, un digestivo final. Para despedirnos un breve paseo por el magnífico jardín con plantas centenarias traídas de América, destacamos el increíble ficus, que hunde sus raíces en parte de la sala de estar, y que se puede confundir con un magnolio.
El xef Francesc López, está al frente de un joven equipo encargado de la cocina del Torreó. Se basa en la dieta mediterránea, actualizando recetas y elaboraciones típicas de les Terres de l’Ebre y manteniendo el respeto hacia los productos frescos y de temporada. Su formación, según nos dijo él mismo, consta de estudios y trabajo en la escuela Hoffman de Barcelona (que visitaremos próximamente) y también ha hecho prácticas con el cocinero francés Alain Ducaisse en el prestigioso restaurante l’hotel Plaça Athenée. Destacamos asimismo su juventud, apenas tiene veinticinco años, por lo que creemos que es un cocinero a seguir en los próximos años. Fecha de la visita 3 de abril de 2010.
Puntuación: 7
¡Que buena pinta tienen los platos!, la presentación y las espumas. Sorprende que el xef tenga 25 años. Creo que un siete de nota es para tener muy en cuenta, que si se pasa cerca de allí hay que para hacer una paradita para comer.
ResponderEliminarSaludos,
Jorge