(G32) Manairó (Barcelona)



Los 3 hombres a la mesa vuelven a reunirse para comer juntos, esta vez eligen el restaurante Manairó del carrer Diputació, 424, Barcelona. Está regentado por Jordi Herrera, quien tuvo la amabilidad de conversar con nosotros unos momentos y hacernos partícipes de sus inquietudes, tanto culinarias como artísticas.

El local posee un pasillo central que lleva a la cocina y que distribuye las mesas a ambos lados, está sembrado por pizarra negra, parquet de roble, desgastado, en lamas de tres por uno. Los paramentos son de hierro corten oxidado y papel pintado estilo rococó en tono crema que le da un ambiente austero pero moderno a la vez. Hay una escultura sorprendente en forma de viña de donde cuelgan las copas. La iluminación parece escasa pero al cuarto de hora la vista se acomoda, es cálida, favorece el clímax y potencia la confortabilidad del ambiente.

Nos decantamos por el Menú Manairó, más completo. Los entrantes fueron dos: un Xof de pan con tomate, correcto, y una mouse de sardina a la parrilla, prácticamente sin interés culinario.

Empezamos por los primeros: Croqueta de pollo rustido envuelta en pasta Kataifi, muy buena y Pizza de queso gorgonzola, simplemente correcta, a mi me la substituyeron por Panceta con oreja de Judas, bueno. Ensalada de caballa marinada con Módena y perlas de Izaguirre, buena y escasa, apenas podías encontrar la caballa. Calamares a la romana de huevo frito con butifarra de cebolla (foto), excelente. 


Arroz de vieras y chorizo, un mar y montaña muy conseguido. Cigala con espinacas a la catalana y salsa de cebolla quemada, simplemente correcta. El pescado de escama con garbanzos nos lo substituyeron por Panagal (de la familia de las Scorpaenidae) con verduritas, bueno. Todo ello lo acompañamos con un blanco de Rueda, verdejo 100 % Trascampanas 2009, vino ligero y muy aromático con sabor a frutas, sobre todo mango y lichi. Tiene poco cuerpo pero como los platos también eran muy suaves, pudo acompañar esta primera parte de la comida con un cierto decoro.

Pasamos a los segundos de carne: Canelón de pies de cerdo, el canelón era de patata, plato muy fino (mis compañeros encontraron algún que otro huesecillo). Meloso de galta de cordero con tirabeques (foto), bueno y solomillo de buey al clavo ardiente, con espárrago (verde, duro y hecho a la vez), plato contundente y muy conseguido. Todo esto acompañado por un vino excelente DO Montsant Les Sorts vinyes velles 2005, del Celler El Masroig, mezcla de uvas garnacha, cariñena, cabernet sauvignon y syrah. Recomendamos abrir la botella con suficiente antelación para que el vino exprese todo su potencial. Es un vino con cuerpo, interesante, que entra áspero en boca, intenso, potente, pero con un recorrido y un postgusto agradable, sabores a fruta negra madura y un fondo de madera tostada. Procede de cepas viejas y tiene un envejecimiento de 13 meses en barricas de roble nuevo y 14,5 º.


Al beber este vino me vienen a la memoria los versos del poeta Joan Margarit (1):

El vi és temps, té el gust aspre del temps.
Una ampolla de vi pot ser casa.
Tant l’odi com l’amor hi són a dins.
Un cop buida, el solatge de l’oblit.

Llegamos aquí a los postres: para desengrasar una caipiriña muy refrescante (¡más alcohol!), Texturas con chocolate blanco y negro, plátano y naranja, bueno y para terminar borracho de ratafía con helado de chocolate (foto), muy sugerente.


Mencionamos los tres tipos de panes que nos ofrecieron: de bacón y mantequilla, de pagés y el integral. Cafés y entretenimientos, simplemente correctos a destacar las pipas de calabaza y girasol caramelizadas. Nos sirvieron un chupito de orujo Martin Codax como cortesía de la casa que yo decline por precaución.

Como puntos negativos comentar que a pesar de que el Menú constaba de 14 platos no quedas demasiado repleto, son microraciones. El agua a 5 euros la botella creemos que es excesivo, así como triplicar el precio de algún vino, el Trascampanas se puede comprar a 7 euros. Además el precio de los menús en dos de las cartas era diferente, y al traernos impreso el Menú para poder seguir la comida aparecía otro diferente. Pensamos que es necesario unificarlos para evitar confundir al cliente.

Precios Menú degustación 58 euros y Menú Manairó 72 euros + IVA + bebidas + cafés. Fecha de la visita 23 de noviembre de 2010.

PUNTUACIÓN: 7-7,5


Colectivo 3 hombres a la mesa.


(1) Del poema titulado Crepuscle incluido en el libro No era lluny ni difícil, Editorial Proa, Barcelona, 2010.

Comentarios

  1. Esta vez además de comer bien, salimos alegres del restaurante por el nivel de alcohol. Saludos,

    Jorge

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

(L111) El mundo de ayer. Memorias de un europeo (1942)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)