(G53) Diverxo (Madrid)
Lo primero que
digo en este comentario es que Diverxo,
Calle Pensamiento, 28 de Madrid (Metro Tetuán) no es un restaurante como los
demás. Al mando de los fogones está David Muñoz con unos colmillos que le
atraviesan los lóbulos de las orejas y que si te lo encontrarás por la calle en
una noche oscura pensarías que vas a tener un problema. Pero, bromas aparte, os
diré que David es un gran cocinero y un trabajador infatigable, un
perfeccionista.
Su cocina busca
sensaciones intensas, la estimulación de todas las papilas gustativas de forma
continuada (y os aseguro que lo consigue) y unos nuevos usos de la proteína
animal. Sus platos son una sucesión constante de picantes, ácidos, ahumados, amargos,
especiados, dulces y agrios. Utilizando
toda una serie de productos picantes: jalapeño, pimienta blanca, jengibre,
chipotle, mostaza, rábano. Así como también ácidos: tamarindo, lima, vinagre de
arroz, yuzu, tomatillo de árbol, flor de begonia, acedera, etc.
Su filosofía
utiliza la proteína animal como complemento, guarnición o aliño dentro de la
elaboración. Un mar y una montaña singulares que sirven de soporte textual para
otros sabores. Su cocina viaja con memoria, no fusiona, la creatividad y la
vanguardia son sus elementos principales. Elaboraciones de carácter viajero
pero de resultados únicos sin hilos conectados entre diferentes culturas.
Disponen de
cuatro menús: el Expresxo a 75 euros
y compuesto de siete platos. El Extenxo
a 100 euros y compuesto por 9 platos; el Diverxo a 120 euros y compuesto por 11 platos y por último el Menú
infinito a 145 euros y compuesto por 14 platos. Bien aconsejados nos decidimos
por el Extenxo de nueve platos, siete
salados y dos dulces.
Comentar que no
hay un folleto del Menú para seguirlo, por lo que solamente tenemos lo que nos
quedó en la memoria para explicároslo, y que además es sorpresa lo confeccionan
según su criterio, aunque también siguen las indicaciones del cliente si existe
algún alimento que no le gusta o es alérgico al mismo.
Como entrante y
para acompañar toda la comida nos sirvieron unas Vainas de soja con semillas y
salsa jalapeña (foto), curioso y bastante
picante.
El primer salado
fue un mejillón tigre con huevas de pez volador, una crema y espolvoreado de
naranja por encima (foto), plato
excelente. Continuamos con un Din-sun de capón y carabinero con su caldo (foto), muy bueno, un mar y montaña
peculiar, se come primero el din-sun cogiéndolo con los dedos.
Seguimos con un
Mollete chino relleno de trompetas de la muerte y cubierto de piel de leche,
acompañado con un tira de jamón y tomate (foto)
que al envolverlo parece un pan con tomate y jamón al estilo catalán, el plato
en sí lo encontramos extraño de sabor.
Gamba del
mediterráneo envuelta en din-sun frita al revés con soja, yuzu y mayonesa caliente
servida aparte (foto), buena, el
aceite hirviendo a 280 º se vierte sobre la gamba, por eso se llama frita al
revés.
Cochinillo al
estilo pequinés presentado en dos servicios. El primero en su corteza y el
segundo el secreto ibérico del cerdo con lechuga y una salsa de vinagre de
arroz de acompañamiento (foto), un
contraste agridulce fortísimo, un plato diferente, difícil de calificar.
Continuamos con
una ventresca de bonito ahumada con ravioli (en su interior habían huevos
fritos de codorniz), raíz de Chile y col fermentada china (foto), plato excelente.
Para terminar
los salados nos llegó una Salsa de civet de jabalí bañando una pieza de
bacalao, con tirabeques y laminas de coliflor cruda (foto), otro curioso mar y montaña, extraño y bueno a la vez.
Llegamos al
apartado de los postres que fueron extraordinarios, tanto en sabor como en su
presentación, de una estética y un sabor que nos emocionaron. Helado de apio y
manzana verde, acompañado de falsas aceitunas de chocolate (foto), sencillamente sublime. Postre de violeta con helado de haba
tonka y nueces de pecan (foto), muy
delicado.
Para acompañar
este abundante menú elegimos unas copas de un vino valenciano, concretamente Angosto 2010. Mezcla de las variedades
moscatel, verdejo, sauvignon blanco y chardonnay en iguales proporciones. Es
afrutado, fresco, con recuerdos herbáceos, tiene algo de acidez y notas
amargosas. Un vino simplemente correcto y que por el precio que tiene en bodega
creemos que nos lo cobraron demasiado caro.
Comentar que la
estética de los camareros era divertida, de aire futurista, con unos largos
faldones, los hombres en color oscuro y las mujeres en gris claro. Parecían
monjes de una secta culinaria en la cual nos hubieran hecho el favor de dejarnos
entrar para compartir con nosotros sus secretos. Durante toda la comida sonó
música de Vangelis muy acorde con la
estética del local.
No se sirvió pan
durante la comida. Precio del menú Extenxo
100 euros + bebidas + IVA. Fecha de la visita 13 de julio de 2012.
PUNTUACIÓN: 8,5
Con lo delicioso que era el menú y la esmerada elaboración, ¿Sólo un 8? Jajaja.
ResponderEliminarDisfrutad de las vacaciones. Que la turné os depare agradables sorpresas y un reparador descanso.
Espero desde este momento la próxima entrada del blog.
Un abrazo para los dos
Adelaida de Sarraga