(C20) Annie Hall (1977)


Woody Allen, Annie Hall (1977)

En un momento de euforia os dije que comentaría las cuatro películas que Woody Allen (Brooklyn, 1935) dedica al tema del amor y de la pareja. Hasta ahora solamente he comentado Maridos y Mujeres (1992) el 13 de septiembre de 2009.

Continúo con Annie Hall (1977) que es para mí una de las más bellas historias de amor y desamor que se han realizado en el cine. Además cuenta con un guión estupendo, lleno de frases divertidas e ingeniosas. En el inicio del film Alvy Singer (Woody Allen) se pregunta por qué ha fracasado su relación con Annie (Diane Keaton). Como en una especie de catarsis vivencial Alvy rememora toda su vida tratando de encontrar las claves a su fracaso sentimental llegando a fundamentarlas en su carácter neurótico.

Alvy: Les contaré un chiste viejo. Ah, dos señoras mayores están en un parador de montaña, y una dice: «Hay que ver lo mala que es aquí la comida». Y la otra replica: «Sí, ya, ya, y además dan unas raciones tan pequeñas». Pues bien, así es cómo veo yo la vida. Llena de soledad, de tristeza, de sufrimiento y de infelicidad, y pasa todo tan deprisa...

Alvy es un neurótico, su psicoanalista le dice que exagera sus recuerdos de infancia. Nos muestra como eran sus padres, su casa situada debajo de una montaña rusa en Coney Island, el colegio, los profesores:

Voz de Alvy: Recuerdo muy bien al profesorado de la escuela pública. ¿Saben? Teníamos una frase hecha que decía: «Los que no valen para otra cosa, se hacen maestros, y los que no valen para maestros, dan clase de gimnasia». Y, bueno, ah, claro, los que no valían para nada, me parece a mí, los mandaban a nuestra escuela.

Sus preocupaciones metafísicas son impropias de un niño de siete años:

Interior. Consulta del médico. Día. Alvy niño está sentado en un sofá junto a su madre. Madre: Tiene una depresión muy grande. De repente, ya no hay forma de que haga nada. Médico (asiente con un cigarrillo en la mano): ¿Por qué estás deprimido, Alvy? Madre: Cuéntaselo al Dr. Flicker. Ha sido algo que ha leído. Médico: Algo que ha leído, ¿eh? Alvy niño: El universo se expande. Médico (off): ¿El universo se expande? Alvy niño: Bueno, el universo es todo y, si continúa en expansión, acabará por estallar, ¡y eso sería el fin de todo! La madre se vuelve hacia Alvy y grita con grandes aspavientos. Madre: ¿Y a ti qué te importa? (Al médico.) Ya no hace los deberes. Alvy niño: ¿Y para qué? Madre (gesticula): ¿Qué pinta el universo en todo esto? ¡Tú vives en Brooklyn! ¡Y Brooklyn no se expande! Médico (off): Y no conocerá expansión sin que (gesticula) pasen antes billones de años, Alvy. Hemos de procurar pasarlo bien mientras sigamos aquí, ¿eh? (Ríe.)


Alvy le explica a su amigo Rob (Tony Roberts) que se siente víctima de una persecución por ser judío y de Nueva York.

Las antiguas relaciones de Alvy han fracasado. Su primera mujer, sus otras novias. Intenta averiguar el porqué. Asistimos al encuentro de Alvy con Annie jugando al tenis. El look masculino de ella es encantador. Al despedirse podemos ver que hay algo entre ellos. Alvy le confiesa que lleva quince años de psicoanalista.

La manera tan torpe que ambos tienen de ligar y las tonterías que se dicen están a punto de estropearlo todo, pero por suerte no es así. Se van a vivir juntos, Alvyn tiene un miedo atroz al compromiso. Es muy divertido cuando él conoce a la familia de Annie que tiene una abuela antisemita y un hermano perturbado.

Ella también va al psicoanalista y cree que Alvy la ahoga, y decide dejar la relación. Alvy se siente perdido. Se vuelven a encontrar y su amor se renueva. En sus visitas al psicoanalista hablan sobre sus “problemas sexuales”:

Consulta analista de Annie: Annie: Aquel día en Brooklyn fue el último que yo recuerde haber disfrutado realmente. Me siento malhumorada, insatisfecha. Analista de Annie (off): ¿Hacen el amor a menudo? Annie: ¡Constantemente! Yo diría que sobre unas tres veces por semana. Como la otra noche, Alvy quería que nos fuéramos a la cama. Y, no sé, en fin, seis meses atrás lo habría hecho. Lo habría hecho sólo por complacerle. Annie: El caso es que, bueno, desde que vengo aquí, he comprendido que tengo derecho a defender mis sentimientos. Creo que puede usted estar orgullosa de mí, porque eh, ah, he sabido imponerme.

Consulta analista de Alvy: Alvy: Bueno, ya no nos reímos como antes, ahí está el problema. Analista de Alvy: ¿Son frecuentes sus relaciones sexuales? Alvy: En absoluto. Tres veces por semana quizá. No quiso acostarse conmigo la otra noche, ¿sabe? Lo intenté todo, ¿sabe?, pu-puse música suave y la, la bombilla roja, y... Alvy: Lo más increíble de todo es que yo le estoy pagando la analista, y ella está haciendo progresos, mientras que yo me he quedado empantanado.

Annie fuma porros y quiere iniciarlo en la cocaína, su primera experiencia es muy curiosa y no la voy a destripar aquí.

Allen es un furibundo defensor de todo lo Neoyorkino y está en contra de todo lo que huele a Hollywood, la comida macrobiótica, los premios musicales, las chicas con poca ropa —y todavía menos cerebro—, los productores aprovechados, los falsos pedantes que se las dan de saber algo.

Alvy: Sí, la arquitectura es de lo más coherente, ¿no? Casas francesas al lado de... Desfilan espaciosas residencias con jardín. Alvy (off): ...casas españolas, al lado de casas Tudor, al lado de casas japonesas. Annie (off): ¡Hay que ver qué limpio está todo aquí! Alvy: Es que no tiran la basura. La reciclan en programas de televisión. Rob: Oh, venga, Max, perdónanos la vida, ¿quieres? Es Navidad.

Annie, aficionada a la música, sigue cantando y, con motivo de la entrega de un premio, Tony Lace (Paul Simon), un productor de Los Ángeles le ofrece grabar un disco. A la vuelta deciden separarse porque su relación está muerta. Se reparten los libros:

Alvy sigue examinando los libros. Alvy: Eso está, está claro. Creo que nuestra determinación es la más sensata, sin lugar a dudas. Annie (off): Oye, mira, todos los libros sobre la muerte y la agonía son tuyos... Alvy mete los libros en la caja. Annie llega con un cuadro enmarcado y echa una mirada al interior de la caja. Annie: ...y todos los libros de poesía son míos. Alvy contempla la portada de uno de los libros. Alvy: Mira éste, La negación de la muerte. ¿Lo recuerdas? Annie (off): Oh... Alvy: Es el primer libro que te regalé. Ambos miran la portada. Annie: ...cielos. Alvy: ¿Te acuerdas de aquel día? Annie: Ya lo creo. Caramba, es como si me hubiera quitado un peso de encima. Mmmm. Alvy: Gracias, amor.

Sin embargo Alvy no supera su pérdida y quiere volver con ella, lo intenta de todos modos, ofreciéndole matrimonio pero ella, que ahora vive en Los Ángeles, solamente quiere ser su amigo. Annie ha crecido con Alvyn como persona pero ahora vuela sola.


En un flash back antológico asistimos a los mejores momentos de la pareja. Woody Allen nos habla de la imposibilidad que el amor dure para siempre; las personas evolucionan, casi siempre en direcciones diferentes, y lo que durante unos años han compartido ya no les une. Cada uno tiene nuevas perspectivas y nuevos objetivos sin que se pueda hacer nada por remediarlo. Es la propia insatisfacción humana la que nos lleva a seguir una búsqueda que tal vez no tenga sentido y que se renueva con cada nuevo amor.

Para finalizar quiero destacar que la pareja Diane Keaton y Woody Allen transmiten en el film una química muy especial, la mirada de Annie es la de una mujer feliz y enamorada y Alvy está torpemente y neuróticamente enamorado como es habitual en él.

Woody Allen, Annie Hall, Tusquets editores, Barcelona, 1999, págs. 143

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