(L229) Ada o el ardor (1969)


Vladimir Nabokov, Ada o el ardor (1969)

A pesar de que la novela de Vladimir Nabokov (1899-1977) tuvo en su momento un éxito de crítica confieso que se me ha atragantado y me ha aburrido bastante. Normalmente no dejo los libros a medias, pero la tentación de dejar la lectura de Ada o el ardor (1969), después de las primeras cien páginas ha sido muy fuerte.

Argumento: Subtitulada “una crónica familiar” narra las peripecias de las familias Durmanov, Marina y Aqua, casadas con los hermanos Veen, Demon y Daniel. Aqua, con problemas mentales, se suicida. Van hijo de Aqua reconstruye su infancia, recuerda la primera vez que tomó el té con su tía Marina y su prima Ada de catorce años. Pasean y juegan juntos. Ada tiene aficiones entomológicas, posee un larvario. Asistimos a los precoces amores de Van Veen y Ada Veen, ellos se creen primos cuando en realidad son hermanos.

Se acaba el verano de 1884, se tienen que separar y no se volverán a encontrar hasta 1888. Durante este período Van aprende a jugar a las cartas y se matricula en una universidad inglesa, Chose. Se escriben tienen algún encuentro esporádico con carabina. Los amantes siempre están acechados por la hermana pequeña de Ada, Lucette, también enamorada de su primo.

Vocabulario y frases con connotaciones libidinosas y sexuales: “irritación epitelial” (p.38); “cerdito rosa” (p.37); “una orgia de paronomasias epiteliales” (p.27); “espada blandida” (p.43); “muslos blancos” (p.44); “lánguidos ónices” (p.60); “su olor a pasto de gacela, su agreste desnudez bajo el ligero vestido” (p.60); “los primeros encantos de su primera ramerita, tantas veces poseída” (p.60); “escurrimiento accidental de savia relajada” (p.80); “ensilladura marfileña” (p.92); “desde la cabellera tibia a la ardiente nuca” (p.92); “Labio: cada uno de los dos pliegues carnosos que rodean una abertura” (p. 94); “seísmos carnales súbitos” (p.99); “Desflorar: romper la membrana vaginal de una virgen con instrumento viril o mecánico” (p.115); “carnes jaspeadas de delicadas venas” (p.125); “mordisco amoroso” (p.125-126); “montículo pubiano” (p. 128); “Su negligée floreada” (p.137); “el toisón negro y sedoso” (p.139); “mi flor solo se abre en el crepúsculo” (p.331); “sumergido en tus epiglotis” (p.332); “la máscara pubiana verde y mojada de ella” (p.393).

Pero además Ada o al Ardor es la obra metaliteraria por excelencia. Pero a mi modo de ver este exceso verbal metaliterario no está tan bien resuelto como en Lolita (1955). Intentando emular a Joyce, cuya novela Ulises consideraba Nabokov demasiado apegada a lo humano, Ada "pretende" ser un enigma literario que tuviese que tener ocupado a los críticos durante años. Las referencias personales volcadas en Ada consiguen que para entender plenamente la novela el lector tenga que ser Nabokov, al igual que para entender el Ulises, y no mencionamos el Finnegan’s Wake, uno debería estar en la cabeza de Joyce. En ese sentido Ada o el Ardor, es una novela hermética, colapsada de referencias veladas, con innumerables e intrincados juegos verbales, hasta el punto de saturar la narración haciendo que el lector se detenga y se pregunte si es necesaria tanta prolijidad.

Es absurdo intentar hablar de Ada o el Ardor. Tal vez se podrían intentar analizar alguna sus partes, tan distintas en todos sus aspectos: Tan relevantes e imponentes literariamente unas, como intrascendentes e inanes otras. La novela de Nabokov es admirable para unos y pretenciosa y pesada para otros. Se puede odiar y se puede amar, es una novela capaz de provocar en el lector las emociones más dispares. Y también es capaz de sugerirnos las más insólitas relaciones literarias. En su conjunto no ha calado en mí como lector a pesar que posee algunos fragmentos más que notables.

Su mejor novela continúa siendo con mucho Lolita (1955).

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