(L241) La agonía de Francia (1941)
Manuel Chaves
Nogales, La agonía de Francia (1941)
Convencido
demócrata, Manuel Chaves Nogales (1897-1944), trabajó
incansablemente contra el fascismo que amenazaba Europa durante su exilio en
París. Colabora en diarios hispanoamericanos, en medios franceses como Cooperative Press Service, L’Europe Nouvelle y Candide. Desde el despacho de su apartamento en el barrio parisino
de Montrouge organiza una publicación artesanal que explica lo que ocurre en
España para los exiliados usando para ello las noticias que traían los propios
exiliados que iban llegando a Francia.
El escrito parece
apresurado, como si fuese una crónica periodística, sin embargo es ágil y
además acierta en cuanto al diagnóstico de la sociedad francesa que se muestra
dividida ante el empuje nazi.
Chaves Nogales
tiene una profunda fe liberal, democrática y parlamentaria: “Francia sabe, y no
ha podido olvidarlo, que hasta ahora no se ha descubierto ninguna forma de
convivencia humana superior al diálogo, ni se ha encontrado un sistema de
gobierno más perfecto que el de una asamblea deliberante, ni hay otro régimen
de selección mejor que el de la libre concurrencia: es decir; la paz, la
libertad, la democracia. En el mundo no hay más. Al menos, por ahora”.1
RESUMEN
Introducción: La
fe en Francia, el mito de la libertad y la democracia. Francia está dominada
por un nazismo larvado. El armisticio aceptado por Pétain obligaba a entregar a
Alemania a los refugiados antihitlerianos. Del puerto de Burdeos parte un
contratorpedero británico con los intelectuales franceses más comprometidos,
entre ellos va nuestro Chaves Nogales.
1.- La
movilización francesa de tres millones de hombres. La honestidad del presidente
Daladier. Los regímenes totalitarios y las democracias. Guerra civil latente en
Francia entre el Frente Popular y las Ligas Reaccionarias.
2.- La inoperancia
de los cuadros del ejército francés. El soldado está mal vestido y mal armado.
Aquellos millones de hombres movilizados no servían para nada. Los
acantonamientos inútiles apartándolos de la vida civil y sin que entren en
combate. La táctica anticuada del Estado Mayor francés. Se sentían vencidos
antes de entrar en combate. Los oficiales coloniales, buenos militares pero de
tendencias fascistas, no saben ganarse a la tropa. Seis meses de acantonamiento
y el mal gusto de los gobernantes con inflamas patrióticas acaban con el
espíritu francés.
3.- La Francia
real valía todavía menos que su representación política. Hasta ahora no hay
nada mejor que el liberalismo, la democracia. La evacuación de París, solamente
los que tienen medios se pueden ir. No se pagan los alquileres y los caseros no
pagan sus impuestos al Estado que los necesita para afrontar los gastos de la
guerra. Se produce un acaparamiento de víveres. La codicia francesa. París,
curiosamente, se vuelve moralista, un sentimiento religioso católico inunda la
ciudad. Los sacerdotes castrenses hacen su apostolado, se construyen iglesias.
4.- “Drôle de guerre”. Los franceses piensan
que es una guerra absurda. El derrotismo se va instaurando. Se produce una
claudicación de los intelectuales. El antisemitismo francés impide ser
presidente a Georges Mandel. La aristocracia está a favor de la capitulación en
las condiciones más ventajosas posibles. Las masas soportan menos las
incomodidades materiales que la pérdida de derechos.
5.- El aliado
inglés posee más moral que el francés. La propaganda de los alemanes para
desmoralizar a los soldados franceses. La población civil culpa a los ingleses
de los bombardeos que sufren. Se encarecen los productos por culpa de los
especuladores locales. La mujer francesa no participa en la guerra pero se
movía (albergues, comedores sociales, etc.), como si fuese ella quien tenía que
ganarla. Las inglesas si participan activamente.
6.- Las luchas y
diferencias entre fascistas y comunistas franceses, las dos caras de la
divinidad totalitaria, debilitan a Francia. Daladier, hombre honesto y
enérgico, fracasa. El pacto Hitler-Stalin convierte a los comunistas franceses
en sospechosos y son obligados a pasar a la clandestinidad. El enemigo interior
hace caer a Daladier.
7 y 8.- La
tragedia de Francia radica en que no tenía fe en sí misma, ni en su régimen, ni
en sus hombres. ¡Antes la esclavitud que la guerra! pregonaban. Los generales
nunca han creído en la victoria, además eran de ideología nazi. Jóvenes
generales como De Gaulle y Weygand se opone a una entrega sin lucha. La
aviación alemana es más un arma psicológica que real. París no se defiende, se
abandona a su suerte.
NOTAS:
1.- Manuel Chaves
Nogales, La agonía de Francia, Libros
el Asteroide, Madrid, 2011, pp. 63; 173.
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