(L278) Breve historia del futuro (2006) – 2


Este pensador, ingeniero de Minas, literato, asesor de François Miterrand en su momento y primer director del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Jacques Attali (Argel, 1943), nos trae en su libro un acertado análisis del orden Mercantil y capitalista que ha regido y rige a la humanidad hasta nuestros días y una inquietante predicción del porvenir. Veamos como continua la segunda parte.

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3) El final del imperio estadounidense. En unos 30 años está novena forma encontrará sus límites y será sustituida por una nueva tecnología. Pero de momento Estados Unidos no tiene rival, ni militar ni tecnológicamente. Sus universidades acogen clase creativa de todo el mundo. La Unión Europea perderá protagonismo. Su sistema no es capaz de suscitar innovación, el relevo generacional no está garantizado. Tampoco será capaz de una unión política. Surgirán once potencias: Japón, China, India, Rusia, Indonesia, Corea, Australia, Canadá, Sudáfrica, Brasil y México. Asía dominará los intercambios comerciales. China igualará el PIB de los Estados Unidos en el 2040 y la India será el país más poblado en 2025 con 1.400 millones de habitantes y será la tercera potencia económica. África, aunque tendrá una recuperación demográfica, no resaltará en lo económico debido al clima y a la fragmentación étnica de sus países. El mundo árabe debido a la falta de estabilidad política, de separación entre lo religioso y lo laico, de acatamiento de los derechos del hombre y de la mujer tampoco destacará.

Se producirá una mercantilización del tiempo: los productos acortarán su vida útil: automóviles, electrodomésticos, medicamentos, inmuebles. Competencia entre trabajadores, tanto en la empresa como en la búsqueda de trabajo. Todo el que desee mantener su condición de empleable tendrá que seguir formándose. La jubilación se elevará a 70 años. Una vida urbana cada vez más solitaria, se habitará en apartamentos cada vez más exiguos, se tendrán parejas más efímeras. Miedo al compromiso, la huida del apego. El individualismo, el yo, se convertirán en valores absolutos.

Los seguros y el entretenimiento dominarán la economía mundial. Protegerse y distraerse de los temores del mundo. Todo el mundo, salvo los pobres, estará conectado a redes de alta velocidad. Los medios de comunicación y los libros serán digitales. Habrá robots domésticos. Al estar conectados en el espacio y en el tiempo aparecerá la hipervigilancia. Se producirá un envejecimiento del mundo. En los países delanteros el 33% de la población superará los 65 años. Los costos sanitarios y las pensiones se dispararan. La emigración transformará las ciudades europeas. Las grandes ciudades aumentarán, sobre todo en el hemisferio Sur. Serán ciudades inhabitables. Se producirán importantes migraciones hacia los países del Norte. Estados Unidos recibirá buena parte de esa inmigración que dará todavía fuerza al país. Las reservas de energía desaparecerán en cien años. La energía nuclear aumentará. Los bosques escasearán y la agricultura tendrá que utilizar la genética para aumentar su producción. El peligro de las emisiones de gas carbónico que producirá un aumento de la temperatura de la tierra: dos grados antes de 2050 y cinco grados antes de 2100. Los polos se derretirán. La amenaza de desertificación será muy real. El agua escaseará. Gran cantidad de especies animales están amenazadas. La biotecnología y la nanotecnología se anunciarán como posibles vías de desarrollo. California seguirá como centro en el 2030. Los salarios seguirán bajando. La gente seguirá endeudada. El preció de la vivienda bajará. El crédito se desmoronará. Las familias pasarán a ser insolventes. El desempleo alcanzará proporciones desconocidas. La novena forma habrá llegado a su fin.

Gracias a la historia que hemos contado en detalle podremos dibujar con precisión el rostro del futuro. El próximo centro podría continuar en California (San Diego) y estar relacionado con la biotecnología y la nanotecnología (La Jolla) y producir nuevos objetos industriales que responderían a las necesidades del futuro. Pero su deseo de dominar el mundo militar y políticamente será imposible. Varios candidatos a sucederlos como corazón económico: Londres, Francia + Alemania, Tokio, Shanghái, Bombay, Australia, Rusia, Canadá. Pero ninguno lo conseguirá, el orden Mercantil será policéntrico.



4) La primera ola del futuro: el hiperimperio. Surgirá un mercado global sin democracia. Algunos pueblos decidirán no seguir viviendo unos con los otros.4 De momento democracia y mercado se respetarán, pero el mercado es por naturaleza conquistador. Los trabajos del sector público pasarán al sector privado (médicos, profesores, jueces y soldados). La nanotecnología permitirá ahorrar mucha energía. Los objetos de vigilancia serán los nuevos objetos que reemplazarán al Estado. Aparece la hipervigilancia. Los servicios públicos pasarán a ser de pago, lo que penalizará a los más pobres. Las empresas privadas de seguros vigilarán que sus clientes cumplan normas de salud. La tecnología permitirá saberlo todo de nosotros. Sensores y cámaras nos vigilarán, nada quedará oculto.

Después de los autovigilantes llegarán los autoreparadores, dispositivos para reparar maquinas y después personas. Los estados, a medida que los gastos colectivos aumenten, disminuirán su papel dejando al mercado la tarea de ofrecer servicios públicos. La precariedad se generalizará. El mundo se convertirá en un enorme mercado. Cuanto más tiempo se encuentre solo el ser humano más consumirá (p. 170) Nadie pensará en preocuparse por los demás. Se abandonará la política. Se desarrollarán empresas piratas (se saltaran leyes fiscales). Las ilícitas realizarán directamente acciones criminales. Otras empresas llamadas relacionales (ONG, Fundaciones, etc.) ejercerán las funciones abandonadas por los Estados.

Los amos de este hiperimperio serán los hipernómadas, unos 10 millones de personas, dueños de compañías, estrategas financieros, creadores, autores artistas. Por debajo habrá una masa de sedentarios cualificados que serán los principales consumidores solventes: maestros, abogados, trabajadores cualificados, etc. Serán unos 4.000 millones. Para estas clases medias la seguridad y la distracción serán las respuestas a los retos del mundo (p. 178-179). Con el triunfo del mercado la pobreza aumentará. Son los infranómadas que se verán obligados a desplazarse, entre 2.000 y 3.000 millones. Los bancos que dictan sus propios reglamentos (el comité Basilea, I-II) por encima de los estados. Otro ejemplo a nivel deportivo es la FIFA.

El hombre tratará de producirse como un objeto para vivir fuera de sí, disociando reproducción y sexualidad. Se aplazará la muerte mediante clones, se pretenderá transferir el conocimiento de si a otro cuerpo. Luego el ser humano fabricado como artefacto ya no podrá morir. Pero creo que los seres humanos se las ingeniarán para evitar tal pesadilla.

5) Segunda ola de futuro: el hiperconflicto. En 2025 habrá potencias regionales que querrán tener acceso a las riquezas. Habrá un auge de estados y zonas piratas. Surgirán ejércitos de mercenarios. Se criticará el papel invasor de Estados Unidos, de los mercados que generan desigualdades, de la democracia como señuelo de los ricos para controlar y entretener a los pobres, del orden mercantil acusado de ser fuente de miserias y desigualdades. Aparecerán mensajes del cristianismo, el islam y el evangelismo contra el mercado. La fuerza del Islam estará en la demografía, en 2020 serán casi 1.800 millones. Pronto quince países tendrán armas nucleares. Las no convencionales serán de base biotecnológica. Antes del hiperconflicto estallarán guerras de escasez (por el petróleo y el agua), guerras de frontera, de influencia, entre piratas y sedentarios. Si se desencadenara un hiperconflicto podría ser en Oriente Medio, se utilizarían todas las armas y la humanidad acabaría aquí.



6) La tercera ola: la hiperdemocracia. La humanidad no está condenada a destruirse por el mercado, la ciencia o la guerra, sino por la necedad y la maldad. Esta ola debe llegar antes que las otras dos. Algunas catástrofes demostrarán que nuestro modo de vida actual no puede perdurar. Surgirán proyectos políticos que enseñarán a los pueblos a vivir con los demás. Habrá un equilibrio entre mercado y democracia. Seres altruistas dejaran el orden mercantil apostando por una economía relacional. Serán los transhumanos, se interesarán por el servicio público y el interés general gracias al ascenso de las mujeres en todas las dimensiones de la economía y la sociedad. Se darán servicios gratuitos que no escasearán: el saber, la salud, educación, entretenimientos, etc. Lo formarán ONG’s, Sindicatos, Microbanca, etc. Se hablará de Comunidad Internacional. Sustituirán a las empresas privadas y a los escasos servicios públicos. El principal lugar donde se desarrollará es la ciudad. Se agruparan en una Unión de democracias por continente. En Europa será donde comenzará la hiperdemocracia. Se creará un Parlamento planetario con el amparo de la ONU. Los mercados se reorientaran hacia industrias de la salud. Los espectáculos de tiempo almacenado serán gratuitos y el espectáculo en vivo de pago. La hiperdemocracia desarrollará el bien común que estará constituido por una inteligencia universal que daría lugar a una hiperinteligencia de lo vivo. Se hablará de bienes esenciales, de pasarlo bien, vivir libremente. El hiperimperio intentará impedir el nacimiento de la hiperdemocracia. Algunos políticos intentarán instaurar una dictadura. Quiero creer que el horror del futuro predicho en este libro contribuirá a hacerlo imposible.

A modo de conclusión deciros que es un libro fascinante, aunque la complejidad que supondría predecir el futuro hace que sea imposible que nadie acierte con el porvenir que nos espera. Basta con ver sus predicciones sobre España, aunque en su momento (2006) no eran muy halagüeñas, si que eran infinitamente mejores que la realidad actual.

NOTAS:

4. Jacques Attali, Breve historia del futuro, Editorial Paidós, Barcelona, 2007, p. 155 (habla del caso de Catalunya)

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