(L308) Las inquietudes de Shanti Andía (1911)


Pío Baroja, Las inquietudes de Shanti Andía (1911)

Primera novela que escribe Pío Baroja (1872-1956) dentro de su serie del mar. En Las inquietudes de Shanti Andía (1911) nos narra un mundo que está a punto de desaparecer, el de los navíos a vela por la irrupción del hierro y el vapor. Pero todavía existen personajes que tienen un pie en ambos mundos.

Argumento: El protagonista, Shanti, nos habla de su carácter indolente. Él había conocido los veleros, hoy es todo hierro y vapor. Antes todo se fiaba al viento, hoy a la caldera de vapor.

“¡Cuántas horas no habré pasado en la hamaca contemplando el mar, claro  tempestuoso, verde o azul, rojo en el crepúsculo, plateado a la luz de la luna y lleno de misterio bajo el cielo cuajado de estrellas!”.1

Aunque su familia ha sido siempre de Lúzaro, no se siente superior por ello. Nos habla de su padre, marino también, a quien conoció muy poco ya que murió en un naufragio en el canal de la Mancha. De su abuela materna, Celestina de Aguirre, sabemos que tenía un gran orgullo de nombre y un gran amor por su abolengo. La casa de su abuela se llamaba Aguirreche, en vascuence casa de Aguirre, y era una de las mejores del pueblo.

Shanti tardó bastante en ir a la escuela y fue su tía Úrsula quien le enseñó sus primeras letras. Su tía le habla con orgullo de los marinos vascos: Elcano, Blas de Lezo, Churruca, etc. La tía posee muchos libros y manuscritos, entre ellos una historia de la familia Aguirre donde se narra la historia de Lope de Aguirre o “Aguirre el loco”. Asiste al entierro de su tío Juan. La criada llamada Iñure le dice al chico que su tío está preso en Inglaterra y que un día lo verá volver.

En la escuela hace dos amigos que le duraran toda la vida. José María Recalde y Domingo Zelayeta. Después de clase y los domingos van al puerto, al arenal y a la rocas próximas. Suben al monte Izana. Van a las tabernas del puerto donde escuchan las historias de Yurrumendi el fantástico. Los tres amigos ingresan en la escuela de Náutica. Asisten al naufragio de la goleta Stella Maris y al rescate de sus tripulantes. El barco no se puede reflotar.

Transcurrido el invierno los tres amigos deciden abordar el barco. Llegan a él en una lancha, ésta se golpea contra el casco y se produce una vía de agua. Vuelven dos en busca de ayuda a través de la cueva de Izarra.

Shanti se embarca en dos viajes, para Cuba y Filipinas. Estudia en la escuela de San Fernando y sale con el título de piloto primero. Don Ciriaco, capitán de la Bella Vizcaína, le pone en contacto con unos armadores de Cádiz, doña Hortensia y su marido don Matías Cepeda. Tienen una hija, Dolorcitas, consentida, cruel y voluble; parece que va a casarse con un marqués. Los padres tienen dinero pero les falta lo aristocrático.

Shanti habla con Dolorcitas por la reja, ella le dice fríamente que lo esperará. Se embarca con Don Ciriaco a Filipinas vuelven dos años y medio después. La chica se ha casado y el ya no siente nada. Durante su estancia en Cádiz ella lo cita, el marido se entera y en el duelo Shanti recibe un disparo. Una vez restablecido lo nombran capitán de la fragata ciudad de Cádiz. Transcurridos cinco años en el mar vuelve a su casa en Lúzaro. Su abuela ha muerto y mucha de la gente que conoció…

Comentario: La obra es una novela que debería ser leída en la juventud. Pero además «supera los intereses infantiles o populares, y se convierte en obra lírica de alta calidad» como se nos dice en la introducción.

Es una lectura, tierna, inocente y refrescante que recuerda a las novelas de Emilio Salgari y Julio Verne. Hay en esta novela pasajes -como el que corresponde al Libro séptimo: El manuscrito de Juan de Aguirre-, de auténtico suspense y aventura, cuyos protagonistas son el mar, los galeones, la bruma, los capitanes de barco y los piratas, que forman un mundo único y aparte, donde sin embargo también hay espacio para el amor.

Tampoco hay que olvidar, porque es algo que salta a simple vista, que Las inquietudes de Shanti Andía está plagada de elementos y referencias familiares del propio Baroja, de sus antepasados del linaje de los Goñi y Alzate, que habían sido capitanes de altura, de la época de las grandes compañías de Cádiz a Ultramar, de manera que le sirve para poner en el papel la mitología familiar.

El amor y la aventura, todo lo cuenta Baroja con un estilo sobrio y directo, donde no deja mucho margen para la floritura. Con tanta novedad literaria nos estamos olvidando de nuestros clásicos. Traigo a colación una cita que incluye el propio Baroja en su novela: «La musa del progreso es la rapidez; lo que no es rápido está condenado a morir».

Las otras tres novelas de la serie son: El laberinto de las sirenas (1923); Los pilotos de altura (1929) y La estrella del capitán Chimista (1930).

NOTAS:

1.- Pío Baroja, Las inquietudes de Shanti Andía, Caro Raggio, Madrid, 1972, p. 17.

Comentarios

  1. Hola, Tomás:
    Me encantó leerlo en mi juventud y me maravilló releerlo ya a mis 20 años. Y cada vez que he vuelto a él he disfrutado mucho. Es un libro muy bueno.
    Me ha gustado tu análisis.

    Un abrazo.

    Adelaida

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