(G130) La Alquería (Ráfales, Teruel)
En un pueblo
perdido al sur de la comarca Turolense del Matarraña se encuentra este curioso
restaurante. La Alquería, Plaza Mayor, 9, Ráfales. Algunas de las casas del
pueblo están pintadas en color azul cielo y le dan un aire diferente de los
demás pueblos de la comarca. El pueblo tiene censados ciento cuarenta habitantes y en el
invierno viven setenta.
La despoblación de
esta comarca es un problema que se arrastra desde hace más de treinta años. Hemos
notado que se están recuperando tierras abandonadas gracias al valor que está
tomando del aceite de oliva ecológico en las tres variantes que se cultivan en la zona:
arbequina, empeltre y picual. Se abren nuevos molinos de aceite, nuevos hoteles
y casas rurales. El turismo la está revitalizando. Esperemos que no se acabe convirtiendo en un parque temático: atestado los fines de semana y vacaciones y vacío el resto.
El restaurante posee
una carta corta pero sugerente y un menú degustación a un precio moderado que
es por el que al final nos decidimos. Como entrante una Cuajada de gambas y espárragos
trigueros (foto), simplemente
correcta.
Empezamos con
dos entrantes, un Atún marinado a las cinco pimientas con helado de pimientos
del piquillo (foto), muy rico y
original. Le siguieron unos Garbanzos pedrosillanos con langostinos a la
antigua (foto), buenos y contundentes.
Como segundos un
Pulpo a la brasa con mazapán líquido de pimentón y ensalada cítrica (foto), muy bueno y con el punto de
cocción acertado. El plato de carne fue un Cochinillo confitado a baja
temperatura, salsa de estragón, mostaza y manzanas enanas caramelizadas (foto), muy bueno. El centro tierno y la
superficie crujiente como ha de ser.
De postres Sorpresa
de queso de cabra con mermelada de tomate y romero, para los amantes del queso
y una Mousse de chocolate negro con crema helada de naranja (foto), bueno. Ambos platos los
sirvieron juntos. Para finalizar una Tarta tatín con helado de vainilla y crema
inglesa (foto), muy buena. Gentileza
de la cocinera por haberse olvidado de mi alergia al queso.
Para beber agua Lunares de Puente de la Vega (Jaraba) y
un vino de la zona de Aragón. Baltasar
Gracián “El discreto”. Una mezcla de Garnacha blanca y Viura de la Bodega
San Alejandro de Calatayud. Huele a flores blancas y frutas tropicales.
Equilibrado, fresco en el paladar, con un postgusto seco y al principio algo
amargo que se va suavizando a medida que se oxigena. Un vino diferente con
mucha originalidad en sus aromas.
El pan sin
interés. El servicio masculino, del tipo camarero gracioso. Se salvó únicamente por la buena voluntad que puso y como no por las bondades de la cocinera. La cadencia
entre plato y plato lentísima. Cafés e infusiones correctos.
Precio Menú
Degustación 33 euros + bebidas + cafés. Fecha de la visita el 30 de abril de
2017.
PUNTUACIÓN: 6,5-7
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