(L384) Tres tristes tigres (1968)
Guillermo Cabrera Infante,
Tres tristes tigres (1968)
Primera novela que
comento de Guillermo
Cabrera Infante (1929-2005). Escritor cubano de lenguaje
exuberante y cuya obra pertenece al período del boom latinoamericano. Espero que os guste. Eso sí sus malabares y
juegos lingüísticos probablemente no sean del agrado de todos los lectores.
Argumento:
Delia
Doce escribe a su amiga Etelvina Cortés para hablarle de la hija de ésta que ha
vivido con ella una temporada. Se llama Gloria Pérez y en La Habana se ha
dedicado a hacer anuncios en biquini. Se ha hecho famosa y se hace llamar Cuba Venegas. La viene a ver varias
veces, cada vez mejor vestida. Se ha hecho vedette de radio y televisión. Un
día apareció con un vestido de satén y un fotógrafo para hacerle un reportaje.
Otro día vino con una amiga. Ambas vestían pantalón. Les hizo café, se reían
mucho y hablaban cosas que ella no entendió y esa fue la última vez que la vio.
Dos hermanos venden
cartuchos vacíos, periódicos viejos y libros para poder ir a los cines de Santa
Fe. Beba Longoria, la esposa del Coronel Cipriano Suárez tiene una conversación
con su amiga Livia. Le cuenta que estuvo la noche anterior en Tropicana.
El
publicista Ribot va a pedir aumento de sueldo a su jefe,
el senador Solaún, con la excusa que va a tener un niño y gana poco. Arsenio Cué quiere ser escritor de
guiones y va a pedir ayuda a Pipo, un artista, para que le recomiende.
El
fotógrafo (alias Códac) del diario El mundo nos habla de la caída en desgracia de Víctor Perla, un
editor de revistas que ponen a muchachas medio encueros. De la noche en que
conoció a la cantante de boleros Estrella
Rodríguez cuando aún no era famosa. Esa noche el fotógrafo bebió y se
enamoró de Estrella, una negra enorme como una ballena que estuvo cantando
hasta el amanecer.
La mujer de un escritor
que va al psiquiatra y le cuenta sus experiencias con otros psiquiatras que la
quieren seducir. (Se trata de una historia intercalada)
El fotógrafo Códac se
encuentra con Alex Bayer quien dice que le va a contar la verdadera historia de
Estrella. Y que son él y su pareja quienes la recogieron y luego no se la
pudieron quitar de encima. Come, se baña y canta sin parar. Cuando no canta,
ronca. Como es desaforada se echa colonia encima y talco no a la medida humana.
Es una fuerza de la naturaleza, un fenómeno cósmico. Su única debilidad son los
pies que los tiene planos. Pero el patetismo fuera de las tragedias clásicas es
insoportable. Le pide que la ayude a ser famosa para poder librarse de ella.
El publicista Ribot que
antes había sido músico se fue al Sierra a oír cantar a Cuba Venegas a quien él
había descubierto. En el Sierra conversa con Benny More sobre música y se
encuentra con Vivian Smith-Corona a
quien conoció una noche en el Capri donde él tocaba. Vino acompañada de Arsenio
Cué y de Silvestre. La fue a buscar al Focsa, ella lo estaba esperando. El
portero no lo hubiera dejado entrar. Estaba seguro que no llegarían a nada. Cué
le dijo un día que era como una máquina de escribir de un aparador, para hacer
bonito. La lleva al Saint-Michel y se pregunta ¿dónde ir con una niña rica?
Toman unos cuantos daiquiris y después de besarla ella se pone a llorar. Le
confiesa un secreto que la corroe: ya no es señorita. Y que va a opinar él que
no es más que un bongosero. Ella le pide que no se lo cuente a nadie.
El fotógrafo Códac organiza
una fiesta en su apartamento para que descubran el talento de Estrella. Ella no
aparece. Él la busca por los bares y night-clubs
de la ciudad. La encuentra borracha y aterrorizada. La convence que vaya a su
casa donde se hace la fiesta. Una vez allí Estrella se niega a cantar porque no
ha venido ningún empresario. Abatido él se marcha de casa y se dirige al hotel
Saint-John a escuchar cantar a Elena Burke. Asiste a una pelea y decide probar
suerte con las máquinas tragaperras. Vuelve a su casa y se encuentra a Estrella
cuya magnitud empequeñece el blanco cielo de su cama.
Arsen (Arsenio Cué) baja
en su coche con Silvestre (otro escritor)
a toda velocidad, cuando éste le dice que frene. Han visto dos rubias vestidas
de organza, de color malva, soberbias. A una de ellas, Livia, Arsenio Cué la
conoce. La otra se llama Mirta. Ellas le dicen que tienen un apartamento y a
ver si va a visitarlas un día. Arsenio se decide un día y sube al apartamento.
Recuerda cómo conoció a Livia y a su compañera de piso, Laura Díaz, de quien él
sin saberlo todavía acabaría enamorándose. Su nombre artístico era Mirta
Secades.
El fotógrafo Códac está
soñando mientras duerme con Estrella. Siente que un peso lo asfixia. Cuando se
despierta ella ya no está. Viene a verlo su amigo Silvestre quien le cuenta
como intentó levantar a Ingrid Bérgamo una mulatita y como no la logró
convencer.
La llegada en ferry a La
Habana del matrimonio Campbell que se aloja en el hotel Nacional. Se dirigen al
Tropicana a ver un espectáculo. Allí lo confunden con el rey de las sopas.
Viajan a Varadero a la playa. A continuación en la ciudad un mendigo medio
idiota sustrae el bastón del señor Campbell. La peripecia que ocurre para
recuperarlo. Al llegar al hotel encuentran otro bastón. Mr. Campbell explica la
historia desde su punto de vista. Es escritor y escribe el “cuento de un
bastón” con las correcciones finales de la señora Campbell.
¿Quién era Bustrófedon? El fotógrafo recuerda
cuando iban a comer los tres amigos y los cachondeos políglotos que tenían con
los camareros. Inventan trabalenguas y palíndromos. Silvestre lo telefonea,
Bustrófedon se acaba de morir Recuerda como trastocaba todas las palabras. A él
le puso el seudónimo de Códac. Todo el mundo se muere.
La muerte de Trosky es
referida por varios escritores cubanos años después y antes: José Martí, José
Lezama Lima, Virgilio Piñera, Lydia Cabrera, Lino Novás, Alejo Carpentier y
Nicolás Guillén. (Historia intercalada sin conexión con la principal)
El gran Códac recuerda que
vive para la noche. Anda medio borracho y cena un bisté en Tropicana donde lo
presentan como el fotógrafo de las estrellas. Después se dirige a las Vegas que
ha cerrado y al Mil Novecientos a ver a Cuba Venegas. Asistió al estreno de
Estrella en la pista del Capri. Su éxito la llevó a Caracas y México donde la
altura le provoca un ataque al corazón y muere.
Los dos amigos (Arsenio
Cué y Silverio) recorren en auto a gran velocidad el Malecón. Silverio se
acuerda de Bustrófeno quien no podrá ir más con ellos. Ya no hará sus juegos de
palabras. Le gusta evocar las cosas pasadas porque al recordarlas puede
vivirlas nuevamente. Se acercan a tomar unas copas en el Bar Lovento. Daiquiri
sin azúcar y mucho limón y un mojito…
Comentario:
Escrita
en el período de auge del boom
latinoamericano, y enmarcada a veces dentro de este, es considerada una de las
novelas más importantes de las letras hispanoamericanas. Se caracteriza por el
uso ingenioso del lenguaje introduciendo coloquialismos cubanos y constantes
guiños y referencias a otras obras literarias, y a actores cinematográficos de
la época, volviéndose un texto complejo y de gran riqueza lingüística,
fuertemente oral —el mismo Cabrera sugiere en una nota aclaratoria al principio
de la novela que «no sería mala idea leerla en voz alta»—, que recrea el
ambiente nocturno de La Habana, a través de las andanzas de unos amigos en el
transcurso de una noche, concretamente el 11 de agosto de 1958.
Asistimos a una actuación
en el cabaret Tropicana de La Habana. El maestro de ceremonias nos presenta el
espectáculo y a una serie de personajes que irán apareciendo durante el
desarrollo de la novela. Es un guiño que Cabrera Infante nos hace al inicio de
la obra para que no nos perdamos del todo y que servirá de referencia para la difícil
comprensión del “quién es quién” en la trama.
La verdadera protagonista
es la noche cubana, su música, su lenguaje, sus mujeres. Es una obra en que
todo ocurre de noche y que tal vez se tendría que leer también de noche. La
novela en si es un rito de iniciación en la vida nocturna de La Habana y de
consagración de los secretos indescifrables del habla cubana. No es fácil de
leer, pero tampoco difícil, su prosa es fascinante y está repleta de guiños literarios,
cinematográficos y musicales.
Se citan un gran número
de escritores y obras literarias: El
canto de las sirenas de Ulises; Ana Livia
Pluravelle de Joyce; Julio César
de Shakespeare; El viejo y el mar de
Hemingway; el stream consciousness
del Ulises de Joyce; Kafka, Ionesco, Gogol, Dante; el Cándido de Voltaire; La
Montaña Mágica; Dorian Grey y su retrato; Funes el memorioso; Proust,
“madalenitas en el té”; el polvo de Quevedo, Faulkner y El Villorio; el río de Conrad; André Gide; Goethe; las flappers de Fitzgerald; La Dama del Lago de Chandler; Stevenson;
Borges; Bioy Casares, Stendhal; Brecht; Pierre Menard; Dos Passos; “bajarse a
las cabañas del Tio Tom”; Wilhelmeister; Horacio; Virgilio, Cuasimodo y
Esmeralda; Rabelais; Robinson Crusoe; Humbert Humbert; Aldoux Huxley; Freud; “el
capitán Ahab tras Moby Dick”; Malraux; Nicolás Guillén; Alicia en el País de las maravillas; Gargantua y Pantagruel; Lord Byron; Mary Shelley; Saint Exupery;
Oscard Wilde; Virginia Woolf; Mark Twain; Erza Pound; Cervantes, Lope; Marlowe;
Thomas Woolf; Arsenio Lupin; Wordsworth; E.M. Foster; etc.
A directores y actrices de cine como Griffith, Stroheim, Gary Grant,
Ingrid Bergman, Jean Harlow, Max Factor, Lucille Ball, Hitchcock, Silvana
Mangano, Sofía Loren, Agnes Moorehead, Shelley Winters, Robert Montgomery,
Gregory La Cava, Bela Lugosi, King Kong, Nina Foch, la mujer pantera, Yul Brynner,
Ava Gardner; Laurence Olivier, Gary Cooper, Abbott y Costello, Kim Novak, el
doctor Frankenstein, Vivien Leigh, Jane Russell, Marilyn Monroe, Jayne
Mansfield, Perry Mason, Orson Welles, Clark Gable, etc.
Compositores
de música clásica: Bach, Vivaldi, Offenbach, Chaicovski,
Prokoffiev, Stravinski, Webern, Schoenberg, Palestrina, el padre Vitoria, Paganini,
Chopin, Ravel, Beethoven, Mussorgsky, Héctor Berlioz, etc. El libro es muy
recomendable para lectores avanzados y amantes de la literatura
hispanoamericana.
Para William T. Little “El
resultado es una obra en que los juegos lingüísticos se amontonan ad nauseam, las novedades estructurales proliferan
y los personajes patéticamente encarnan una autoburla de la cual sólo se
escapan en la muerte. En este sentido Tres
tristes tigres es una auténtica antinovela”.
En Cuba, la obra fue
tildada de contrarrevolucionaria y Cabrera, expulsado de la Unión de Escritores
y Artistas, fue calificado de traidor. Nunca más volvió a Cuba.
BIBLIOGRAFÍA
Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres, Seix Barral,
Barcelona, 1983, págs. 456.
Julio Matas, Orden
y visión de Tres tristes tigres, Revista Iberoamericana, 1974.
Marisa Moyano, Tres
tristes tigres: la fiesta del lenguaje, Espéculo. Revista de
estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid, 2004.
Vicente Cabrera, La
destrucción de la Creación de Tres tristes tigres, Revista
Iberoamericana, 1976.
William T. Little, Notas
sobre tres tristes tigres, Revista Iberoamericana, 1970.
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