(G164) Restaurante Oaxaca (Barcelona)



En el corazón del barrio de Born, encontramos el restaurante Oaxaca, Pla de Palau, 19. Se trata de un restaurante mexicano repleto de detalles, desde una Virgen de Guadalupe que preside el comedor a la cocina abierta con el comal –disco de barro o metal que se utiliza para cocer tortillas de maíz– en el centro, terraza exterior para disfrutar cenas primaverales, coctelería, etc. Pasión, sabor y el toque picante mexicano (flojito a mi parecer, muy al gusto europeo).

El chef Joan Bagur empezó a trabajar en la cocina de Carmen Ramírez Degollado o Titita, la del Bajío, en México DF. Se quedó en esa cocina rodeado de Mayoras, cocineras tradicionales mexicanas, que seguían las recetas a puñaditos y a pellizquitos; cocinando cada plato con los productos de la tierra que produce la Milpa (maíz, frijol, calabaza y chile). El negocio barcelonés está a cargo del grupo Sagardi y lleva abierto cuatro años y medio.

Como no tienen menú decidimos probar un poco de su sugerente carta. Empezamos por El auténtico guacamole con totopos de maíz y chicharrón de cerdo (fotos), hecho al momento frente al comensal. Bueno y contundente. Una salsa de tomate nos acompañó para mezclar con los ingredientes de los platos.



Una quesadilla de mercado (foto), para los amantes del queso y una Ostra con nieve de verdolaga (foto), para mí. Muy rica.



Seguimos con un Cebiche verde con pescado de la lonja (corvina) de la Barceloneta (foto), muy buena. Para terminar un plato de carne: Tacos de lomo ibérico al pastor (foto), muy sabrosa la carne y finas las tortitas.



Finalizamos con un postre de gran nivel. La ruta del chocolate de Oaxaca (foto). Muy original y muy estudiado en su desarrollo. Empezamos por un chocolate rebajado con agua servido en una cáscara, los oaxaqueños no conocían el azúcar, con un bombón y una riquísima mouse acompañada de chile rojo.


La comida fue sin pan ni aceite. Para beber una Chelada, cerveza con zumo de lima (la Michelada lleva además jugo de carne) y un cóctel de Mezcal llamado Guerrillera (foto), con cítricos, licor de huevo y el susodicho mezcal. Puede parecer una combinación potente pero era muy refrescante y suave.


El restaurante no deja de ser un lugar curioso, está lleno de máscaras (foto) y objetos de la cultura mexicana (zapoteca y oaxaqueña) al que, sin duda, pensamos volver.


Precio de la comida a la carta 45/50 euros por persona, bebida incluida e IVA. Fecha de la visita el 12 de enero de 2019.

PUNTUACIÓN: 6.5-7

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