(L636) Por Cuatro Duros: Cómo (no) apañárselas en Estados Unidos (2001)
Barbara Ehrenreich, Por cuatro duros (2001)
Un libro de periodismo
comprometido. Barbara Ehrenreich (1941-2022),
famosa columnista de la revista Time,
se introduce en el mundo de los trabajos mal remunerados de los Estados Unidos
para comprobar si ella misma puede mantenerse con un salario de siete dólares
la hora.
Argumento:
“Además de estar motorizada y sin carga, gozo seguramente de mejor salud que la
mayoría de quienes llevan mucho tiempo viviendo de un trabajo mal pagado. Lo
tenía todo a mi favor.
Si había otras
diferencias más sutiles en mí, nadie me las señaló nunca. Desde luego no hice
ningún esfuerzo por representar un papel ni por ajustarme a un imaginario
cliché de trabajadora mal remunerada. Dondequiera que estuviera permitido usar
ropa de calle, usaba la mía de siempre, el maquillaje y el peinado
acostumbrados. En las conversaciones con mis compañeros de trabajo hablaba de
mis hijos reales, mi estado civil y mis amigos. No había ninguna razón para
inventarme una vida totalmente nueva. Sin embargo, en cierto aspecto, sí
modifiqué mi vocabulario. Al menos cuando era nueva en el trabajo y me
preocupaba por no parecer demasiado desenvuelta ni irrespetuosa. Censuraba las
vulgaridades que forma parte de mi discurso normal, gracias en gran medida a la
influencia de mi compañero. Aparte de eso hacía bromas, me burlaba, opinaba,
especulaba y, de vez de cuando, daba cantidad de consejos sobre salud,
exactamente como haría en cualquier otro ambiente.
(...) Querría poder decir
que algún supervisor o compañero de trabajo me dijo, siquiera una vez, que
tenía “un algo” especial, en cierto modo envidiable. Por ejemplo, que era más
inteligente o estaba mejor educada que la mayoría. Pero no sucedió nunca.
Sospecho que lo único que realmente tenía de “especial” era mi inexperiencia.
O, vuelta la oración al revés: la personalidad o las destrezas de la
trabajadora con salario bajo no son más anodinas que las de quien se gana la
vida escribiendo. Tampoco tiene menos tendencia a ser ingeniosa o brillante.
Cualquiera que pertenezca a las clases instruidas y crea lo contrario debe
ampliar su círculo de amigos”.
1.- Camarera en Florida.
Por una caravana de alquiler le piden 675 dólares al mes. Encuentra un estudio
por 500 dólares. A continuación empieza la búsqueda de empleo. No la llaman de
ninguno de los veinte sitios donde ha dejado una solicitud. Finalmente encuentra
un trabajo de camarera por 2,43 euros la hora más propinas. Nos habla de las
duras condiciones laborales. Hasta abril de 1998 no había un reglamento federal
que garantizara el tiempo para ir al lavabo. Como necesita pagar el alquiler se
busca un trabajo de empleada de limpieza en un hotel. No puede más y abandona.
2.- Empleada de hogar en
Maine. Se dirige a la ciudad de Portland. Una vez ha conseguido un alojamiento
por 120 dólares a la semana se lanza a buscar empleo como asistente. Los fines
de semana encuentra trabajo en una residencia de ancianos a seis dólares la
hora y otro entre semana de limpieza en el trabajo doméstico. El motel donde
vive se llama Blue Haven. Se decida a
limpiar junto a una brigada de mujeres las casas de los ricos.
3.- Dependienta en
Minesota. Consigue un trabajo más cómodo de dependienta en la cadena de ropa
Wall-Mart ordenando y colocando en las estanterías los conjuntos y piezas que
los clientes se prueban y desordenan.
Comentario: empezaré
diciendo que su aventura es una aventura con “trampa”. Utiliza el coche, no
todos se pueden permitir alquilar uno. En cuanto al alojamiento nada de
albergues ni de dormir en el coche como hacen otros compañeros de fatigas. En
cuando a la comida, en caso de faltarle, “sacaría a relucir la tarjeta de
crédito”, como ella misma dice.
Por tanto no es la
historia de una aventura sin “red de seguridad” y su experimento para comprobar
que las mujeres trabajadoras por horas no llegan a final de mes desde su
privilegiada situación económica y familiar (no tiene hijos que mantener con
ese sueldo) sería algo cuestionable.
El libro es interesante
porque al final llega a hacerse preguntas interesantes. ¿Por qué aguanta los
salarios que les pagan? La mayoría tiene maridos o hijos que las ayudan.
“Podrías esperar alguna que otra queja, alguna señal de inquietud aquí y allí,
pero no detecto nada parecido. Es posible que eso sea lo que se consigue
cortando las malas hierbas de los posibles trabajadores rebeldes con los controles de drogas
y los “tests” de personalidad: una mano de obra desnaturalizada y uniformemente
servil, satisfecha de soñar con el lejano día en que le confieran el plan de
participación en las ganancias de la empresa”.
Cosas como registrarles
el bolso a las empleadas, el control de drogas, los test de personalidad
“intrusivos”, el fomento de la delación, la no existencia de derechos básicos
(ausencia de sindicatos) y la vigilancia constante por parte de los gerentes,
son en parte las causas que posibilitan mantener los salarios bajos. “Si
consiguen hacerte sentir lo suficientemente indigno, acabas pensando que te
pagan lo que mereces de verdad”.
Este círculo vicioso que
lleva a quienes tienen trabajo a ser pobres y no llegar a fin de mes pudo ser
la simiente de dio origen a la “gran dimisión”
norteamericana del 2020 cuando cuatro millones de trabajadores
estadounidenses dejaron sus trabajos mal pagados.
BIBLIOGRAFÍA
Barbara Ehrenreich, Por cuatro duros. Cómo (no) apañárselas en
Estados Unidos, RBA, Barcelona, 2003.
Begoña Gómez Urzaiz, Muere
Barbara Ehrenreich, la cronista del lado oscuro del sueño americano,
El País, 02/09/2022.
Lucía Lijtmaer, Esclavos
por horas o cómo vive la clase obrera estadounidense, El
diario.es, Madrid, 12/03/2014.
Ramón Muñoz, Optimistas a la fuerza, pase lo que pase, El País, 17/07/2011.
Molt interessant tot i amb xarxa, Tomàs.
ResponderEliminarMoltes gràcies!!
Fins la propera. Una abraçada!
Maite Q.