(L131) Indignación (2008)



Philip Roth, Indignación (2008)

Segundo libro que comentamos en el blog de Philip Roth (Newark, New Jersey, 1933). Como ya dije en una ocasión su lectura crea adicción, engancha.

Argumento: Estamos en 1951, encontramos a un joven judío infiltrándose en el mundo de los wasps, seduciendo chicas gentiles y sensuales, soportando la sombra de padres insoportables (pero que tanto te quieren) y cuestionando las creencias religiosas de los mayores mientras el mundo entero parece derrumbarse por el sólo placer de levantarse. La Universidad en la que se matrícula para alejarse de sus padres es Winesburg, Ohio ¿Será un homenaje a la novela de Sherwood Anderson?

Desde que Roth provocara un revuelo con El lamento de Portnoy (1969) y se ganara en aquel entonces el rechazo de buena parte de la comunidad judía, su obra y su vida se han mezclado hasta el punto de que resulta imposible discernir la ficción de elementos autobiográficos que se adivinan, sobre todo, en la lista de obsesiones recurrentes que aparecen una y otra vez en sus libros: el poder del sexo, la angustia existencial, el deterioro físico, las imprevisibles consecuencias que se derivan de actos impulsivos.

Os reproduzco el magnífico discurso de la madre del protagonista sobre el papel de los débiles y los sentimientos en la vida: “Pero ¿tienes la clase de fortaleza que hace falta para actuar así? Porque también tienes conciencia. Una conciencia que me enorgullece que tengas, pero que puede ser tu enemiga, así que dime, ¿sabes cómo hacer con esa chica lo que debes? ¿Podrás hacer frente a sus lágrimas, a sus gritos histéricos, a sus súplicas desesperadas? Porque la debilidad del prójimo puede destruirte tanto como su fuerza. Los débiles no son inofensivos. (…) Debes estar por encima de tus sentimientos. No soy yo quien te lo exige: es la vida. De lo contrario los sentimientos te arrastrarán. Te arrastrarán al mar y desaparecerás para siempre. Los sentimientos pueden ser el mayor problema de la vida. Los sentimientos pueden jugarte las más terribles pasadas. Lo han hecho conmigo, cuando te he dicho que iba a divorciarme de tu padre. Ahora me he enfrentado a esos sentimientos. Prométeme que te enfrentarás de la misma manera a los tuyos”. (p.125-126).

Para la periodista y escritora Gina Montaner Indignación es una novela de fácil lectura pero que no deja huella. El mejor Philip Roth no se halla entre sus páginas, tal vez porque se trata más de una apuesta personal por demostrar que está ahí y sigue vivo, que de ahondar en su infinita capacidad para la provocación, la ironía, el angst. Para mi tiene algo más, me recuerda a las novelas iniciáticas y su personaje Marcus Messner lo vinculo al del joven ingeniero Hans Castorp  -que, según Harold Bloom, es el personaje que más identificaciones ha despertado en la Historia de la Literatura-. Ambas son, en efecto, novelas de formación -Bildungsroman, que dirían los manuales de literatura- de dos jóvenes formales e inocentes cuyos valores se ven puestos a prueba lejos del nido familiar. Se produce un choque entre la moral colectiva y dominante (los ya citados wasp, blanco, anglosajón, protestante) y la ética individual. Esa incómoda discrepancia entre la moral y la ética se resuelve con la violenta imposición de la primera sobre la segunda.

Como Woody Allen en el cine, Philip Roth lleva toda una vida conjurando sus demonios particulares, y en esta última etapa, azuzado por su propia mortalidad, en sus novelas se siente la urgencia por invocarlos, tal vez como una suerte de amuleto para ganar tiempo y, así, concluir el ciclo vital de su obra. No es casualidad que en Elegía un hombre repase desde la muerte lo que fue su vida: una serie de sucesos marcados por el deseo, la enfermedad y la muerte. Un año después Roth volvió a la carga con Sale el espectro, resucitando en un acto final a uno de sus alter ego, Nathan Zuckerman, convertido en un novelista de éxito, pero reducido a una senectud que le impide dar rienda suelta a uno de los temas favoritos de su creador: la seducción y el dominio sexual.

Indignación transcurre en la era de los cincuenta, en plena guerra contra Corea, y el protagonista, un joven cándido e inexperto, se enfrenta a la muerte antes de cumplir la veintena. A medio camino el lector descubre que Marcus, como el personaje de Elegía, narra desde el más allá su corta y accidentada existencia. Una vida truncada por las malas jugadas del destino, que suelen desencadenar eventos fortuitos imparables y, casi siempre, funestos. El más grande escritor vivo estadounidense aguarda, fortificado y vigilante, una cita ineludible. Entre tanto, con cada una de sus novelas burla a la muerte.

Otras novelas de Roth que os recomendamos son: El lamento de Portnoy (1969), Patrimonio. Una historia verdadera (1991) y Pastoral Americana (1997) que os iré comentando en los próximos meses.

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