(G154) Restaurante Locanda Vecchia Pavía "Al Mulino" (Pavía, Italia)



Primer restaurante italiano que comentó con estrella Michelin. La Locanda Vecchia Pavía “Al Mulino” está situada en las proximidades de la bella Certosa de Pavía, una cartuja de cuatrocientos años de antigüedad, en el antiguo molino anexo a la abadía cisterciense. Se trata de un restaurante de ambiente elegante y acogedor. El local, el servicio y la cocina son de un exquisito clasicismo.

La cocina es lombarda clásica aunque tiende a lo creativo, y ofrece especialidades de mar y montaña para acompañar con uno de los fabulosos vinos de la excelente bodega con una amplia selección de etiquetas locales, italianas e internacionales.  

El chef Oreste Corradi nos dice: "Me encanta pensar en nuestra cocina como un taller de sabores, donde los aromas que salen de las ollas y los aromas utilizados se llenan de emociones tan grandes que nuestros clientes son transportados en un viaje a través de los sabores de nuestra tradición".

Ante el calor y el poco apetito decidimos compartir algunos de los platos. Como entrante nos ofrecieron una pequeña ensaladilla rusa (foto), que aunque liviana estaba rica. Como primero una Calamarata alle piccole verdure e gamberi rossi di Sicilia (foto). Se trata de una pasta italiana excelente acompañada de verduritas y gambas rojas. Muy buena.




Como segundos un plato de pescado: Filetto di spada siciliano alla plancia, julienne di verdure e salsa al ricci di mare (foto). Pez emperador a la plancha con verduras en juliana y salsa de erizo de mar. Buena. Y otro de carne: Arrostino di faraona disossata  e farcita alla scarola e ciauscolo (foto). Asado de pintada deshuesada y rellena de escarola y ciauscolo (un salami típico de la región italiana de Marche). Plato excelente donde todo liga a la perfección.




Como antesala, mientras esperábamos el postre, nos sirvieron unos entretenimientos muy adecuados para refrescarnos: una sandía acompañada de macarroni, galletas de chocolate y lionesas (foto). Simplemente graciosos.



El postre consistió en una tarta Tatin di mela con mouse di crema alla vaniglia cialda croccante e salsa di fragole (foto). Tatin de manzana con crema de vainilla, waffle crujiente y salsa de fresa. Plato riquísimo y de muchos quilates.



El pan en los restaurantes italianos que hemos visitado deja bastante que desear. Sin embargo el café es buenísimo prácticamente en casi toda Italia.

Acompañamos esta comida con un Gewürztraminer del Alto Adige. Tramin 2015 en una botella de 3/8 ideal para comidas viajeras. Es un vino de color amarillo pálido con notas de cítricos, kiwi, melocotón, rosa y hierbas como el romero. Posee buena intensidad, complejidad y limpieza. Es un vino fino, sedoso, equilibrado y persistente.

Precio aproximado 60/70 euros por persona más bebidas. Como curiosidad comento que es el segundo restaurante (el primero fue hace ya más de veinte años) en que me encuentro con una carta ciega de precios para las mujeres. Vestigios de otras épocas, hoy en día totalmente démodé. Fecha de la visita el 4 de agosto de 2018.

PUNTUACIÓN: 7,5


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