(L366) Nostalgia del absoluto (2001)


George Steiner, Nostalgia del absoluto (2001)

Sigo comentando las obras más destacadas de este gran humanista europeo. George Steiner (Paris, 1929) nos habla del deseo de transcendencia del ser humano. Al perder fuerza la religión, por su descredito ante el auge de la ciencia, el hombre busca una explicación totalizadora de lo que es su devenir en el mundo. Para ello utiliza los ropajes pseudocientíficos del estructuralismo, el marxismo y el psicoanálisis. Pero esa idea totalizadora acabará convirtiéndose, tal vez por la imperfección del hombre y el fanatismo de su ejecución, en una creencia más que en una ciencia, en una religión más. A continuación os hago un breve resumen de este interesantísimo libro.

RESUMEN

1) Los mesías seculares. La decadencia de los sistemas religiosos y las iglesias en la sociedad occidental. Algunos sitúan su origen en el desarrollo del racionalismo científico durante el Renacimiento; otros lo atribuyen al escepticismo y el secularismo explícito de la Ilustración con sus ironías sobre la superstición de todas las iglesias; otros mantienen que fue el darwinismo y la tecnología moderna de la revolución industrial los que hicieron que las creencias sistemáticas, la teología sistemática y el antiguo centralismo de las iglesias quedaran tan obsoletos. Pero en cuanto al fenómeno en sí se está de acuerdo.

Los atributos de las mitologías: totalidad, por la que sencillamente quiero expresar la pretensión de explicarlo todo; textos canónicos entrados por el genio fundador; ortodoxia contra herejía; metáforas, gestos y símbolos cruciales. Las mitologías fundamentales elaboradas en Occidente desde comienzos del siglo XIX no sólo son intentos de llenar el vacío dejado por la decadencia de la teología cristiana y el dogma cristiano. Son una especie de teología sustituta. El fin de la certeza religiosa ha dado lugar a mitologías totalizadoras como el marxismo, el psicoanálisis y la antropología estructural que quieren cubrir esta nostalgia de lo absoluto.

El marxismo es también representativo del romanticismo europeo y habla del progreso del hombre desde la esclavitud al reino futuro de la justicia perfecta. El hombre fue una vez inocente, estaba libre de explotación. Pero ¿cuál fue el pecado original?: el dinero es la aptitud alienada de la humanidad. En nombre de la promesa mesiánica de un mundo mejor, generaciones enteras han sacrificado sus vidas. El totalitarismo más brutal se justificó como una etapa de transición necesaria. En consecuencia hombres y mujeres racionales no denunciaron el estalinismo. No me falta ser un técnico para comprobar que las profecías marxistas de la pauperización de la clase obrera y el derrumbamiento inminente del capitalismo no se han cumplido, la llegada de la sociedad sin clases ha fallado tanto en el terreno de la profecía como en el terreno de la historia.

2) Viajes al interior. Para Karl Popper un ejemplo de pseudo-ciencia, junto al marxismo, es el psicoanálisis que no tuvo confirmación clínica o experimental de sus teorías. Fue producto de una sociedad burguesa occidental de su época no aplicable a un sistema de parentescos diferentes al europeo. Sus verdades son de orden estético, intuitivo como las que encontramos en la filosofía y la literatura. El psicoanálisis se basa en los antiguos mitos: Edipo Rey, Hamlet, etc., para demostrar sus metáforas terapéuticas. Freud se identifica con Moisés y desea llevar a la humanidad a la tierra prometida de la racionalidad, del equilibrio psíquico y la verdad científica. Su lucha es contra dos frentes: los gentiles con su censura y superstición y contra las vacilaciones y traiciones de sus propios seguidores.

Los más fieles se rebelaron y establecieron escuelas rivales: Alfred Adler, Otto Rank, Wilhelm Reich, Carl Jung. De los más dotados, de los más próximos a él, de sus hijos elegidos. Una vez el psicoanálisis llegó a ser un fenómeno mundial, Freud sospechaba que América podría ser su tierra prometida. El mito del pecado original está explicado en el parricidio realizado en la horda original. De ahí deriva la larga historia de adaptación entre la conducta instintiva y la represión social. Freud nos explica el mito de la vida como la lucha entre Eros (amor) y Tánatos (muerte) que determinan los ritmos de la existencia. El proyecto freudiano al igual que el marxista son historias de liberación. El psicoanálisis en el reposo de la muerte. Freud nos habla de experiencias arquetípicas de la especie humana que nos llegan a través del inconsciente colectivo. El psicoanálisis pretende eliminar las ilusiones religiosas de la psique humana. Jung pretendió volver a la experiencia religiosa, transformar de nuevo a Cristo, trayendo a los antiguos dioses. Gracias a Freud respiramos más libremente en nuestra existencia privada y en nuestra existencia social, pero su promesa de desterrar el irracionalismo y la fe en lo sobrenatural no se ha cumplido.

3) El último jardín. Levi-Strauss nos dice que quiere corregir y mejorar los trabajos de Marx y Freud. Para Levi-Strauss los mitos son los instrumentos de la superstición del hombre como especie pensante y social. A través de ellos comprende el sentido del mundo. El hombre se encuentra enfrentado primero con el misterio de sus orígenes y luego con el misterio de su extinción. Según una parábola hasídica el hombre parece hecho para contar historias. La capacidad para «codificar» para dar expresión coherente a la realidad se produce, según Levi-Strauss, mediante códigos binarios: afirmación-negación; orgánico-inorgánico; izquierda-derecha; antes-después. Sugiere que la estructura de nuestro cerebro en dos hemisferios es reflejo activo de la estructura binaria de la realidad. Las dos polaridades que estructuran el destino del hombre con la naturaleza y la cultura. El paso de una a otra le produce al hombre una gran escisión. El mito de Prometeo, al poseer el fuego el hombre rompe con el mundo animal alterando las polaridades binarias de luz-oscuridad; calor-frío y noche-día. El otro mito, el de Edipo representa para Levi-Strauss una transición de la especie humana desde los acoplamientos indiscriminados, como en tantas especies animales, a las económicas y generadoras de un código familiar.

Los viajeros del s. XVIII creyeron ver en los pueblos que encontraron vestigios del Jardín del Edén ya que la ruptura entre Naturaleza y Cultura no había sido tan brusca. Lo que hizo el hombre blanco fue masacrarlos y borrar estos vestigios por alguna furia arquetípica digamos. Sólo los occidentales van a estudiar a otros pueblos. Es un aspecto esencial de explotación y sojuzgamiento. Es un modo de dominio técnico y psicológico que adulterará el objeto de estudio. Habiendo asolado lo poco que quedaba del Edén, el depredador occidental se vuelve contra sí mismo. Para Levi-Strauss estamos condenados. La antropología culminará en entropología, la ciencia de la extinción. Hay un lazo genético en los tres pensadores: todos son judíos. Reflejan el fracaso del hombre a la hora de observar sus responsabilidades contractuales con la creación.

Tenemos aquí tres grandes mitologías concebidas para explicar la historia del hombre, su naturaleza y nuestro futuro. La de Marx terminara en una promesa de redención; la de Freud en una visión de regreso a casa con la muerte; la de Levi-Strauss en un apocalipsis original por el mal humano y la devastación provocada por los hombres. Las tres derivan de un trasfondo judío.


4) Los hombrecillos verdes. Nuestro clima psicológico y social es el más infectado por la superstición y el irracionalismo desde la Edad Media. Ejemplos: la astrología; objetos voladores y extraterrestres que visitan la tierra. El término astral prospera: fenómenos psíquicos, telepáticos, adivinadoras, médiums. La percepción extrasensorial está completamente de moda. Los exorcismos. Otra esfera de insensatez es lo que podríamos denominar como «orientalismo». El recurso a la sabiduría de Oriente registra un movimiento ascendente desde finales del s. XIX. Inspira la obra de Hermane Hesse, C.C Jung. Los chicos de las flores, los Hare Krishna, las clases de yoga, las barritas de incienso junto al poster del Mandala. Meditamos trascendentalmente. Los poderes sanadores del amor. Se trata de una idealización de valores excéntricos o contrarios a la tradición occidental. Son disciplinas filosóficas tremendamente remotas, distintas y de difícil acceso. Este orientalismo es un intento de escapar a nuestra propia condición. Estas corrientes de irracionalismo son, evidentemente, síntomas. ¿Cuáles son las causas subyacentes?

La sociedad occidental vive una dramática crisis de confianza. Las dos guerras mundiales, el holocausto, la inflación continua que socava la estructura de la sociedad y la persona de una forma radical y no plenamente comprendida todavía, la iglesia que bendecía al mismo tiempo al verdugo y a la víctima entró en ese momento en caída libre y cualquier postura teológica dejó de tener sentido. Se acentúan los terrores políticos homicidas y la tortura. Ante los problemas irresolubles de la autodestrucción, la superpoblación, el hambre y el odio, los hombres y mujeres empiezan a mirar fuera de la Tierra. Incapaz de arreglárselas por sí mismo espera que seres benevolentes de otros mundos impidan que la especie humana se destruya. Como están más evolucionados traerán respuestas a nuestros desesperados dilemas. La vuelta a lo irracional es un intento de llenar el vacío creado por la decadencia de la religión. Hay una nostalgia del absoluto, un hambre trascendente. Las tres teologías postreligiosas y las variedades de lo irracional son ilusiones. La otra alternativa es la búsqueda de la verdad científica objetiva. Pero ¿Tiene futuro ese camino?

5) ¿Tiene futuro la verdad? Para los filósofos y científicos del s. XIX la ciencia debería satisfacer las aspiraciones del hombre en cuanto a orden, belleza y probidad moral sobrepasando a la religión revelada. La búsqueda de la verdad se origina en Grecia en el s. VI debido a la (buena) alimentación, al sistema patriarcal y a la esclavitud que permitió a unos hombres dedicarse a la especulación. La promesa que encontramos en el Evangelio de que la verdad nos hará libres se convirtió en artículo esencial del racionalismo secular.

El ataque más sutil a la noción de verdad proviene de la Escuela de Frankfurt. La verdad no es objetiva. Clases diferentes tienen verdades diferentes. No hay historia objetiva, afirman, sino sólo la historia del opresor. La verdad no solamente puede no hacernos libres sino que puede destruirnos. Primeramente el universo, por el segundo principio de la termodinámica, se está enfriando y agotando hasta perecer. El segundo ejemplo es que se han acumulado pruebas de que es muy difícil para el hombre desarrollado soportar largos períodos de paz. Nos topamos con guerras en las que no hay supervivientes, ni segunda oportunidad. El tercer ejemplo está en el campo de la genética. La discusión sobre la raza y la inteligencia. Si fuera verdad que unas razas son más inteligentes que otras, a qué consecuencias nos podría llevar.

¿Por qué no podría haber una lógica alternativa, un modo de pensar y sentir alternativo? No creo que funcione, no tenemos ningún ejemplo de un sistema que vuelve hacia atrás y se haga más simple. No podemos dejar de plantearnos preguntas. La creencia de que la verdad es amiga del hombre, como creían el pensamiento clásico griego y el racionalismo europeo, no es cierta; hay descubrimientos que no benefician al hombre. La verdad, creo, tiene futuro; que lo tenga también el hombre está mucho menos claro.

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