(L375) El embrujo de Shanghái (1993)
Juan Marsé, El embrujo de Shanghái (1993)
Tercera novela que os
traigo de este gran escritor catalán en lengua castellana. Juan
Marsé (Barcelona, 1933) mezcla el mundo triste y miserable
de la Barcelona de postguerra con las historias que cuenta Forcat sobre la
fabulosa ciudad de Shanghái antes que fuera invadida por las tropas comunistas.
Argumento:
“Los sueños juveniles se corrompen en boca de los adultos” dijo el Capitán Blay
mientras se dirigía al Estanco a comprar cerillas. “La calle huele a huevos
podridos, a mierda de gato, a gas, a miseria”. El protagonista, de nombre
Daniel, ha acabado la escuela, le gusta dibujar y leer. Como su madre no tiene
dinero para que siga estudiando (el padre está desparecido) ha pensado
colocarlo de aprendiz en una joyería. Se junta con los hermanos Chacón, de precarios
y confusos medios de vida. Daniel cree que viven en lo alto del Carmelo.
La llegada de un
desconocido anima el barrio. Se trata de Nandu Forcat, un refugiado que vuelve
de Francia después de casi diez años. A la calle llegan unos obreros de
Catalana de Gas y cavan una zanja. Pasan los días y no hacen nada más. Tal vez
estén esperando al técnico. Los muchachos creen que están vigilando a Nandu.
Los chicos les preguntan el por qué no reparan la fuga de gas. Ellos le dicen
que huele al gas de los muertos. Han encontrado una calavera y varios huesos. Están
esperando que llegue el Catedrático para seguir los trabajos. Toda la plaza,
dicen, es un gran cementerio. Con el tiempo cierran la zanja y se van. Nandu Forcat,
después de ver a su madre enferma, se vuelve a Toulouse.
Los hermanos Chacón
idean estratagemas para comer caliente. La madre de Daniel trabaja en las
cocinas del Hospital de Sant Pau. Conxa, la mujer del capitán Blay, le pide a
Daniel que acompañe y vigile a su marido en sus correrías por la ciudad.
Durante casi tres años el capitán no había salido de su casa para nada,
escondido en un pequeño cuarto al que se accedía a través de un armario ropero
sin fondo que ocultaba la puerta. “Cuando por fin se decidió a salir a la calle
había perdido treinta kilos de peso, una guerra y dos hijos, el respeto de su
mujer y, según todas las apariencias, buena parte del poco seso que siempre
tuvo”.
Desde el tenderete de
libros y revistas viejas de los hermano Chacón, en la esquina de la calle de
las Camelias, los tres chicos observan la ventana donde está confinada Susana,
de quince años, que lleva enferma de tuberculosis año y medio. Daniel recibe el
encargo del capitán Blay de que vaya a dibujar con sus lápices de colores a la
tísica en su lecho de muerte. Nandu Forcat vuelve con noticias del padre de
Susana. En las largas tardes de verano les cuenta, a Susana y Daniel, que el
Kim (Joaquín) está vivo y que ha tenido que ir a Shanghái para realizar un
encargo que le hizo un viejo compañero de la resistencia francesa…
Comentario:
A mi entender la novela no es tan profunda y compleja como Últimas tardes con Teresa (1966) ni tiene el desparpajo y la
desfachatez de La ronda del Guinardó
(1984) pero se trata, sin lugar a dudas, de una estupenda novela donde la
ficción, el contar historias, salva a sus protagonistas de una realidad
miserable y triste en la Barcelona de postguerra.
Son estos relatos, los
que ponen una nota de color al ambiente gris de la ciudad y a la monótona vida
de Susana y de Daniel. Siempre esperando: ella la curación de su enfermedad y
la vuelta de su padre; él iniciar un trabajo como aprendiz en un taller de
joyería. Juan Marsé nos habla en esta obra de la pérdida de la niñez, de la
añoranza de un futuro que sabemos que nunca llegaremos a tener. Es una
reflexión moral sobre la naturaleza y la necesidad de la invención ante el
desencanto del presente.
Con el instinto de ese
narrador eterno descrito por Walter Benjamin, que entrega su propia vida a la
tarea de contar, Marsé –nos dice Gustavo Martín Garzo– ha hecho arder una y
otra vez la suave llama de sus historias. El resultado es una obra construida
con materiales de derribo en la que misteriosamente siguen viviendo esas
historias eternas que nos dicen que "los sueños juveniles se corrompen en
boca de los adultos" y que en la vida real no caben todos los anhelos de
nuestro corazón.
La película iba a ser dirigida por Víctor Erice, pero problemas entre éste y el productor Andrés Vicente Gómez lo impidieron. Fernando Trueba ni siquiera utilizaría el guión escrito y preparado por Erice. La adaptación cinematográfica de Trueba en el año 2002 resultó totalmente fallida.
La película iba a ser dirigida por Víctor Erice, pero problemas entre éste y el productor Andrés Vicente Gómez lo impidieron. Fernando Trueba ni siquiera utilizaría el guión escrito y preparado por Erice. La adaptación cinematográfica de Trueba en el año 2002 resultó totalmente fallida.
BIBLIOGRAFÍA:
Juan Marsé, El embrujo de Shanghái, Plaza & Janés,
Barcelona, 1993.
Carlos Martínez Asensio, 'El embrujo de Shanghai', una
novela sobre la decepción y el desengaño, Cadena Ser, 22/10/2023.
(Añadido el 10/12/2023).
Gustavo Martín Garzo, El
embrujo de Juan Marsé, El País, 23/04/2009.
Hola, Tomás:
ResponderEliminarCoincido contigo: esta novela no es tan significativa como lo fueron las otras dos; pero esta tiene un encanto especial. Quizá sea esa “defensa” de la creación de historias, de la narración de mundos mejores como evasión; me gustó mucho. Y ahora, al leer tu reseña, siento la necesidad de releerla, pero ¿dónde está el tiempo para tantas novedades y relecturas? ¿Cómo lo hacía yo cuando trabajaba y criaba hijos?
Muy bueno el comentario.
Un abrazo
Adelaida