(G158) Ca l’Arpa (Banyoles, Girona)



En un soleado día otoñal nos hemos acercado a Banyoles para visitar su espléndido lago. Y como sin energía no se puede hacer ruta hemos visitado el restaurante Ca l’Arpa, Passeig de la Indústria, 5, Banyoles. Se trata de un coqueto y bonito local, que también dispone de hotel, en el que no caben más de veintiún comensales. Los fogones están al mando único de Pere Arpa, quien elabora los platos, el pan y las mermeladas.

Nos decidimos por un Menú que titulan Les goges, también conocidas como “dones d'aigua”, “encantades” o “nimfes dels llacs”, entre muchos otros nombres. Son seres mágicos que forman parte de la mitología catalana. En Banyoles se dice que vivían en los alrededores del lago y se escondían siempre de la luz y de la gente para no ser vistas.

Como entrantes: un coctel de bienvenida compuesto por lima, menta y jengibre que resultó muy refrescante. Manzana y butifarra negra (foto), muy rico. Terrina de “cap de porc” (foto), muy buena. Para terminar los entrantes Ajo blanco, ajo negro (foto), correcto sin más.





Los platos principales consistieron en Sardinas con puré de garbanzos y pipas de calabaza (foto). Un clásico de la casa muy recomendable. Bacalao con tocino ibérico y verduritas (foto), muy rico y meloso. Acabamos con Royale de pato (foto), muy conseguido ya que estaba relleno de su propio paté.





Como postre un Brownie de chocolate con helado de cacahuete (foto). Plato demasiado mazacote y algo empalagoso.



El plan de dos tipos: integral y de coca, bueno (foto). Lástima que lo acompañaran con mantequilla en lugar del espléndido aceite de la zona con el que aliñaron los platos. 



Finalizamos con dos cafés sin entretenimientos. El único “pero” que tiene el restaurante es la lentitud (video) entre plato y plato; comprensible porque el Sr. Pere es el cocinero-orquesta que dirige todo el tinglado.



Para beber un agua mineral y varias copas de vino que iré comentando. Empezamos por un vino blanco Heretat Altés 2017. Es una Garnacha blanca de la Terra Alta. De gran intensidad aromática, con notas que recuerdan las frutas blancas, pera y manzana. Pero lo encuentro demasiado juvenil, sin apenas postgusto. Es agradable de beber, entra muy bien, pero apenas tiene persistencia: desaparece sin dejar rastro.

Le siguió para acompañar la Royal de Pato un buen tinto. Se trata de Rouge de Joseph Puig 2011. De la variedad Mazuelo, también procede de la Terra Alta. Muy mineral, con sabor a carbón vegetal y carne cruda, en nariz es muy original. Agradable de beber y sedoso aunque no sea muy complejo en boca.

Precio de los Menús 42/60/80 euros por persona más bebidas. Fecha de la visita el 12 de octubre de 2018.

PUNTUACIÓN: 7

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