(G182) Bruixes de Burriac (Altafulla, Tarragona)


Bruixes de Burriac (Altafulla, Tarragona)

Tenía puestas bastantes expectativas en la visita al restaurante Bruixes de Burriac. Carrer del Cup, 2, 43893, Altafulla. Donde Jaume Drudis es director culinario y de restauración, lo que seguramente quiere decir que no está en el restaurante, por lo que el resultado final se resiente como explicaré más adelante.

El local está situado en el interior del Hotel Gran Claustre en la Vila closa de la población, la parte medieval de Altafulla, que está excelentemente conservada. Posee un encanto especial pasear por sus calles y contemplar sus magníficas casas del siglo XVIII (foto) pintadas en cálidos tonos pastel: rosa pálido, amarillo albero, azul cielo, etc.



Decidimos pedir el Menú Degustación para comprobar todo el potencial y expresividad de su cocina. Empezamos por un aperitivo de Bogavante court-bouillon con huevas de mújol (foto), es una especie de ajo blanco muy bueno. Le siguió un Mini Bloc de foie trufado (foto), servido en forma de macaron, muy rico.




El tercer plato Gamba de Tarragona en papillote (foto), con rave, aceite de avellana y corazones de habitas acompañado de un caldo de bogavante. Muy rico. Le siguió Rodaballo en salsa de romesco (foto), demasiado potente la salsa ya que enmascaraba el fino sabor del pescado.




A partir de aquí, lo que parecía un inicio muy prometedor, desgraciadamente se hundió como un castillo de naipes. Arroz de alcachofas y virutas de buey de mar (foto), el arroz no estaba al dente, estaba crudo, sin cocer. Al preguntarle a la camarera si el que estuviera así había sido intención del cocinero nos dijo que no. Acabamos los platos salados con uno de carne. Mini-turnedó de Black Angus rostido con galleta de patata y jugo de romero (foto), otra vez salió el tema de las cocciones. Una parte estaba en su punto y otra no. Una lástima porque la carne era excelente.




Reflexión: un cocinero −no digo un buen cocinero, sino simplemente un cocinero−, ha de dominar los tiempos de cocción: del arroz, de la carne, del pescado, etc. Es una premisa indispensable y no se puede dejar pasar por alto esta grave carencia. Sin duda el restaurante deberá reflexionar sobre qué línea habrá de escoger en el futuro para seguir progresando.

Llegamos a los postres. Sopa de grosella con frutas impregnadas y requesón (foto), este plato lo deje entero. Está mal ligado, los sabores no conjugan ni armonizan de ninguna forma. Terminamos con un bombón de chocolate especiado (foto), muy rico que resultó ideal para endulzar los sobresaltos de la comida.




El pan sin interés. El café bueno. Acompañamos la comida con un Terras Gauda 2018. Se trata de un vino albariño de O Rosal, Pontevedra. 70% Albariño, 20% Caiño y 8% Loureiro. El Albariño contribuye a la mezcla con sus aromas frutales y volumen en boca. El Loureiro nos proporciona buena intensidad aromática floral y el Caíño le ofrece a la mezcla aromas de frutas exóticas, balsámicos y lo más importante, gran estructura y singularidad. Posee aromas cítricos de mandarina y piel de naranja, melocotón y anís, con agradables recuerdos a flor de azahar y hoja de laurel. Un clásico muy conocido que se deja beber con gratitud.



De la banda sonora que últimamente comentó en los restaurantes que visitó me llamaron la atención estas tres canciones de música Pop-Folk, todas ellas versionadas, por lo que añadiré los enlaces de sus autores originales. Iron & Wine versiona Time After Time de Cyndi Lauper. Joanna Wang versiona la mítica Wild Word de Cat Setevens. Y por último también me gusto de Joy Williams Ordinary World del grupo Duran Duran.

Precio del Menú degustación 65 euros + bebidas + cafés + IVA por persona. Fecha de la visita el 29 de septiembre de 2019.

PUNTUACIÓN: 6

Comentarios

  1. Hola! Jaume Drudis es muy buen cocinero. Se ha criado entre fogones y siempre ha sido su vocación. Forma, o formaba hasta hace bien poco, parte de la plantilla de la casa Knorr. Es el que hacía sus sopas. Algunas son creación suya. Le debe resultar difícil estar al frente de su restaurante.
    Un abrazo,
    Adelaida

    ResponderEliminar
  2. Hola Adelaida, es posible que no estuviera él en la cocina ese día. O que toque demasiadas teclas a la vez. No lo sé. Creo que le voy a enviar el comentario para que nos de su opinión.
    Un abrazo,
    Tomàs

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

(L56) Las afinidades electivas (1809)

(L111) El mundo de ayer. Memorias de un europeo (1942)

Manuel Vilas, El autor y su obra: La literatura y la vida (2019)