Los franceses feos que enamoraron a las más bellas (2020)


Los franceses feos que enamoraron a las más bellas (2020)

Curiosear una fotografía del escritor francés de origen iraní Serge Rezvani (Teherán, 1928) y de su esposa Danièle Adenot a quien él llamó Lula (1931-2004) me llevó a escribir este artículo. En la visión de la fotografía de la pareja, la contemplación de Serge, nacido de nombre Cyrus, hace daño a la vista de lo feo que es y la de su esposa Lula hace daño por todo lo contrario, por su gran belleza.

Esto me llevó a hacerme la siguiente pregunta: “¿Qué tienen los franceses feos que enamoran a las bellas?”. También se puede formular al revés: “¿Qué saben ver las francesas bellas en los feos?”; Otra pregunta interesante sería: “¿Qué tipo de educación han recibido en Francia que les hace apreciar lo que no se ve a simple vista?”. Lo que valoran estas mujeres no es el dinero, es la Cultura con mayúsculas.

En el caso de Rezvani la pregunta es muy fácil de responder: ven su carisma, su inteligencia y sus ganas de vivir. Rezvani era un hombre polifacético: escritor, pintor, grabador, compositor de canciones, dramaturgo. Cuidó a su esposa Lula, enferma de Alzheimer, hasta el final. Ella, con toda seguridad, vio en él algo más: su amor y su fiabilidad.


El segundo feo atractivo que me fascina es Serge Gainsbourg (1928-1991) y su relación con Briggite Bardot (París, 1934). Gainsbourg era otro gran polifacético: cantante, compositor, actor, director de cine, escritor, pintor, pianista. Tenía todas las armas del mundo para seducir a las “bellas inteligentes”. Y lo hizo, ¡vaya que si lo hizo!

Es muy conocida la anécdota de su corta y tormentosa relación, el idilio duró 86 días, con Brigitte Bardot, quien por entonces estaba casada con el millonario alemán Günter Sachs. Un día en que se habían peleado alquiló un helicóptero e inundó el jardín de ella de rosas rojas. ¿Quién se puede resistir a un individuo así?


Posteriormente conoció y se casó con Jane Birkin (Londres, 1946). ¡Quién no se acuerda de su famosa canción Je t’aime… moi non plus (1970)! Todo un escándalo en la época. Físicamente y también culturalmente, creo que mi amigo Miguel Ángel se parece algo a Gainsbourg.


El tercer feo y a la vez caradura es Jean Paul Belmondo (Neully-sur-Sene, 1933). Actor de teatro y de cine que cautivó, entre otras, a la bellísima y sofisticada Laura Antonelli (Istria, 1941-2015). Belmondo fue boxeador lo que le llevó a que le partieran la nariz y tuviera ese aspecto feroz y descarado a la vez. ¿Qué daba Belmondo a las mujeres? Yo creo que la aventura, lo imprevisto, y la seguridad de que estando con él no te podía pasar nada malo.


Otro francés feo de verdad es Michel Houellebecq (La Reunión, 1956) quien después de una serie de polémicos libros en los que nos describe el mundo que vivimos y que viviremos; el de la miseria afectiva y sexual que nos deja tirados a nuestra suerte frente a la voracidad del mercado. Las partículas elementales (1998) y El mapa y el territorio (2010) son los más destacados. Ha acabado casándose con una china jovencísima, tal vez una joven fascinada por el escritor, por el personaje que él mismo interpreta. Houellebecq es un buen continuador de la tradición de los simbolistas franceses del s. XIX; cuya máxima era Épater le bourgeois!


El quinto sería Vincent Cassel (Paris, 1966). Actor, director y productor de cine. Estuvo casado durante dieciocho años con la, para mí, bellísima Mónica Bellucci (Città di Castello, 1964). Su carrera se ha desarrollado entre Francia y Hollywood. Actualmente vive con otra bella, la exótica Tina Kunakey (Toulouse, 1997).


Por último estaría François-Henri Pinault (Rennes, 1962) el dueño de una parte del lujo francés (Gucci, Balenciaga, Yves Saint-Laurent) casado con la actriz Salma Hayek (Veracruz, 1966). Poder ofrecer un mundo de glamur a una mujer no es baladí. No se trata solamente de dinero sino saber qué hacer con él. Tal vez, de todos, este es el que menos me entusiasma.

No me desagradaría a mí estar en esta lista, pero no tengo la fortuna de ser feo, sino más bien del montón y pasar totalmente desapercibido, y tampoco de ser francés. ¿Qué comparto entonces con ellos? El haber tenido una bella en mi vida y las ganas de vivir y realizar proyectos. 

PD: Este artículo no es más que un divertimento de su autor. Porque en algo inofensivo ha de ocupar sus horas libres.

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