(L540) Otra vida por vivir (2017)

Theodor Kallifatides, Otra vida por vivir (2017)

Autor griego emigrado a Suecia el año 1964 que ha escrito la mayoría de su obra en sueco. Este es Theodor Kallifatides (Molaoi, Laconia, 1938). El desencadenante de esta novela fue un bloqueo creativo, una especie de sequía literaria, podríamos llamarla así, que lo lleva a viajar a sus orígenes griegos para así intentar recuperar la lengua perdida.

Argumento: un viejo autor es invitado a un acto literario panescandinavo en la ciudad de Helsingborg. Theodor nos explica cómo conoció a Bergman que financió y montó su primera película que resultó ser un fracaso. Esas Navidades, todavía afectado, se aísla solo en una casa de campo. Bergman no volvió a hablarle. La nieve lo cubre todo, solamente recibe las visitas de una pequeña zorra en busca de comida a la que bautiza con el nombre de Nina como la heroína de Chejov.

Después del acto literario se encuentra solo en su habitación de hotel y reflexiona y se pregunta ¿Qué vida habría vivido si no me hubiera ido de Grecia? ¿Sería escritor? Cree que sí ¿Se arrepentía de haberse ido? En muchas entrevistas le hacen las mismas preguntas. En el exterior se ha formado una gran tormenta y a pesar del triple aislamiento del vidrio de las ventanas piensa que no podrá dormir. Las tormentas, desde que de joven leyó Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, las relaciona con el amor impetuoso pero desdichado.

“El precio de la emigración está siempre ahí, cuando estás tendido en tu cama o cuando te encuentras en una ciudad extranjera y de pronto te llega el susurro de las moreras de la plaza Gyzi en Atenas y sabes que quizá hayas vivido una vida equivocada. Pero nada puedes hacer. Sólo esperar el momento en que la vida que vives cobre más presencia que la vida que no viviste”. (p. 19-20)

El tiempo empeora, nieva y no podrá volver al día siguiente a su casa. Habla con Gunilla, su mujer, quien le dice que no se dé prisa. “Cuando yo iba a la cama, ella iba al ordenador. Facebook y emails. Me acercaba para darle las buenas noches y ella me miraba distraída, como si no se acordara de mí. Si fuéramos jóvenes, ya nos habríamos separado, le decía, y ella, en vez de hacer un comentario me enseñaba en el ordenador una foto, diciéndome que nuestra hija estaba en Edimburgo en un festival de literatura”. (p. 20-21)

Ya tiene setenta y cinco años, su último libro, Siempre volveré, lo ha dejado exhausto, ya no tienes ganas de escribir, piensa en dejarlo pero no quiere prescindir de su hermoso estudio situado en lo más alto de Estocolmo. “No soportaba ver a Suecia, antes un país de justicia social, en manos de los tentáculos del comercio. Envejece en un mundo que cada vez le parece más ajeno. La nueva moral le ofende personalmente. Todo se compraba y todo se vendía”. (p. 29)

Como la imposibilidad de escribir persiste decide dejar su estudio, vender lo que podía venderse, tirar el resto y cerrar la puerta detrás de sí. Viaja a su Grecia natal con la esperanza de recuperar la lengua perdida y la inspiración…

Comentario: es un libro cortito pero denso, bien escrito y mejor reflexionado. Ante el tema de la emigración y los problemas de Europa, Kallifatides nos da argumentos para repensarlos desde una visión progresista, integradora y humanitaria.

Para Kallifatides todos los problemas actuales se pueden explicar con los autores clásicos. “Todos, efectivamente. Porque no solo los autores son clásicos, también los problemas son clásicos”. “En Lesbos vi a centenares de griegos desbordados por las oleadas de inmigrantes volcados en ayudar, abriendo sus casas a los que llegaban a las costas. Entonces comprendí que sólo la gente pobre se vuelca en verdad en la ayuda de sus semejantes, pues ellos conocen bien la intemperie”.

Al regresar a Grecia se lleva una desagradable sorpresa: «Nunca había visto mi ciudad así. La pobreza era una vieja compañera, pero aquella indigencia no. Había visto las barracas de los refugiados del Ponto y de Asia Menor en barrios como el Polígono e Ilísia. Pobreza, sí, pero todo limpio y bien cuidado... Por primera vez no me sentía cómodo caminando solo por la noche en Atenas. Eso era la humillación más grande, el destierro definitivo. Tener miedo de los demás, y que los demás tengan miedo de ti. Hemos dejado de ser individuos aislados para convertirnos en tribus. Por un lado, nosotros; por el otro, los extranjeros». (p. 45)

Un emigrante aunque lleve tantos años en Suecia, haya construido una familia y haya echado raíces, como es el caso de nuestro escritor, siempre se pregunta cómo habría sido la vida que dejó atrás y que no llegó a vivir. Hay un poso de nostalgia que vuelve siempre, por los amigos, por la familia que dejaste atrás. Como una especie de tristeza o duelo permanente. A veces me ha pasado también a mí.

Estupenda la traducción de Selma Ancira del griego. Ya me gustó muchísimo la que hizo de la obra de Kazantzakis Zorba el griego publicada por la editorial Acantilado.

BIBLIOGRAFÍA

Marta Ailouti, Theodor Kallifatides: «La única defensa frente al fanatismo es hacer preguntas y dudar», El Cultural, 28/02/2020.

Juan Cruz, Como si fuera el último libro, El País, 01/07/2019.

Theodor Kallifatides, Otra vida por vivir, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2019 (5ª ed.)

Antonio Lucas, Theodor Kallifatides: "Europa ha hecho de la vejez una enfermedad", El Mundo, 24/09/2019.

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