(L542) La llamada de Cthulhu y otros relatos (1926)

H.P. Lovecraft, La llamada de Cthulhu y otros relatos (1926)

Hoy os traigo tres relatos cortos del gran predecesor de las novelas de terror y ciencia ficción. La obra de H.P. Lovecraft (1890-1937) constituye un clásico del terror cósmico, una línea narrativa que se aparta de las tradicionales historias de terror sobrenatural —satanismo, fantasmas—, incluyendo elementos de ciencia ficción como, por ejemplo, razas alienígenas, viajes en el tiempo o existencia de otras dimensiones.

Sinopsis.

1.- La llamada de Cthulhu (1926). El narrador ordena los papeles de su tío abuelo que ha fallecido recientemente y que era profesor de lenguas semíticas de la Universidad de Brown, Providente. Encuentra una caja cerrada con llave en cuyo interior hay un bajorrelieve de arcilla, notas, dibujos, fragmentos y recortes de periódico. La mayoría de los dibujos reproducían con regularidad una escritura prehistórica, parecía ser ciertamente alguna especie de escritura antiquísima que el no supo descifrar. “En cuanto a los jeroglíficos, se encontraba una figura de carácter representativo. Parecía una especie de monstruo, o el símbolo de un monstruo, o una forma que solo una fantasía enfermiza hubiese podido concebir. Si digo que mi imaginación se representó a la vez un pulpo, un dragón y la caricatura de un ser humano, no traicionaré el espíritu del dibujo. Sobre un cuerpo escamoso y grotesco, provisto de alas rudimentarias, se elevaba una cabeza pulposa y coronada de tentáculos; pero era el contorno general lo que la hacía más aterradora. Detrás de la figura se vislumbraba una arquitectura ciclópea".

2.- El horror de Dunwich (1928). Recorremos los parajes inhóspitos que nos llevan a la ciudad de Dunwich, lugar especialmente evitado por los viajeros. “Quizá la razón de ello radique en que los naturales de Dunwich se han degradado de forma harto repugnante, habiendo rebasado con mucho esa senda de regresión tan común a muchos apartados rincones de Nueva Inglaterra. Los vecinos de Dunwich han llegado a constituir un tipo racial propio, con estigmas físicos y mentales de degeneración y endogamia bien definidos, Su nivel medio de inteligencia es deplorablemente bajo, mientras que sus anales recogen un apestoso tufo a perversidad y a asesinatos semiencubiertos, a incestos y a infinidad de actos de innominable violencia y perversidad”.

La noche en que nació Wilbur Whateley: “se percibió un grito horrible, que retumbó incluso por encima de los ruidos de la montaña y de los ladridos de los perros, pero, que se sepa, ni médico ni comadrona alguna estuvieron presentes en su nacimiento. Los vecinos no supieron nada del parto hasta pasada una semana, en que el viejo Whateley recorrió en su trineo el nevado camino que separaba su casa de Dunwich y se puso a hablar de forma incoherente al grupo de aldeanos que concurrían a la tienda de Osborn. (…) No me importa lo que opine la gente. Si el hijo de Lavinia se parece a su padre, será bien distinto de cuanto puede esperarse. No hay razones para creer que no hay otra gente que la que se ve por estos lugares. (…) Escuchad bien esto que os digo: algún día oiréis todos al hijo de Lavinia pronunciar el nombre de su padre en la cumbre de Sentinel Hill”.

3.- Las ratas de las paredes (1923). El narrador nos cuenta que acaba de reformar la mansión de Exham Priory en Anchester que perteneció a sus antepasados y en la que según las leyendas ocurrió una tragedia. La casa posee una sorprendente arquitectura consistente en unas torres góticas levantadas sobre una estructura sajona o románica, y éstas sobre unas ruinas tal vez druidas con vistas a un acantilado. Su originalidad la hizo objeto de numerosos estudios. Corre el año 1921 y habiendo hecho fortuna en América decide trasladarse a vivir en la mansión.

Comentario: aunque parezca raro debo confesar que no había leído nada de Lovecraft hasta hoy. Sin embargo su prosa es sugerente, estilizada, culta y con una gran capacidad de seducción. Mientras que en algunas religiones orientales el universo es dual y el mal es tan contingente a la existencia como lo es el bien, en el pensamiento cristiano todo mal es una aberración. Para Lovecraft el mal no existe, y si existe, carece de importancia. El universo es de una enormidad inconcebible y, lo peor de todo, no nos reserva ningún trato especial.

“Es difícil categorizar a H. P. Lovecraft en un género porque sus relatos basculaban sin gradación entre el horror y la ciencia ficción, pero es verdad que su principal motivación literaria era la de crear atmósferas inquietantes, que el miedo del lector era casi siempre la meta de su trabajo y que en general encaja mejor dentro del primero”.

“Lovecraft se separó de la tradición del terror gótico porque estaba plagado de sucesos a los que él, convencido materialista, tachaba como inverosímiles y difíciles de narrar de manera convincente. De la tradición gótica aprendió algunos principios narrativos, como la importancia en la creación de las atmósferas en las que transcurre el relato, pero descartó buena parte del contenido. Escéptico en cuanto a las religiones, supersticiones y fenómenos sobrenaturales en general, le parecía inadecuado hacer uso de ellos en sus relatos, que prefería basar en mecanismos científicos, o por lo menos de base mecanicista”.

Los seres supuestamente de otros mundos, los enigmas y jeroglíficos escritos en antiquísimas lenguas por resolver. Los libros mistéricos como El Gran Dios Pan de Arthur Machen y sobre todo el Necronomicón del árabe Abdul Alhazred en versión latina de Olaus Wormius impreso en España en el siglo XVII, hacen que el lector entre como hipnotizado en un mundo repleto de misterios terroríficos.

Lovecraft es el introductor del relato de terror moderno juntamente con Edgar Alan Poe. Solamente le veo un inconveniente. Creo que le pasa lo mismo que a Agatha Christie, una vez has leído una novela suya todas las demás se le parecen.

BIBLIOGRAFÍA

H.P. Lovecraft, La llamada de Cthulhu y otros relatos, Plutón, Barcelona 2019 (9ª ed.).

___________, El horror en la literatura, Alianza Editorial, Madrid, 1983.

E.J. Rodríguez, Lovecraft: el mal no existe, Jot Down, 11/03/2016.

Comentarios

  1. Bon dia Tomàs!

    Ai, l'adorat Lovecraft de la meva adolescència. M'ho vaig llegir gairebé tot, crec.
    Gràcies com sempre!

    Una abraçada!

    Maite

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