(L543) Daisy Miller (1879)

Henry James, Daisy Miller (1879)

Sigo leyendo y trayéndoos las novelas cortas de Henry James (1843-1916) que tan deliciosamente se dejan leer. Para mí tienen una doble ventaja: si son malas se terminan en seguida y si son buenas te dejan un buen gusto de boca. ¡Ganas siempre!

Argumento: un joven americano llamado Winterbourne, de unos veintiséis años, se encuentra en Suiza, concretamente en la pequeña ciudad de Vevey, “metrópoli del calvinismo”. Se aloja en el hotel Les Trois Couronnes. Entabla conversación con un mocoso de nueve años quien le pide un azúcar. Al poco rato viene a recogerlo su hermana, una joven muy bella que se llama Daisy Miller. Al principio ella parece distante pero el joven entabla conversación fijándose además en sus preciosos ojos y en su pelo rubio.

La familia de la joven es americana, los dos hermanos viajan con su madre, el padre no está en Europa. La familia Miller tiene la intención de continuar viaje a Italia. A la muchacha le gustan los hoteles europeos y los vestidos de París, pero se queja de la falta de vida social comparándola con la que ha tenido en Nueva York.

“Hizo una pausa breve; miraba a Winterbourne con toda la belleza de sus ojos intensos y con su ligera sonrisa un poco monótona. –Siempre –dijo– he estado rodeada por muchos caballeros”. Winterbourne sonríe y piensa que “sólo era una encantadora pequeña coqueta americana”. La joven le hace saber su deseo de visitar el Castillo de Chillón, a lo que el joven se ofrece a acompañarla a ella y a su madre. La joven supone que su madre no irá pero ésta le hace saber que sí que le gustaría hacer la visita.

La señora Costello, tía de Winterbourne, es una rica viuda americana que cree que Miss Daisy Miller pertenece a una escala social baja y no está interesada en conocerla tal y como le ha propuesto su sobrino.

Llega el día de la excursión y cogen un pequeño vapor que los llevará al Castillo. Él la encuentra fascinante y en absoluto vulgar como había declarado su tía. Para Winterbourne resulta toda una aventura, está emocionado con su bella compañera.

Después de la excursión ella le pide que se quede unos días más en la ciudad pero él tiene compromisos en Ginebra. Quedan en que la visitará ese invierno en Roma, donde además su tía ha alquilado un apartamento.

Comentario: Henry James es autor de espléndidas novelas como Retrato de una dama, Los embajadores, o Las alas de la paloma, pero es quizá en sus relatos cortos donde el talento y la excelencia se dan más frecuente y rotundamente. Daisy Miller es uno de estos ejemplos.

Por una novela que le pide que le compre la señora Costello a su sobrino, Paule Meré del escritor francés Victor Cherbuliez, sabemos que la acción no puede ocurrir antes de 1864.

La obra de Henry James, y Daisy Miller no deja de ser muy diferente al resto, está toda ella bajo el signo de la elusividad, de lo no dicho, de la esquivez, este cuento se nos aparece como de los más claros, con el personaje de una muchacha llena de vida, que explícitamente aspira a simbolizar el desprejuicio y la inocencia de la joven Norteamérica. Europa representa una sugestión de cultura y nobleza y al mismo tiempo un mundo promiscuo y un poco contaminado del que hay que mantenerse a distancia.

Como dice Italo Calvino “Esa indefinida presencia que era para James el «mal» –vagamente relacionada con la sexualidad pecaminosa o más visiblemente representada por la ruptura de una barrera de clase– despierta en él un horror mezclado de atracción”.

“A diferencia de Suiza, de las tradiciones protestantes y de la austera sociedad, Roma no puede inspirar autocontrol a la muchachas americanas por la sola fuerza del paisaje. El paseo de los carruajes por el Pincio provoca un torbellino de habladurías en medio del cual no se sabe si el honor de las muchachas americanas es protegido para que no pierdan prestigio en contacto con condes y marqueses romanos o para que no se hundan en el pantano de la promiscuidad con una raza inferior”. 

El magnífico cuadro que acompaña el artículo es A Morning Walk del pintor americano John Singer Sargent pintado el año 1888 y que tan bien sabe retratar a esas damas tan elegantes, enigmáticas e inaccesibles.

La prosa de James es trepidante y sabe alcanzar perfectamente el clímax narrativo que tan esquivo le es en sus otras novelas largas que, en demasiadas ocasiones, se nos hacen algo pesadas. Así que esta de hoy os la recomiendo sin lugar a dudas.

BIBLIOGRAFÍA

José Luis Alvarado, Daisy Miller: Teoría y práctica del cuento perfecto, Cicutadry.es.

Italo Calvino, Por qué leer a los clásicos, Tusquets, Barcelona, 1992. (pp. 171-174).

Henry James, Daisy Miller, Ediciones del Bronce, Barcelona, 1997.

Andrés Seoane, Henry James, el embrión de un maestro, El Cultural, 14/11/2017.

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