(L682) Un amor (2020)

Sara Mesa, Un amor (2020)

Una nueva novelista excéntrica (De fuera del centro peninsular). Sara Mesa (1976) nació en Madrid, aunque desde muy pequeña vive en Sevilla. Llevo tiempo queriendo leer esta novela que ha tenido mucho éxito entre los lectores. Pero como no me suelo dejar llevar por los éxitos del momento decidí esperar algún tiempo.

Argumento: la protagonista se llama Nat (Natalia). Se ha ido a vivir a un lugar remoto llamado “La Escapa”, una pedanía dejada de la mano de Dios. Le ha alquilado una casa a un hombre del lugar, una casa vieja y sucia. El casero le ha dejado un perro para que le haga compañía. La chica de la única tienda le cuenta quien vive por allí.

“Es ella quien le habla a Nat de los que viven en las casas y granjas de la zona. Le habla de la familia de gitanos que ocupa un antiguo cortijo en ruinas, justo en la salida a la carretera. Un autobús recoge cada mañana a los niños para llevarlos al colegio; son los únicos niños que viven allí todo el año. También está la pareja de ancianos de la casita amarilla. Ella es una especie de bruja, asegura la chica, es capaz de predecir el futuro y de leer la mente. ‒Da mal rollo porque está un poco loca ‒ríe. Le habla del hippie (Píter) de la casa de madera, de uno al que llaman el alemán sin serlo (Andreas), del bar del Gordo aunque calificar de bar el almacén donde sirve botellines, reconoce, tal vez sea excesivo. Hay más gente que va y viene según marca el calendario del campo, jornaleros contratados por quincenas o días sueltos, pero también familias completas que viven la mitad del año en otro lado y que heredaron casas que no logran vender. Pero nunca se ven mujeres solas. No de la edad de Nat, puntualiza. Las viejas no cuentan”.

Nat ha empezado a adecentar el lugar, limpiando, barriendo y colocando tiestos con flores que le han vendido la familia gitana a buen precio. La idea de hacer huerto se la quitó Píter, allí no crece nada. “Los días siguientes los dedica a la zona exterior de la casa. Se levanta temprano para evitar el calor, pero aun así suda continuamente y la sensación de suciedad la persigue todo el día. Friega a fondo el porche, rasca, lija y barniza el suelo de madera y las traviesas de la pérgola, poda todas las ramas mustias que cuelgan desbocadas, arranca la maleza, saca bolsas y bolsas de basura ‒papeles, hojas secas, hierros, plásticos, latas vacías, más ramas rotas‒. El resultado final es una explanada más o menos amplia de terreno agrietado. Si la casa fuese suya, piensa, plantaría césped o grama, y quizá las adelfas que le recomendó Píter, a modo de valla natural para resguardarse de miradas incómodas, pero qué tontería, la casa no es suya, no va a hacer todos esos esfuerzos para nada”.

Nat se dedica profesionalmente a la traducción pero su estado de ánimo y el de la casa no le permite concentrarse más de un par de horas al día. Intenta domesticar al perro sin mucho éxito, lo llama Sieso, por lo despegado y arisco que es. Lo lleva al veterinario para que lo revise y lo vacune.

El hippie Píter la invita a cenar a su casa. Ella accede, desea tener un amigo en las proximidades ante el miedo que le produce su casero. Píter se dedica a la vidriería artística. Es un poco mayor que ella, debe rondar los cuarenta. Durante la cena vamos sabiendo más cosas de Nat, del porque dejó su trabajo y se ha ido a ocultar en el culo del mundo, en cambio de Píter no sabemos nada.

“Lo que se puso de relieve en la cena ‒que entre ellos dos no hay atracción sexual‒ contribuye, paradójicamente, a acercarlos. Sin embargo, el desinterés de Píter ha hecho saltar una alarma en Nat: la señal de que empieza a perder un poder que había poseído inconscientemente hasta entonces. Como el dinero, se dice, también el capital erótico se va escurriendo sin que uno se dé cuenta, solo se toma conciencia de él cuando desaparece, y se escudriña en el espejo con una mirada desprovista de piedad, evaluando las partes de su cuerpo o de su cara donde puede radicar el error. Es cierto que desde que está en La Escapa se ha descuidado. Lleva el pelo desarreglado y áspero, la ropa de trabajo no le favorece y las horas bajo el sol, más que broncear su piel, la han enrojecido y resecado. Pero debe de haber algo más. Algo que tiene que ver con la edad, con el peso ‒más que con el paso‒ del tiempo. Prefiere no pensarlo y, como tantas otras cosas, deja la idea aparte, en cuarentena”.

Su casa tiene goteras y su casero no quiere arreglárselas. Uno de sus pocos vecinos al que llaman el alemán, pero que no lo es, le ofrece un trueque. Hace mucho que no ha estado con una mujer. Si ella accede una sola vez le arreglará el tejado gratis. En un primer momento Nat le dice que no.

Comentario: Sara Mesa es una novelista hecha. Ya no habla de sí misma y de su familia. Crea una historia de ficción en la que el sentimiento que llamamos “amor” despierta en la protagonista de la forma más inesperada y con quien menos pensaba. Así son las cosas. A veces una relación afectiva crea un tipo de dependencia que puede llegar a ser malsano.

“El malestar de la felicidad es una idea que le ronda ahora con insistencia: un tipo de felicidad que contiene en sí misma la semilla de su propia destrucción”. La autora desmitifica el amor y la vida en el campo. Ni una cosa ni otra son tan maravillosos.

Hay en la novela una cierta apología del ecologismo y de la austeridad en el vivir. “Él defiende la austeridad como modo de vida. Sus lemas son: no tirar nada, sacar provecho de todo, respetar la tierra, consumir lo mínimo, ahondar lo máximo”.

Desgraciadamente el personaje de Nat, el mejor construido y el más complejo, deja muchas lagunas. Sabemos que tiene problemas, tal vez mentales, pero nada sabemos de sus motivaciones, su comportamiento es errático. Los otros personajes son todavía más superficiales y oscuros. La novela está muy bien escrita y se lee con agrado, pero una vez acabada te olvidas de ella con demasiada facilidad.

BIBLIOGRAFÍA

Txema Arinas, Un amor, de Sara Mesa: la narrativa española actual y sus tendencias, Lecturalia.com, 20/02/2021.

Milena Heinrich, Sara Mesa: "Lo que ocurre dentro de la novela es de todo menos amor", Télam, 09/03/2021.

Sara Mesa, Un amor, Editorial Tusquets, Barcelona, 2021 (7ª edición).

Noelia Ramírez, Sara Mesa: «En muchos sitios una mujer sola es sospechosa. O tiene mal carácter o esconde algo», El País, 18/09/2020.

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