(L685) Bajo la red (1954)

Iris Murdoch, Bajo la red (1954)

Primera novela que comento de esta escritora inglesa nacida en Irlanda. Presbiteriana de religión vivió desde muy pequeña en Londres. Iris Murdoch (1919-1999) se dedicó a la filosofía y a la escritura, siendo este segundo campo donde más destacó. Su novela El mar, el mar obtuvo el premio Booker Prize el año 1978.

Argumento: al narrador, Jake (James Donaghue) y a su primo lejano Finn (Peter O’Finney) los acaban de echar de su alojamiento en Earls Comt Road, una casa propiedad de Madge (Magdalen) que se va a casar con Samuel Starfield (Sammy), una especie de empresario del mundo del espectáculo que antes había sido corredor de apuestas. Madge es mecanógrafa y modelo ocasional de fotografía. Jack no cree que un tipo rico se case con una sencilla chica inglesa.

Jake se dirige a la tienda de periódicos y bar regentada por la señora Tinckham en el barrio de Charlotte Street, uno de sus sitios favoritos. Jake traduce a un escritor francés llamado Jean-Pierre Breteuil, porque le gusta su estilo y porque se vende bien.

“Quizá sea el momento de contarles algo sobre mí. Me llamo James Donaghue tengo algo más de treinta años y talento, pero soy perezoso. Hago trabajos literarios por encargo y solo unos pocos trabajos de creación, los mínimos posibles. Hoy en día se puede vivir de lo que se escribe si se hace de modo continuado y se está dispuesto a escribir lo que el mercado pide. Antes he mencionado que soy bajo, pero describirme como un hombre esbelto y bien formado se ajusta más a la realidad. Tengo el pelo rubio y los rasgos angulosos de un elfo. Se me da bien el judo, pero no me gusta el boxeo. En cualquier caso, lo más importante para el objeto de este relato es que tengo los nervios destrozados. Lo que no importa es cómo ocurrió.

Esa es otra historia, y no pienso contarles toda mi vida. Los tengo así, y una de sus consecuencias es que no puedo soportar estar solo durante mucho tiempo. Por eso Finn me resulta tan útil. Nos sentamos juntos durante horas, a veces sin pronunciar ni una palabra, yo pensando, quizá en Dios, en la libertad y en la inmortalidad y sin tener ni idea de en qué estará pensando él. Pero sobre todo detesto vivir en una casa extraña. Necesito sentirme protegido. Por tanto, soy como un parásito, y habitualmente vivo en las casas de mis amigos, lo cual resulta ventajoso desde el punto de vista económico. Me acogen bien, porque mis costumbres son tranquilas y Finn sabe hacer toda clase de chapuzas”.

Jake ha pensado ir a vivir con su amigo Dave Gellman, filósofo y judío que da clases en la universidad, pero que no tiene dinero. Éste no quiere alojarlo “porque dos ruinas nerviosas no deben vivir juntas”. Le sugiere el nombre de Anna Quentin.

“No soy un místico en lo que a las mujeres se refiere. Me gustan las mujeres de las novelas de James y Conrad, que suelen ser como flores y a las que se describe como «inocentes, profundas, confiadas y leales». Lo de «profundas» está bien; manos blancas que aletean, tan hondas como el mar. Pero nunca he conocido a ninguna de esas mujeres en la vida real. Me gusta leer acerca de ellas, pero también me gusta leer sobre Pegaso y Crisaor. Las mujeres que conozco suelen ser inexpertas, inexpresivas, crédulas y sencillas; y no veo ninguna razón para llamarlas profundas simplemente porque tengan cualidades que en los hombres nos llevarían a decir que están ensimismados”.

Busca a Anna Quentin por todo el Soho hasta que en un bar le dicen que podía encontrarla en el Teatro de Mimo de Riverside. Allí la encuentra, ha envejecido “no se había defendido contra el paso del tiempo”, estaba más gorda. Se acuestan juntos, él intuye que ella tiene a alguien. Ella le recomienda que vaya a ver a su hermana, Sadie, que ese ha convertido en una artista famosa y que necesita a alguien que cuide su piso una temporada mientras está fuera. Le dice que se siente perseguida por un admirador llamado Hugo Belfounder a quien Jake conoce, ya que con anterioridad habían sido amigos íntimos.

Jacke va a recoger su radiogramola a casa de Madge. Allí se encuentra con Sammy, su prometido. Apuestan a las carreras de caballos y beben whisky cayéndose bien.

Comentario: A pesar de que Under the net fue su primera novela, posee una frescura y originalidad remarcables. Sus novelas son a veces intensas y extrañas, llenas de humor negro y giros impredecibles en sus argumentos; diseccionan la fachada civilizada de las clases altas en las que sus personajes se mueven. Sobre todo, sus personajes han de verse con cuestiones de moral, y los conflictos entre el bien y el mal son habitualmente presentados en escenas cotidianas.

Esta es una novela coral, con múltiples personajes todos ellos originales e interesantes, donde el protagonista nos lleva de una situación a otra, de un personaje a otro. Dentro de su aparente ligereza nos muestra las preocupaciones más universales de la humanidad, el talento frente a la supervivencia, el amor verdadero frente al capricho pasajero, o el paso del tiempo. Por todo ello pasa Jake, una veleta universal, un hombre que se va dejando llevar por unos y otros sin un claro destino. Pero claro, un hombre que en ocasiones a todos nos gustaría ser, sin ataduras, remordimientos ni complejos. Solamente dedicado a vivir.

En la novela se plantean diversos dilemas morales, pues ya sabemos que Iris Murdoch era filósofa. “¿Qué problemas morales hay en esta época? Se fiel a los amigos de uno y comportase correctamente con las mujeres –respondí enseguida”.

“¿Cuándo conocemos a un ser humano? Tal vez solo cuando uno ha comprobado la imposibilidad de conocerlo y ha renunciado al deseo de ello y al final ni siquiera siente su necesidad. Pero lo que uno consigue ya no es conocimiento, es simplemente una especie de coexistencia; y esa también es una de las máscaras del amor”.

Son deliciosas las descripciones que efectúa de París durante sus correrías. Para los que conocemos algo la ciudad no deja de traernos a la memoria agradables recuerdos. Los jardines de Luxemburgo, la Ópera Garnier, el Sena y sus quais, el Pont Neuf, la Fontaine Médicis, el cementerio Père-Lachaise, Montmartre, las iglesias de Saint-Julien, Saint Séverin, Saint Germain y Saint Sulpice, las torres de Notre Dame, el Grand Palais, el Odéon, el Café de Flore, la estatua de Diderot, el boulevard Saint-Germain, el Palais de Justice, la Torre Eiffel, la Place Dauphine, el Pont Saint-Michel, el Louvre, el Pont des Arts, el Pont Royal, los jardines de las Tullerías, la plaza de la Concordia, etc. De las descripciones de Londres no puedo opinar pues no conozco la ciudad.

Para mí ha sido una agradable sorpresa. Creo que seguiré leyendo alguna novela más de Iris Murdoch. La traducción y el libro de la editorial Impedimenta a cargo de Javier Alfaya y Barbara MacShane, “Impecable”.

BIBLIOGRAFÍA

Andrea Coghi, Personaje autónomo y yo narrativo. Una lectura de Bajo la red, de Iris Murdoch, en el marco de la perspectiva fenomenológica de Paul Ricoeur, Revista La Colmena 107, julio-septiembre, México, 2020.

Ignacio Echevarría, Iris Murdoch, en su centenario (1919-2019), Fundación Juan March, 09/03/2019.

Andreu Jaume, Pensar y contar, El País, Babelia, 09/03/2019.

Manuel Llorente, Iris Murdoch: el bien es frágil, El Mundo, 04/03/2019.

Alfonso López Hernández, Contingencia y realismo en el pensamiento moral de Iris Murdoch, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2004.

Iris Murdoch, Bajo la red, Editorial Impedimenta, Salamanca, 2018. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

(L232) Anatomia de un instante (2009)

(L187) El jinete polaco (1991)

(L116) La Regenta (1884) – 4.- Estructura, personajes y modo narrativo.