(L684) La hija del tiempo (1951)
Josephine Tey, La hija del tiempo (1951)
La de hoy es una novela de
investigación y misterio diferente a las habituales. La escritora inglesa Josephine Tey (1896-1952), seudónimo de Elizabeth Mackintosh,
fue una mujer adelantada a su tiempo que poseía una gran capacidad de análisis.
Nos trae un relato sobre una “investigación histórica” que me ha gustado
bastante.
Argumento:
el inspector de Scotland Yard Alan Grant está postrado en la cama de un hospital
al cuidado de la enfermera Lytam Sr. Anne’s. Se ha caído por una trampilla
persiguiendo a un delincuente. Está aburrido y los libros que le han regalado
no lo seducen. “Mientras apartaba su asqueada mirada de la variopinta pila,
pensó que quizás estaría bien que todas las imprentas del mundo se detuvieran
durante una generación. Debería imponerse una moratoria literaria. Algún Superman
debería inventar un rayo que las estropeara todas al mismo tiempo. Eso evitaría
que la gente te enviase un montón de estupideces cuando estás tumbado en la
cama y ningún retaco mandón te pediría que las leyeras”.
Recibe la visita de Marta
Hallar, una actriz de teatro amiga suya. “Llevaba un sombrero nuevo y sus
habituales perlas, unas perlas que en su día Grant le había ayudado a
recuperar. Estaba muy guapa, muy parisina y, por suerte, desentonaba
sobremanera con el hospital”.
Un par de días después
Marta le lleva una serie de litografías para que se entretenga. Grant siempre
ha sido muy aficionado a los rostros por su profesión. Se interesa en un
retrato de Ricardo III
de Inglaterra y se documenta en los libros de historia. Profundiza en el tema y
en la guerra de las Dos Rosas estando absorto en su lectura. Grant se interesa
por “los
príncipes de la Torre”, los sobrinos de Ricardo III supuestamente
asesinados por orden de éste para poder reinar.
Grant lee la Historia constitucional de Inglaterra de
Tanner. Después La rosa de Raby, libro
sobre Cecilia Nevil, esposa del duque de York y madre de dos reyes: Eduardo IV
y Ricardo III escrito por la señorita Evelyn Payne-Ellis. Continua con la Historia de Ricardo III escrita por
Tomás Moro que lo indigna pues cuando reinó Ricardo, Moro solamente tenía cinco
años. Todo lo que escribió son habladurías. “el relato de una persona contado
por otra sobre lo que alguien recordaba haber visto y oído”.
Grant pretende saber que
ocurrió en el carácter de Ricardo, qué le hizo cambiar casi de la noche a la
mañana para convertirse en asesino, cuando había sido fiel a Eduardo, sentía
devoción por él, y era guardián del hijo de Eduardo IV y
del reino.
Comentario:
la frase “la verdad es hija del tiempo”, un antiguo proverbio, da título a la
obra que comento hoy. Viene a significar que con el paso del tiempo es más
fácil descubrir la verdad de las cosas que en el momento mismo en que suceden.
Pues bien eso es lo que
pretende el inspector Grant. “La verdad no está en los libros de historia, sino
en los libros de cuentas”. Desmonta las fábulas de los historiadores del
período, basándose únicamente en los hechos, como un buen policía. “Sólo los
historiadores se dedican a los pensamientos. Los investigadores a los hechos”. Es
decir pretende demostrarnos que los supuestos crímenes de Ricardo son falsos e
inventados a posteriori. Y la
hipótesis que nos ofrece es muy atractiva y verosímil.
La fama de Ricardo III
que reinó solamente dos años se la debemos en buena medida a la obra de
Shakespeare. Retrato de Ricardo III de finales del siglo XVI (National Portrait Gallery, Londres), es
una copia de uno de principios del siglo XVI de las Colecciones Reales. Grant
guarda una reproducción de esta versión junto a su cama. Parece el de un hombre
de estado, un Lorenzo de Medicis, no el de un asesino.
Grant pasa semanas
reflexionando sobre información y documentos históricos con la ayuda de Brent
Carradine, un simpático joven investigador estadounidense que trabaja en el
Museo Británico. Utilizando la lógica del detective, llega a la conclusión de
que la afirmación de que Ricardo es un asesino es una invención de la
propaganda Tudor, al igual que la imagen popular del rey como un monstruoso
jorobado.
Es un libro para los
amantes de la historia inglesa del siglo XIV. Me ha “obligado” a documentarme y
a leer sobre ese período. Pero la investigación de crímenes o no crímenes
históricos no me apasiona. No es una novela para todo el mundo. Los que busquen
acción y hechos trepidantes quedarán decepcionados. Es una novela estática, de
pensamientos y deducciones. Muy bien trenzada y construida, eso sí.
Hay en la obra y en la
autora un cierto orgullo de ser inglesa. Ese orgullo que les ha llevado a dejar
la UE no hace mucho. “debía ser reconfortante saber que había cobijo y una
dádiva en todas las casas religiosas, en lugar de preguntarse cómo recaudaría
fondos para el billete de tren. Se podían decir muchas cosas buenas de aquella
Inglaterra verde con la que se había dormido la noche anterior”.
La novela destaca por su
habilidad para mezclar la ficción con la realidad histórica, y por su crítica
de la tendencia humana a distorsionar la verdad a lo largo del tiempo. Además,
la obra es un retrato fascinante de la sociedad inglesa de la época.
BIBLIOGRAFÍA
José Luis Alvarado, La
hija del tiempo, de Josephine Tey: la mejor novela policíaca de todos los
tiempos, Cicutadry, s/f.
Josephine Tey, La hija del tiempo, RBA editores,
Barcelona, 2012
Yolanda de Pablos
Valencia, La
hija del tiempo, de Josephine Tey, Total Noir, 11/08/2020.
Alice Silver, Alan Grant - Josephine Tey, Mis detectives favoritos, 13/01/2014.
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