(L145) Madame du Deffane y su mundo (1982)
Benedetta
Craveri, Madame Du Deffane y su mundo
(1982)
Este excelente
ensayo de Benedetta Cravieri (Roma, 1942) trata sobre un
personaje clave para entender el espíritu del siglo XVIII francés, Madame
du Deffand (1697-1780) quien se ha convertido en la más perfecta y lúcida
encarnación de cierta enfermedad del alma, el «ennui», el tedio de vivir, el escepticismo llevado a sus últimas consecuencias:
el aburrimiento[1]. En
1718 se casó con el marqués Du Deffand y, tras una discreta separación de
hecho, se hizo amante del regente[2].
Invitada habitual en la corte de Sceaux, fue íntima amiga de la duquesa Del
Maine y amante del presidente del parlamento Mr Hénault. Cerca ya de los 50
años, se decidió a formar su propio salón en París, al cual acudirían, entre
otros, Voltaire, D’Alembert, Montesquieu, Madame de Staal, y el último y más
apasionado amor de su vida: el escritor inglés Horace Walpole.
Es la época
dorada de los «salonières». Su
extensa correspondencia descubre un estilo que, según Sainte-Beuve, es «junto
al de Voltaire, en la prosa, el más clásico y puro de esta época». Madame du
Deffand pasa revista a los acontecimientos de una sociedad en donde el ingenio,
la defensa del gusto y el culto a la inteligencia eran valores en alza. Sin
embargo, sus cartas rebasan con mucho el género de la crónica mundana, y ello
porque la marquesa vive, como dijo Cioran, azotada por el «flagelo de la lucidez».
“El salón de
madame du Deffand ha llegado a ser parte integrante de la civilización y el
estilo de vida, de esa parfaitement bonne
compagnie que hace de Francia, a despecho a veces de su realidad política,
la patria ideal de los hombres brillantes y cultos de toda Europa. La casa de
la marquesa es un centro cosmopolita que se va renovando con los años y a ella
confluyen los extranjeros ilustres –a menudo diplomáticos- que pasan en París
una temporada más o menos larga y para quienes el retorno a la patria tiene el
sabor del destierro”. (p. 95)
La amistad de
Voltaire con Madame du Deffand se remonta a más de cuarenta años atrás, y la
amplia correspondencia que ambos mantienen desde entonces legitima el salón de
la marquesa ante los de sus adversarias. Frente al brillo del febril y denso
panorama parisiense, el salón Saint-Joseph de madame du Deffand conserva un
sabor aristocrático, y se mantiene como un refugio frente al ruido de la
Ilustración y las nuevas ideas, un santuario donde la afición por la curiosidad
intelectual y el «arte de la conversación», propias del «philosophe», no son incompatibles con el buen gusto y el verdadero
esprit francés. «Su amistad y su correspondencia son lo que más me ata a la
vida; son el único placer que me resta», le declara en una carta madame du
Deffand a Voltaire a finales de 1764. La correspondencia con Voltaire[3]
no es simplemente un tranquilo intercambio epistolar, Du Deffand le hace
preguntas, le interroga y hasta, en algunas ocasiones, lo pone contra las
cuerdas; el filósofo se defiende como puede, es aquí donde podemos comprobar el
alto nivel intelectual de la marquesa:
“No hablemos de
felicidad, es la piedra filosofal que arruina a quienes la buscan. Uno no es
feliz por sistema; no hay otra receta para serlo que la de una de mis tías
abuelas, tomarse las cosas como vienen y las gentes como son; agregaría aún una
cosa que me parece más necesaria: estar a gusto consigo mismo”. (p. 233)
“Pero, señor
Voltaire, amante declarado de la verdad, dígame de buena fe, ¿la encontró
usted? Combate y destruye todos los errores, pero ¿qué pone usted en su lugar?
¿Existe algo real? ¿No todo es ilusión? Fontenelle ha dicho: «Hay sonajeros
para todas las edades». Me parece que tengo sobre eso las más hermosas ideas
del mundo; pero resultaría ridícula a los ojos de todos si filosofara con
usted; le sería harto fácil confundirme y despojarme de toda réplica. Recuerdo
que en mi juventud, estando en el convento, la señora de Luynes me envió al
padre Massillon; mi genio tembló ante el suyo; no me sometí a la fuerza de sus
razones, sino a la importancia del razonador. Todos los debates sobre cierta
materia me parecen inútiles; el pueblo no los entiende, a la juventud no le
preocupan, las personas de ingenio no los necesitan, y ¿vamos a preocuparnos de
ilustrar a los tontos? Que cada cual piense y viva a su guisa, y dejemos a cada
cual ver a través de sus anteojos”. (p. 235)
En resumen un
ensayo delicioso de Benedetta Craveri que nos descubre la gran inteligencia y
el importante papel que juega Madame du Deffand para las letras y la cultura
del siglo XVIII francés.
RESUMEN DEL LIBRO
I.- La juventud. La descripción
que hace de sí misma Madame du Deffand (p. 15). El aburrimiento (l’ennui) la persigue toda su vida (p.
33).
II.- Una relación sin romance. Su
relación con el presidente Hénault.
III.- El reino de Sceaux: La duquesa
del Maine, la baronesa de Staal, Madame Delaunay, Madame du Châtelet y
Voltaire.
IV.- El salón de Madame du Deffand.
El salón de Madame de Lambert (p. 63, 440). Salón de Madame de Tencin (p. 459).
Madame du Deffand abre su salón en Saint Joseph en 1747. “El deseo de agradar”
(p. 74, 78) Sus amigos Formont y Pont-de-Veyle. Madame de Boufflers (Madame de
Luxemburgo) posee el salón mundano más importante de París. Madame de Mirepoix.
El vicio del juego (p. 82). Madame de Boufflers (Ídolo del Temple), habla tres
idiomas (p. 85). El cuadro el té a la inglesa (p. 85). Madame d’Aguillon,
filósofa materialista (p. 86) ¿Qué tiene el salón de Saint Joseph? (p. 89, 95).
Las visitas de d’Alembert (p. 92-95).
V.- La enfermedad (el aburrimiento
como enfermedad del alma). Su psicología (p. 100-101, 106).
VI.- El regreso a Champrond (su
mansión natal). July de Lespinasse (p. 111-116), sobrina legítima de Du
Deffand. D’Alembert (p. 119-127). Du Deffand intenta ganarse a July (p. 129-135).
VII.- De nuevo en París. El
aburrimiento (p. 137). Vuelve a abrir el salón de Saint-Joseph, está ciega.
Pretende que d’Alembert entre en la Academia (p. 140-145). Continua intentando
atraerse a July (p. 146-151).
VIII.- Madame du Deffand y July de Lespinasse en
Saint-Joseph (p. 153). July se adapta al Salón (p. 156). D’Alembert se
siente atraído por July y se aleja de la marquesa. Ésta se siente traicionada y
echa a July quien monta su salón en la calle Saint-Dominique el año 1764.
IX.- La amistad con Voltaire. “El
Salón santuario donde se celebra aún el rito del verdadero esprit francés” (p.
177). Se conocen desde 1721, su amistad se consolida en Sceaux. “La
inteligencia” (p. 181). El grueso de su correspondencia va de 1759 a 1778. La
guerra de los siete años (p. 189). Los ingleses (p. 193). Voltaire vive
exiliado en Ferney. ¿Qué significa vivir feliz? (p. 194, 196, 216). El filósofo
rico (p. 197). Ataque a los hombres de la ilustración a partir de 1759, la
marquesa no acaba de ponerse del lado de los philosophes. Lapsus de tres años sin correspondencia (p. 220, 232).
M. Deffand (p. 221) su pesimismo (p. 226, 229). Reflexiones sobre la muerte (p.
227, 233-234). El hombre no es dueño de sí (p. 229-230) ¿En qué creer? (p.
235).
X.- El Romance: Horace Walpone.
Madame Geoffrin (p. 238). El inglés frecuenta el salón de Saint Honoré. Su
amistad con M. Du Deffand. Un verdadero diletante de la ilustración. Ha
encontrado un nuevo hombre a quien amar (ella tiene 68 años). Ambos tienen
gustos similares. Permanece en París 7 meses de 1766. La correspondencia dura
cinco años, él destruye sus cartas no así las de la marquesa. La marquesa lo
adora (p. 263). Él sólo quería amistad (p. 267). Vuelve a Paris en agosto de
1767, los amigos vuelven a la antigua complicidad. Nuevas visitas en 1769, 1771
y 1775.
XI.- La vejez. Negras reflexiones
(p. 303). Se siente sola. El célebre salón entra en decadencia, los tiempos
cambian. Su amistad con M. de Choiseul (Louise Crozat du Châtel). La visita a
Chanteloup donde está recluido el marqués de Choiseul. La correspondencia con
Voltaire (p. 323). La búsqueda de la verdad (p. 324), su pesimismo (p. 325). La
muerte (p. 328, 333, 337). El presidente Hénault muere en 1770. En 1774 le toca
a Pont-de-Veyle. En 1776 a la señorita Lespinasse. En 1778 nueva guerra con
Inglaterra. Le deja a Walpone su correspondencia. Voltaire regresa a Paris en
1778 y a los dos meses muere. El sueño de la amistad perfecta (p. 345). Última
carta a Walpone, agosto de 1780. Tuvo una muerte dulce y sin sufrimientos.
Apéndice: La ciega de la ilustración. Marc
Fumaroli (p. 465-467, 470, 472-473)
[1] “Lo
que se opone a mi felicidad es un aburrimiento que se asemeja a la solitaria,
que devora todo lo que podría hacerme feliz. (…) todos se aburren, nadie se
basta a sí mismo, y este detestable aburrimiento, que nos persigue y queremos
evitar, nos pone a todos en marcha”. (pág. 100)
[2] La Regencia (Régence) es el nombre dado al período de la
historia de Francia (1715-1723) durante el cual Felipe II, duque de Orleans, sustentó el poder como regente, durante
la minoría de edad de su sobrino, Luis
XV.
[3]
El apartado de su correspondencia con Voltaire está en las páginas 177-236.
Consulta. ¿Quién escribió esta entrada del Blog? Gracias.
ResponderEliminarLa entrada del blog la escribí yo después de la lectura del libro que me entusiasmó.
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