(G161) Restaurante Oria (Barcelona)



Una comida familiar entre hermanos. Como nuestras agendas y trabajos respectivos nos mantienen bastante ocupados decidimos comer juntos. El lugar elegido fue el Restaurante Oria, Passeig de Gràcia, 75. Está situado entre el Hotel Monument (Condes de  Barcelona) y el Restaurante Lasarte. Al mando de sus fogones está el chef bilbaíno Xabi Goikoetxea. Tiene la impronta del gran Martín Berasategui que va sembrando de estrellas (Michelin) buena parte de la geografía española: País Vasco, Barcelona, Tenerife.

Elegimos el Menú Ejecutivo a un precio imbatible por la calidad que nos ofrecen. Eso sí para calentar el ambiente tomamos el cóctel del día (foto), una mezcla de Martini, café y naranja, que también calentó nuestros cuerpos. El restaurante posee el espacio Hall o Cocktail Bar, una barra de cócteles con el sello del barman y empresario Javier de las Muelas.


Como entrantes una Mouse de sardina con salmón marinado (foto), muy buena. Y unos buñuelos con crujiente al yuzu (foto), riquísimos.



Los primeros consistieron en Infusión de tomate y alcaparra con tartar de salmón y aguacate acompañado de espuma de manzana verde (foto), plato muy refrescante que se podría tomar también en verano. Huevo a baja temperatura, crema de champiñón acompañado de salteado de setas y alcachofa (foto), muy original.



De segundos yo elegí el plato de pescado: Corvina asada con guiso de calamares y paté de berenjena con “matices” de Idiazábal y albahaca (foto), muy bueno. Y mi hermano el plato de carne (¿Dónde están mis cerditos?): Pieza de presa ibérica marinada con rulo de rabo de buey y cremoso de setas (foto), plato contundente. La carne rosada, en su punto, sin soltar una gota de sangre.



De prepostre Mango con maracuyá, sin demasiado interés. Como postre Esencia fría de albahaca con granizado de Tanqueray (ginebra inglesa) y espuma de almendra (foto), suave y delicioso. Más contunde fue el Cremoso de chocolate, nougatine (crocante) con tierra de café y helado de café amargo (foto), ideal para los más golosos.



El plan de cuatro tipos: integral, blanco, focaccia y pan de brioche con un toque a setas, muy original este último. Acompañados de un aceite estupendo: Marqués de Griñón, mezcla de picual y arbequina. Los cafés bien ejecutados (foto) y los entretenimientos: pralinés de chocolate y gominola de coco, buenos.


Para beber un agua mineral y un par de copas de vino. Un blanco, Juan Gil 2017. Se trata de un moscatel etéreo y suave, afrutado y de final seco. D.O. Jumilla. Ideal para pescados y carnes blancas. Como tinto un Ribera del Duero. Pruno 2016, cuya selección contiene tinta fina, cabernet sauvignon y tempranillo. Posee cuerpo para acompañar el plato de carne, pero no aporta mucho más. Son vinos de los que tomarías una copa sin problemas pero no una botella entera.

Como curiosidad comentar que los lavabos son de un blanco aséptico e inmaculado y el jabón de manos de la estupenda casa de perfumes inglesa Jo Malone. Todo un lujo. 

Con el estómago satisfecho nos dimos una buena caminata, cuesta abajo, hacia el CCCB para ver la estupenda exposición sobre la obra de Stanley Kubrick.

Precio Menú Ejecutivo 40 euros por persona + cóctel. Fecha de la visita el 29 de noviembre de 2018.

PUNTUACIÓN: 7,5

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